El próximo 1 de octubre el gobierno del Estado debe decidir si renueva o no el permiso de funcionamiento de la central nuclear de Ascó, en la Ribera d’Ebre, Tarragona, durante otros 10 años más. Grupos ecologistas, antinucleares y una parte de la sociedad civil ha alzado su voz para que se abandone de una […]
El próximo 1 de octubre el gobierno del Estado debe decidir si renueva o no el permiso de funcionamiento de la central nuclear de Ascó, en la Ribera d’Ebre, Tarragona, durante otros 10 años más. Grupos ecologistas, antinucleares y una parte de la sociedad civil ha alzado su voz para que se abandone de una vez este tipo de energía en España y se empieze precisamente por la central de Ascó.
Decálogo de razones para la NO a la renovación de la licencia de Ascó-1 y Ascó 2:
1.- Falta de seguridad
Ascó ha acumulado casi un centenar de problemas de funcionamiento en los últimos 4 años. El más grave, el 26 de noviembre de 2007, con un escape masivo de partículas radiactivas que contaminó sus edificios y el entorno, llegando hasta la costa.
2.- Falta de control legal
Ante estos hechos, la dirección de la central y el Consejo de Seguridad Nuclear ( CSN ) escondieron la contaminación durante más de 4 meses, hasta que Greenpeace denunció lo que había pasado. Todavía se tienen que depurar las responsabilidades legales. Hace unos días precisamente el CSN autorizó la prórroga del funcionamiento de Ascó, aunque su decisión no debería ser vinculante.
3.- Inestabilidad geológica de su emplazamiento
La central nuclear de Ascó está situada sobre una zona de argilas expansivas que pueden llegar a desplazarse hasta 10cm al año, en función de las lluvias. Además, el complejo está rodeado por el río Ebro y por los pantanos de Flix y Mequinensa, con lo que también hay riesgo de inundación.
4.- Residuos y contaminación
Ascó lleva funcionando 29 años, y de momento dejará como legado un mínimo de 1300 toneladas de residuos radiactivos que se deberán mantener en un lugar seguro, ya que emitirán radiación durante miles de años. Cada año que funciona, la central añade unas 50 toneladas más de estos residuos a los que ya existen. Además, cada año la central espolia el caudal de agua al río Ebro porque necesita evaporar 3,2 litros por cada KW/hora generado, lo que significa cerca de 50 hm cúbicos cada año.
5.- Aprender de experiencias pasadas
La catástrofe de Fukushima en Japón ha supuesto una nueva demostración de hasta qué punto un accidente nuclear se convierte en una catástrofe permanente: durante décadas la vida resulta afectada, la población debe ser desplazada, y la contaminación se dispersa en miles de kilómetros, afectando el aire, el agua y los alimentos. En Cataluña ya hubo una seria advertencia en octubre de 1989, con el accidente nuclear de Vandellós 1.
6.- La energía nuclear es la que menos empleo genera
Es la energia que genera menos empleo por unidad de energía producida. Menos que cualquier otra energía renovable, según datos de Comisiones Obreras- CC.OO y del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía- IDAE del Ministerio de Industria, publicados en un informe de noviembre de 2010. De hecho, en 2010, según CC.OO y IDAE , el sector español de las energías renovables generó 70.000 empleos directos, ocho veces más que el sector nuclear.
7.- Energías alternativas al alcance
Podríamos prescindir de la contribución nuclear en nuestro consumo eléctrico, y mucho más de la producida por la central de Ascó, que sólo representa un 2% de la energía electrica que consumimos en el Estado español. La electricidad que produce Ascó puede ser sustituida sin problemas por la que generan otras tecnologías que ya están en funcionamiento y no son tan peligrosas: centrales de cogeneración con gas, hidráulicas, eólicas, solares o geotérmicas.
8.- La energía nuclear no genera independencia energética
España importa el 100% del uranio que se emplea como combustible en sus centrales nucleares, por lo que nuestra dependencia del extranjero al respecto es total. También dependemos totalmente de países extranjeros en otras fases básicas del ciclo nuclear, como el enriquecimiento del combustible. La situación es idéntica en otros aspectos tecnológicos: los diseños de reactores, las patentes para la fabricación de los elementos combustible, etc., son extranjeras.
9.- Una promesa del presidente Zapatero
El PSOE ganó las pasadas elecciones generales haciendo uso de una serie de promesas, como la de cerrar las centrales nucleares de forma progresiva y substituirlas por «energías limpias, seguras y menos costosas», como reza su programa electoral. ¿No sería hora de que, al menos, empiece a cumplir parte de esta promesa? ¿Te acuerdas de la campaña de Greenpeace «Señor Zapatero, cierre las nucleares»?
10.- Descontento social
Campañas locales, nacionales e internacionales están haciendo incidencia para que se cierren las centrales nucleares situadas en Europa de forma progresiva. Además, en los últimos meses han intensificado su lucha después del desastre de Japón y se han convocado manifestaciones por diversas ciudades europeas, como la del pasado mes de junio en Barcelona. De momento la campaña lanzada por Tanquem les nuclears ya cuenta con la adhesión de decenas de particulares y organizaciones.