Una original campaña liderada por hombres logra el compromiso de miles de congéneres en Argentina para reflexionar sobre los abusos de poder y erradicar la violencia contra las mujeres. La campaña se denomina «260 Hombres contra el machismo», en alusión a la cantidad de femicidios o feminicidios perpetrados en 2010 en el país, según datos […]
Una original campaña liderada por hombres logra el compromiso de miles de congéneres en Argentina para reflexionar sobre los abusos de poder y erradicar la violencia contra las mujeres.
La campaña se denomina «260 Hombres contra el machismo», en alusión a la cantidad de femicidios o feminicidios perpetrados en 2010 en el país, según datos recogidos solo en medios de comunicación.
La idea es sumar a destacados referentes de distintos ámbitos como la política, el arte, el sindicalismo, las Fuerzas Armadas, las religiones y pedirles que convoquen a hombres de su sector o comunidad para reflexionar sobre estos temas e invitarlos a firmar un compromiso.
En lo que va del año se realizaron 29 actos liderados por ministros, líderes gremiales, militares, policías y otros referentes que les hablaron a sus pares varones sobre la necesidad de cuestionar el machismo y sus efectos sobre la vida de las mujeres.
El compromiso, que ya firmaron más de 6.000 hombres, establece realizar una cotidiana evaluación de sus actitudes machistas haciendo un esfuerzo para cambiarlas y a no ejercer ningún tipo de violencia contra las mujeres.
«Es muy interesante ver al ministro de Defensa (Arturo Puricelli) convocar al Estado Mayor Conjunto y, en un salón repleto de militares, hablarles contra el machismo y comprometerlos», dijo a IPS el activista José María Di Bello, uno de los líderes de la campaña.
También estuvieron en el Servicio Penitenciario Federal, donde el director habló con sus subordinados. Luego los agentes se tomaron fotos levantando carteles con los nombres de las mujeres asesinadas el año pasado por sus parejas o exparejas durante 2010.
«Las mujeres siempre se movilizaron para defender a sus compañeras, las legisladoras motorizan leyes a su favor, las feministas marchan contra la violencia, pero nosotros siempre estuvimos ausentes», remarcó Di Bello, de la organización no gubernamental Efecto Positivo.
«Si queremos terminar con la violencia contra las mujeres, los hombres nos tenemos que involucrar y denunciar el machismo, que es el padre de todas las violencias. Queremos sensibilizar y ser parte de la solución», afirmó.
La campaña resultó un éxito. En las últimas elecciones nacionales del 23 de octubre se colocaron afiches en todos los centros de votación con leyendas contra el machismo y proponiendo que los votantes se sacaran una foto con el cartel y la difundieran en las redes sociales por Internet.
Di Bello reveló que el primero en aceptar la propuesta fue el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, quien convocó a todo el personal de su cartera al acto. Ahora muchos los llaman para que lo inviten a participar como referentes, dijo.
La idea de convocar a hombres contra el machismo ya había tenido un antecedente en 2010 por iniciativa de Darío Witt, fundador y coordinador de la no gubernamental Casa Abierta Maria Pueblo para Mujeres, Niñas y Niños Víctimas de Violencia.
En esa casa, que da refugio a 60 mujeres en La Plata, capital de la oriental provincia de Buenos Aires, se ofrece además una línea telefónica para denuncias, servicio legal gratuito, talleres de capacitación y apoyo en microemprendimientos.
«Nosotros trabajamos desde hace 15 años en un abordaje integral de estos temas, atendimos a más de 20.000 personas, contribuimos a más de 400 detenciones (de hombres agresores) y a unas 1.700 exclusiones del hogar», enumeró Witt.
Sin embargo, advirtió que era necesario cambiar el eje. «Yo soy como un perro verde para mi género, muchos incluso me dicen que soy un traidor por trabajar en estos temas y las feministas también nos ven con desconfianza o nos marginan», dijo.
«Pero creo que la cultura machista perpetúa, legitima e invisibiliza el abuso de poder, por eso nosotros tenemos que apuntar contra esa cultura, aunque sin la participación efectiva de los hombres va a ser imposible cambiarlo», advirtió.
Con estas ideas en mente, Witt lanzó en 2010 una propuesta: convocar a hombres que quisieran manifestarse contra el machismo en torno al Obelisco, el monumento emblemático situado en el centro de la ciudad de Buenos Aires.
A la cita acudieron poco más de 150 hombres a pesar de que la campaña se proponía llegar a 231, que era el número de feminicidios registrados en 2009. No obstante, en base a esa idea original, el proyecto creció para este año.
Alex Freyre, de la Fundación Buenos Aires Sida, y Di Bello, crearon el Instituto Nacional de Hombres contra el Machismo y propusieron una nueva campaña que convoque a los referentes, una idea que contribuyó mucho a difundir el mensaje.
El Consejo Nacional de las Mujeres y otros organismos del gobierno centroizquierdista de Cristina Fernández apoyaron la campaña para contribuir a que se replique en las provincias del interior del país.
Freyre y Di Bello son conocidos por su militancia a favor de la atención a personas portadoras del virus de inmunodeficiencia humana (VIH, causante del sida) y por los derechos de las minorías sexuales. Trabajaron muy fuerte por el matrimonio de personas del mismo sexo, y cuando se sancionó la ley fueron los primeros en casarse.
IPS consultó a Di Bello si la idea de sumarse a la campaña contra el machismo fue porque, como minoría sexual, también padecen la discriminación por parte de quienes consideran que un gay no encaja dentro del estereotipo de masculinidad.
«Se conjugaron las dos cosas», dijo. «La desigualdad que existe respecto de la diversidad sexual tiene mucho que ver con el estereotipo sexista, pero nosotros también sabemos mucho de la vulnerabilidad de la mujer», destacó.
Tanto él como Freyre trabajaron muchos años con mujeres portadoras del VIH que manifiestan sus dificultades para negociar su protección antes de tener relaciones sexuales. «Todo el tiempo escuchábamos esos relatos donde se veía la violencia contra ellas», remarcó.