¿En qué consiste exactamente la Posición Común europea? Es una iniciativa del Gobierno español que se lleva a Europa en 1996 durante la época de José María Aznar y básicamente consiste en endurecer la postura con respecto a Cuba, planteando que hay un grave problema político, económico y de derechos humanos y que, por lo […]
¿En qué consiste exactamente la Posición Común europea?
Es una iniciativa del Gobierno español que se lleva a Europa en 1996 durante la época de José María Aznar y básicamente consiste en endurecer la postura con respecto a Cuba, planteando que hay un grave problema político, económico y de derechos humanos y que, por lo tanto, en opinión de la UE deben cambiar el Gobierno y el régimen cubanos. Para ello se adoptan una serie de medidas que constituyen la llamada Posición Común, a defender en todo el conjunto de la Unión y por cada uno de sus países miembros.
¿Y qué resultados ha tenido tras catorce años de aplicación?
Es obvio que no ha tenido ninguno. Pero más allá de resultados lo que es criticable, por varios motivos, es la propia Posición Común. Es una decisión unilateral, de presión, lo que en relaciones internacionales suele ser altamente peligroso. Su propio contenido está orientado a forzar cambios en Cuba sin respetar las decisiones de los cubanos. Además utiliza el tema de los derechos humanos, cuando cualquier observador sabe que en otros países, con los cuales la UE tiene excelentes relaciones, hay graves situaciones de derechos humanos y la UE no dice absolutamente nada; es más, en la propia Europa, sus Estados tienen problemas al respecto, con lo cual todo esto resulta incoherente. La Posición Común es al mismo tiempo insostenible y contradictoria pues la mayoría de los miembros de la Unión tiene relaciones bilaterales fluidas con Cuba.
Señala en su ponencia que en los últimos años se ha producido una mejoría en las relaciones cubano-europeas.
La situación se complejiza con la adopción de la Posición Común en 1996 y se agrava en 2003, cuando la UE toma una serie de medidas diplomáticas para presionar más. A partir de 2005, ambas partes dan algunos pequeños pasitos de acercamiento. Un año clave es 2008. Primero fue un comunicado firmado por la Comisión Europea y el Ministerio de Asuntos Exteriores cubano, que es muy claro al señalar la voluntad de eliminar todos aquellos obstáculos que impiden unas buenas relaciones. Segundo, las sanciones diplomáticas, suspendidas desde 2005, se eliminan definitivamente en 2008. El tercer aspecto es que se establece un sistema de entendimiento, llamado «diálogo político», de manera que cada cierto tiempo hay reuniones bilaterales a alto nivel ministerial. Y cuarto, se reestablece la cooperación al desarrollo comunitaria con la isla y, como consecuencia, entre 2009 y 2010 algo más de 40 millones de euros se destinan a la cooperación europea en Cuba.
¿Eso quiere decir que la UE estaba a punto de eliminar las posiciones de presión hacia Cuba?
La situación había mejorado notablemente entre 2008 y 2009 y estaba casi a punto de normalizarse en 2010. En junio de cada año el Consejo de Ministros de la UE revisa esa posición. Habida cuenta lo que hemos comentado, lo lógico y deseable sería que ese proceso culminase con la eliminación de la Posición Común hacia Cuba. Ésa parecía que era la situación hasta hace unas semanas.
¿Los acontecimientos de las últimas semanas y la enorme presión política e informativa pueden frustrar esa normalización?
Hay una gran división de opiniones, primero en el seno de la UE. La Comisión Europea parece partidaria de eliminar la Posición Común mientras que el Parlamento Europeo, controlado por una mayoría de fuerzas de derechas, se opone a la normalización de relaciones. Igualmente hay contradicciones a nivel de Estados, un grupo de ellos como son los Estados español, italiano, belga y francés, en cierta medida, son partidarios de cambiar la situación, pero hay otro grupo, encabezado por Polonia y la República Checa, que se opone frontalmente, al igual que algunos países nórdicos, con el tema de derechos humanos. Entre los veintisiete hay contradicciones. A ello se añaden las presiones externas.
¿La diplomacia europea en el «caso Cuba» esta sujeta a presiones extracomunitarias?
De manera muy evidente. Algunas muy previsibles, como la del exilio histórico cubano tipo Miami, sin gran importancia; pero desde inicios de año EEUU, a través de varios altos funcionarios de su Gobierno, incluido el embajador en Madrid, se han pronunciado en contra de que la UE revise su posición. Están presionando fuerte para evitarlo. A eso hay que sumarle los sucesos recientes en Cuba y la marea informativa.
¿La Posición Común supedita los intereses de Europa a los de EEUU?
Eso está claro. Abandonar la Posición Común sería desvincularse parcialmente de la política que mantiene EEUU hacia Cuba. Otro tema en esa misma dirección son las relaciones que puede haber a medio plazo entre EEUU y Cuba. En cualquier caso, lo deseable para Europa sería un enfoque independiente de EEUU, no sólo en el asunto de Cuba también en otros temas.
¿La UE eliminará finalmente su política de presión hacia Cuba en junio?
Es arriesgado hacer predicciones. Lo ideal sería eliminar la Posición Común y que haya unas relaciones normales pero es difícil saber qué va a pasar. Los portavoces de Exteriores españoles, incluyendo a Moratinos, cada vez que baja un poco la marea mediática vuelven a decir que continúan trabajando diplomáticamente, así que veremos qué pasará finalmente. Si esto no varía en 2010, tendrá que abordarse en el futuro.
¿Y cuál es la postura del Gobierno cubano?
Todas las declaraciones y documentos cubanos indican que su perspectiva no ha variado desde su inicio, en 1996. Es muy coherente. Considera que es una política discriminatoria y plantea la necesidad de articular unas relaciones normalizadas a todos los niveles sin negar un posible diálogo político, incluyendo el tema de los derechos humanos, pero recíproco, es decir no sólo los derechos humanos en Cuba sino también en Europa.
¿Esta tensión de relaciones con la UE aísla a Cuba?
Lo cierto es que, en los últimos diez años, Cuba ha reforzado sus relaciones exteriores y en estos momentos vive quizá uno de los mejores momentos de su historia en ese aspecto. En la actualidad mantiene, en el ámbito internacional, una excelente posición, contactos bilaterales, presencia en organizaciones latinoamericanas y mundiales… Ésa es una realidad.
¿Durante sus intercambios con colegas cubanos qué impresiones ha recogido sobre esta cuestión?
Primero, que para Cuba en estos momentos la UE no es algo absolutamente prioritario. Desde Europa se puede pensar que para Cuba es algo de vida o muerte cuando no es así, puede tener cierta importancia pero no parece que les preocupe excesivamente. Y segundo, es que son muy críticos con la postura europea, consideran que el trato que se da a su país en comparación con el que se presta a otros es muy discriminatorio, además de percibirlo como una injerencia.
«Las relaciones vasco-cubanas, un referente»
¿Cómo valora las relaciones vasco-cubanas?
Vistas desde los últimos años tienen un alto nivel, pueden ser mejorables pero haciendo un balance general desde el punto de vista económico y comercial, y tomando en cuenta las dimensiones modestas de ambas partes, son importantes. Hay una relación priorizada en cooperación al desarrollo por parte vasca, con presencia de varias ONG, una sociedad de descendientes o euskal etxea revitalizada, diversos ayuntamientos dedican parte sustancial de sus fondos de cooperación a Cuba, además de unas dinámicas relaciones sociales, ciudadanas, culturales, la labor de la asociación Euskadi-Cuba, intercambios académicos… Hay condiciones para que estos vínculos se amplíen.
¿El cambio de Gobierno en Lakua puede variar esta situación?
En acción exterior ha habido cambios desde el punto de vista organizativo, pero creo que la política está siendo continuista, quizás aún es pronto para hacer un balance preciso pero en materia de cooperación al desarrollo y relaciones con las euskal etxeas se mantienen programas y financiamientos, siguen abiertas las oficinas de la SPRI. Este tipo de relaciones económicas, comerciales y políticas entre países suelen ser bastante lógicas y tienen mucho de sentido común, gobierne quien gobierne, habrá diferencias pero hay aspectos esenciales que se suelen mantener, esta parece ser la tónica hasta el momento, y creo que en el caso de las relaciones con Cuba parece importante que se mantengan pues no dejan de ser un referente en todos los aspectos.
rCR