El pasado 28 de julio, la Asamblea General de Naciones Unidas, aprobó en su sexagésimo cuarto período de sesiones, una resolución que reconoce al agua potable y al saneamiento básico como derecho humano esencial para el pleno disfrute de la vida y de todos los derechos humanos. La resolución fue adoptada a iniciativa de Bolivia, […]
El pasado 28 de julio, la Asamblea General de Naciones Unidas, aprobó en su sexagésimo cuarto período de sesiones, una resolución que reconoce al agua potable y al saneamiento básico como derecho humano esencial para el pleno disfrute de la vida y de todos los derechos humanos. La resolución fue adoptada a iniciativa de Bolivia, tras 15 años de debates, con el voto favorable de 122 países y 44 abstenciones.
Ese reconocimiento es un importante paso en la lucha por la inclusión de los sectores invisibilizados en un marco de salubridad y servicios que les permita nacer, crecer y desarrollarse en un ambiente adecuado.
Sin embrago, ¿cómo afecta esa resolución en la vida de quienes tienen acceso al agua potable y al saneamiento? Si tenemos en cuenta que el recurso del cual estamos hablando es No Renovable, la respuesta es de muchas maneras.
El reconocimiento de ambas necesidades como derecho humano otorga un marco legal más que importante para quienes intentan cambiar los parámetros del consumismo que ha impuesto el capitalismo y convertirlos en parte de un sistema sustentable donde todos y todas tengamos las mismas condiciones y oportunidades.
Un ejemplo de ello, es que habiendo sido reconocido el acceso al agua potable como derecho humano, se pueden exigir a los gobiernos locales y nacionales leyes para el ahorro y contra el mal uso del agua, así como normas que regulen la utilización del líquido para ciertas actividades, como la limpieza de aceras públicas y parques.
También se pueden exigir la realización de campañas de concientización de la población con respecto al derroche del agua y el reciclado de basura, y la constitución de una asignatura dentro de la currícula escolar que enseñe a los niños, niñas y adolescentes la importancia de ambas.
Para que este derecho humano recientemente reconocido sea respetado y se pueda hacer respetar, es necesario cambiar el sistema actual en el que el mundo entero está sumergido, por uno que sea sustentable y que nos de la posibilidad de que el día en que el desarrollo de los servicios permita que todos y todas tengamos un grifo cerca, haya agua para transportar.
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