El colaborador de Diagonal Íñigo A.R., autor del blog Los ideales del gol inaugura su sección del mismo nombre en la página de deportes del suplemento Culturas.
Cada vez que veo una bandera enorme y desproporcionada desconfío, no puedo evitarlo. Y cuanto más grande y más fuera de lugar encuentro esa bandera más sospecho que está ahí para tapar alguna vergüenza. En política tenemos un ejemplo claro: mientras el PP y el PSOE venden España a empresas multinacionales y potencias extranjeras, a la mínima se refugian en la rojigualda y el himno nacional, acusando al resto de antiespañoles como sinónimo de antisociales.
El fútbol, como siempre, es un reflejo de la sociedad. El FC Barcelona es a día de hoy la base de la selección española, de la mejor selección española de todos los tiempos. Eso que los expertos llaman «el ADN Barça» es la clave de triunfos como el Mundial y la Eurocopa. Sin embargo, los Xavi, Busquets, Puyol, etc., por muy bien que jueguen al fútbol y por muchos trofeos que ganen para España, siempre tendrán la sombra de la duda sobre sus cabezas. Jugar bien es importante, sí, pero igual de importante o más es darse golpes en el pecho bien fuerte con cada victoria o gritar más alto que cualquier otro «¡Viva (o incluso arriba) España!». Ser catalán, vasco, izquierdista… en el fútbol y fuera de él siempre fue motivo de desconfianza, la tradicional anti-España.
Y es que no deja de ser paradójico. Mientras por un lado PP y PSOE se prodigan en un patriotismo vacío de ideas pero lleno de simbología y sensacionalismo manipulador, quienes están en la calle protestando por la debacle del país son precisamente los que tradicionalmente se consideraron la anti-España. Lo mismo que sucede con el fútbol. Por eso me dan ganas de hacerme patriota, para echarles en cara todo esto, pero ¿qué es el patriotismo español hoy en día? Una bandera bien grande y bien bonita que tapa todo lo demás. O lo que es lo mismo, una selección de fútbol.
Fuente: http://www.diagonalperiodico.net/Ojala-fuera-patriota.html