Aprovechando la escalada antiobrera de Zapatero y su bien amado PSOE, el presidente de la región de Murcia, el señor Ramón Luis Valcárcel, máximo representante del PP murciano, se ha sumado al carro de los despidos y recortes de derechos laborales, siendo el cabeza de cartel en este concierto de irregularidades, marcado ya, explícitamente, por […]
Aprovechando la escalada antiobrera de Zapatero y su bien amado PSOE, el presidente de la región de Murcia, el señor Ramón Luis Valcárcel, máximo representante del PP murciano, se ha sumado al carro de los despidos y recortes de derechos laborales, siendo el cabeza de cartel en este concierto de irregularidades, marcado ya, explícitamente, por comunidades autónomas, siendo la región murciana la que en peores condiciones laborales, para los empleados públicos, termina y ha empezado el año.
La ley de medidas extraordinarias para la sostenibilidad de las finanzas públicas viene cargada, y por sorpresa, de medidas extraordinarias para engordar los bolsillos empresariales.
Una ley hecha en pocos días bajo la tutoría absoluta del PP, pero amparada por el visto bueno del gobierno central de Madrid.
Ampliación de la jornada laboral que pasa de 35 horas semanales a 37’5 y 40, la reducción de los representantes sindicales al 50 por ciento de lo establecido hasta el momento, el recorte de 175 euros mensuales, la reducción o eliminación de pluses salariales junto con la suspensión de creación de empleo público, son algunas de las medidas adoptadas por la presidencia de la comunidad murciana.
Son los motivos de las concentraciones habidas y convocadas por los diferentes sindicatos en la ciudad de Murcia. A la vez que las primeras muestras de repulsa hacia esta ley fueron recibidas por el aplauso del presidente de la comunidad citada en forma de represión policial, a base de golpes de porra y algunas detenciones.
El 22 de diciembre, cuando se realizó la Asamblea para aprobar la ley, alrededor de 1.500 sindicalistas fueron a bloquear la entrada de los diputados. Consiguieron impedir que algunos entraran, y quizá habrían podido boicotear la realización del plenario debido a la masividad de la protesta, pero la maniobra de adelantar una hora el comienzo de la sesión sirvió para evitar el bloqueo.
El 27 de diciembre, una concentración ante la sede del gobierno central que reunió a 7.000 personas, espontáneamente se convirtió en una manifestación que cortó la Gran Vía y fue a casa de Valcárcel, donde gritaron eslóganes como «Manos arriba, esto es un atraco», «Valcárcel, capullo, baja el sueldo tuyo» o «Valcárcel dimisión, por chorizo y por ladrón», mientras lanzaban huevos a la fachada.
El día 30 de diciembre se convocó una gran manifestación, uniendo fuerzas todos los sindicatos representantes de l@s emplead@s públicos. Siendo ésta masiva (reunió a unas 15.000 personas), dando muestra de la repulsa ante estas medidas de la gran mayoría de l@s ciudadan@s de la región murciana.
Así pues, el nuevo año empieza encarado frente a una nueva serie de alteraciones de derechos laborales y eliminación de estos, con nuevas convocatorias de movilizaciones sindicales y sociales en perspectiva, para intentar, mediante el liderazgo del sindicalismo burocratizado de CCOO y UGT, frenar la aplicación de dichas medidas.
Al aumentar la jornada laboral, el gobierno murciano pretende ahorrarse el sueldo de más de 2.000 trabajadores/as, anteriormente contratados en oferta de empleo público, que ahora serán despedidos.
Por deferencias de antigüedad y en orden a la reducción de la jornada laboral, aprobada muy anteriormente por ley, con lo cual tod@s l@s trabajadores/ as que fueron contratad@s debido a que había trabajo para más personas, a causa de la reducción de horarios serán despedid@s.
Parece ser que CCOO y UGT le han visto los colmillos al lobo, es decir, están viendo las medidas aprobadas por ley del gobierno central, llevadas a la práctica y bajo el consentimiento del sindicalismo amarillo, o sea, su propio consentimiento, porque ¿qué esperan, que estas medidas aprobadas en el Congreso, se ratifiquen en la práctica aplicada por el gobierno del PP, en el supuesto que alcancen la Moncloa, para manifestarse en serio y en una prolongada actitud de lucha y recuperación de derechos laborales y sociales ? ¿O acaso es el PSOE el que ha de saber escudarse en la aplicación de estas medidas, pasado el tiempo de su permanencia en el poder de la presidencia, para que sea el PP la mano ejecutora de estas medidas?
¿Y qué lugar ocupan los traidores? El lugar de la desorientación política y social. Esto es lo que les pasa a los sindicatos llamados mayoritarios, mayoritariamente traidores de la clase obrera. ¿Y qué lugar ocupan los traidores? El lugar de la desorientación política y social. Esto es lo que les pasa a las burocracias de los sindicatos llamados mayoritarios, mayoritariamente traidoras a la clase obrera.
El pueblo de Murcia no solamente lucha contra la aplicación de medidas aprobadas a priori en el Congreso por el PSOE, PP, PNV y CIU, teniendo en cuenta las abstenciones, que juegan un papel predominante tanto a favor como en contra de la aprobación de dichas leyes, como también para esconder las verdaderas intenciones de partidos supuestamente de izquierdas como es IU, ERC, ICV, BNG.
El pueblo de Murcia lucha también o ha de hacerlo, contra la ignominiosa pasividad de CCOO, UGT, CSIF, etc, que venden a los trabajadores y trabajadoras a golpe de subvenciones recibidas para calmar ánimos y cerrar bocas, ahogando así toda capacidad de lucha y acción en favor de la libertad laboral, sindical y social.
De momento el 2011 ha empezado mostrando una enorme y creciente voluntad de lucha. El 5 de enero tuvo lugar la manifestación más grande contra estos recortes, con 20.000 personas tras una pancarta que rezaba: «Frente a la agresión social de Valcárcel, dignidad y resistencia» y entre gritos como «Menos corrupción y más Educación», «Nosotros no tuvimos vacas gordas, Sr. Valcárcel» o «Ahí está la cueva de Ali Baba» frente a la Consejería de Economía y Hacienda, fuertemente custodiada.
El éxito de movilización se redobló en la sexta movilización el 12 de enero, con 40.000 personas según el sindicato STERM, apostando por continuar la lucha hasta la derogación de esta injustificable ley.
Rubén Fernández es activista de En lucha-Jaén.