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Demencia nuclear

Fuentes: Global Research

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

Fukushima ha planteado, una vez más, las preguntas eternas sobre la falibilidad humana y la flaqueza humana, sobre el egotismo humano y la arrogancia humana cuando el ser humano se imagina que puede controlar la naturaleza. Los terremotos, el tsunami, la fusión nuclear accidental en la planta de energía nuclear de Japón son recuerdos de su poder que nos da la naturaleza.

La revolución científica e industrial se basaba en la idea de que la naturaleza está muerta y que la tierra es materia inerte. La tragedia en Japón es una llamada de advertencia de Madre Natura -una alarma para decirnos que está viva y es poderosa-, y que los seres humanos son impotentes a su lado. Los puertos, aldeas y ciudades arruinados, los barcos, aviones y coches barridos por las furiosas olas como si fueran pequeños juguetes son avisos de que debemos corregir la suposición de que el hombre pueda dominar la naturaleza con tecnología, instrumentos o infraestructura industrial.

El desastre de Fukushima nos invita a reconsiderar la relación de la humanidad con la naturaleza. También plantea preguntas sobre el denominado «renacimiento nuclear» como respuesta a la crisis del clima y la energía. El presidente del Instituto de Investigación de Energía y del Medio Ambiente, Arjun Makhijani, hablando en la Conferencia de Ley Medioambiental de Interés Público, dijo que el «renacimiento nuclear» necesitaría 300 reactores cada semana y dos o tres plantas de enriquecimiento de uranio por año. El combustible gastado contendría 90.000 bombas de plutonio al año si se separase. Se necesitarían entre 10 y 20 millones de litros de agua diarios.

Después del desastre de Fukushima, China, Alemania, Suiza, Israel, Malasia, Tailandia y las Filipinas están reconsiderando sus programas de energía nuclear. Como señala Alexander Glaser, profesor adjunto del departamento de ingeniería mecánica y aeroespacial de la Universidad Princeton: «Hará falta tiempo para comprender todo el impacto de la inimaginable tragedia humana que se desarrolla después del terremoto y el tsunami en Japón, pero ya es evidente que la propuesta de un renacimiento nuclear global terminó ese día».

En toda India, aumentan los movimientos contra antiguas y nuevas plantas de energía nuclear. Se han propuesto plantas de energía nuclear en Haripur (Bengala Occidental), Mithi Virdi (Gujarat), Madban (Maharashtra), Pitti Sonapur (Orissa), Chutka (Madhya Pradesh) y Kavada (Andhra Pradesh).

La planta nuclear de Jaitapur de 9.900 MW, que consiste de seis reactores nucleares, en la aldea Madban, distrito Ratnagiri, Maharashtra, será la mayor planta de energía nuclear del mundo si se construye. La empresa de ingeniería nuclear Areva, propiedad del Estado francés, y el operador estatal indio Nuclear Power Corporation of India firmaron un contrato por 22.000 millones de dólares en diciembre de 2010 en presencia de Nicolas Sarkozy, presidente de Francia, y de Manmohan Singh, primer ministro indio, para construir seis reactores nucleares.

A la luz del esperado aumento en pedidos después del acuerdo Francia-India, Areva comenzó a contratar a 1.000 personas al mes.

Jaitapur es un área propensa a sufrir temblores y terremotos. Sin embargo, no hay ningún plan para las 300 toneladas de desechos nucleares que serán generadas por la planta cada año. La planta necesitará unas 968 hectáreas de tierra agrícola fértil, que según el gobierno es «estéril», que incluyen cinco aldeas.

Jaitapur es una de numerosas plantas de energía nuclear propuestas sobre una estrecha franja costera de tierra agrícola fértil de los distritos Raigad, Ratnagiri y Sindhudurg -se calcula que la generación total de energía será de 33.000 MW-. Es la región que el gobierno de India quería que se declarase patrimonio de la humanidad bajo el programa de El Hombre y la Biosfera de la UNESCO. Los aldeanos de la región Konkan han estado protestando contra la planta nuclear. Han formado Konkan Bachao Samiti y Janahit Seva Samiti y se han negado a aceptar cheques por la adquisición forzosa de tierras. Diez gram panchayats [gobiernos locales] han renunciado para protestar contra la violación de la 73ª Enmienda.

En Jaitapur se han implantado órdenes prohibitivas y no se permite que se reúnan más de cinco personas. El 18 de abril de 2011, la policía disparó a los manifestantes contra el propuesto Parque de Energía Nuclear en Jaitapur. Uno murió y ocho resultaron gravemente heridos. La planta nuclear de 2.800 MW planificada en Fatehbad, Haryana, implica la adquisición de 608 hectáreas de tierra fértil de cultivo. Ochenta aldeas están protestando: dos agricultores han muerto durante las manifestaciones.

Se planea una planta de energía nuclear en Chutkah, Madhya Pradesh, donde 162 aldeas fueron desplazadas anteriormente por la represa Bargi. Cuarenta y cuatro aldeas se resisten a la planta de energía nuclear. El doctor Surender Gadakar, físico y activista antinuclear, describe la energía nuclear como una tecnología para hervir agua que produce grandes cantidades de venenos que tienen que hay que mantener aislados del entorno durante mucho tiempo. El plutonio que se produce como desecho nuclear, tiene una vida media de 240.000 años, mientras la vida promedio de los reactores nucleares es de 21 años. Hasta ahora no existe un sistema seguro probado para la eliminación de los desechos nucleares. El combustible nuclear usado tiene que enfriarse constantemente y cuando fallan los sistemas de enfriamiento nos vemos ante un desastre nuclear. Es lo que ocurrió en el reactor nuclear 4 de Fukushima.

La concentración en combustibles fósiles, emisiones de CO2 y el cambio climático permitieron que de repente se presentara la energía nuclear como «limpia» y «segura». Pero la tecnología de la energía nuclear consume más energía de la que general si se tiene en cuenta la energía necesaria para enfriar combustible gastado durante miles de años. En India los costes de la energía nuclear son todavía mayores porque las plantas de energía nuclear tienen que apoderarse de tierras y desplazar gente. La planta nuclear Narora en Uttar Pradesh, que está a solo 125 kilómetros de Delhi, desplazó cinco aldeas. En 1993 hubo un gran incendio y casi una fusión nuclear en Narora.

El mayor coste de la energía nuclear en India es la destrucción de la democracia y de los derechos constitucionales. La energía nuclear tiene que debilitar la democracia. Lo vimos durante el proceso de la firma del Acuerdo Nuclear EE.UU.-India. Lo vimos en el escándalo de «dinero por votos» durante la moción de censura en el Parlamento. Y lo vemos cada vez que se planifica una nueva planta nuclear. La física Sowmya Dutta nos recuerda que el mundo tiene potencial para 17 teravatios de energía nuclear, 700 teravatios de energía eólica y 86.000 teravatios de energía solar. Las alternativas a la energía nuclear son mil veces más abundantes y millones de veces menos peligrosas. Ejercer presión a favor de plantas nucleares después de Fukushima es pura demencia.

La doctora Vandana Shiva es directora ejecutiva del Navdanya Trust.

Navdanya International – 24 de mayo de 2011

Fuente: http://www.globalresearch.ca/index.php?context=va&aid=24963

rCR