Joan B. Culla i Clarà es un historiador de la Universidad Autónoma de Barcelona. De orientación sionista e independentista, es un clásico colaborador del diario global-imperial. «Después de la gran ola» es el título de su artículo de este semana [1]. El subtítulo: «La marea humana de la Diada, compuesta básicamente por conversos, ha abierto […]
Joan B. Culla i Clarà es un historiador de la Universidad Autónoma de Barcelona. De orientación sionista e independentista, es un clásico colaborador del diario global-imperial. «Después de la gran ola» es el título de su artículo de este semana [1]. El subtítulo: «La marea humana de la Diada, compuesta básicamente por conversos, ha abierto la puerta a la política con mayúscula»
Culla i Clarà apunta en su escrito lugares más o menos comunes, no por ello menos verdaderos. Un ejemplo: «[…] lo que llenó las calles el martes fue el hartazgo de ser los cornudos y apaleados del Estado de las autonomías, un hartazgo que la coyuntura económico-social sin duda ha agudizado. Mal que le cueste admitirlo, la España política y mediática ha sido, a lo largo de los últimos dos lustros, una formidable fábrica de independentistas catalanes: el pasado día 11 se recogió la producción».
Prodiga a continuación halagos a fuerzas políticas que coinciden con las tesis que él defiende y hachazos inmisericordes a aquellas otras que mantienen posiciones más o menos enfrentadas. Ejemplo de lo primero: «Con todo, unos se mueven con mayor destreza que otros en el entorno de la gran ola. Iniciativa Verds [ICV, una parte de la Izquierda plural del Congreso de diputados], sin dejar de denunciar cada día los recortes y las políticas neoliberales, la surfea con considerable habilidad». Ejemplo de lo segundo: «[…] lo más triste es la postura del vértice del PSC: ausente de la manifestación sin osar descalificarla, asustado, desnortado ante la amplitud y la transversalidad del fenómeno, agarrándose cual náufrago al podrido tablón federalista». El «podrido tablón federalista» es marca de la casa Culla i Clará igual que el contenido y tono de lo añadido: «Menos mal que los Ros, Geli, Tura y Maragall salvaron para la historia la imagen de un socialismo catalanista». ¡Menos mal!
Sea como fuere, es otro el punto esencial. Culla i Clarà es historiador. Se supone que el oficio exige rigor, documentación e intento de máxima objetividad. Pues bien, vean como empieza su artículo el profesor de la UAB: «A la intención de quienes tratan de minimizar la envergadura del 11-S barcelonés de 2012, vayan por delante un recordatorio y una reflexión. El primero: movilizando en el mejor de los casos 50 o 100 veces menos [insisto: cincuenta o cien veces menos] gente, el Movimiento 15-M mereció una colosal atención mediática y se ha creído con fuerzas para impugnar de arriba abajo todo el sistema político vigente (ley electoral, representatividad de partidos e instituciones, etcétera)».
Dejemos, no se puede hablar de todo, lo de «colosal atención mediática» y lo de «impugnar de arriba abajo todo el sistema político vigente». Un señor historiador, profesor de la Autónoma, que luego habla de «absurdos debates cuantitativos», apunta que los ciudadanos movilizados por el 15M son la centésima o la cincuentava parte de los movilizados el 11 de septiembre. Si tomamos como referente la absurda cifra de 2 millones de manifestantes, Culla i Clarà atribuye 20 o 40 mil asistentes a las movilizaciones del 15M (6 mil o 12 mi si tomamos base en la cifra calculada por los periodistas de El País: 600 mil personas).
Una de las movilizaciones del 15M, un mes después de la irrupción del movimiento ciudadano, finales o mediados de junio si no recuerdo mal, fue -sin atisbo para ninguna duda consistente- la mayor manifestación con finalidades sociales y políticas de izquierda en estos últimos 35 años en Barcelona. Hablar de 200 mil personas es calcular muy a la baja.
Calculo a la baja. Dividiendo entonces: la tercera parte o, si me apuran, la décima parte (que no es el caso), no la centésima. ¿Este es el rigor exigible de un historiador? ¿Este es el rigor periodístico que da el oficio?
La segunda comparación de Culla i Clarà no tiene tampoco desperdicio: si un día las centrales sindicales lograsen poner en la calle a la cantidad de gente que se manifestó el pasado martes en Barcelona, señala, «¿qué no se sentirían legitimadas para exigir al día siguiente?».
¿Qué tal? ¿Cómo se les ha quedado la cara, el cuerpo y el alma? Y decía ser de izquierdas en su día.
Pero el sesudo, siempre admirado y riguroso historiador de la Autónoma no camina solo desde luego. Santiago Niño Becerra, Catedrático de Estructura Económica y profesor en la Facultad de Economía IQS Instituto Químico de Sarrià de la Universidad Ramón Llull de Barcelona, una institución privada, transita por senda muy similar. Resumo:
Tesis: Definitivamente, el independentismo -o sectores de él supuestamente ilustrados-pero que muy ilustrados- no es humanismo. Contrastación de la afirmación [2]:
El catedrático en cuestión, en declaraciones a La Rambla de BTV, una televisión pública barcelonesa, manifestó que antes de preguntarnos si era viable una Catalunya independiente «a nivell econòmic», nos teníamos que preguntar «quina Catalunya», qué Cataluña. Ya pueden imaginarse hacia qué diana se apunta.
Recordó don Santiago, que tal sea hijo de emigrantes, que «la región de Europa que tiene una tasa más elevada de inmigrantes es Flandes, el 17%. En segundo lugar, está Catalunya, con un 14,5%. Catalunya tiene actualmente 650.000 parados, prosiguió. De ellos, ¿cuantos son inmigrantes?, preguntó con voz tronante y segura. ¿Cuántos, cuántos?
Don Niño Becerra sugirió -más bien insistió- que esta Catalunya independiente económicamente, ¿no podría llegar a un acuerdo para expulsar -«per treure»- los inmigrantes parados que no se necesiten? No es el mismo, prosiguió, pensar en una Cataluña independiente con 500.000 parados inmigrantes que sin ellos. Luego sentenció: «Catalunya es viable como Estado prescindiendo de unos cuantos parados que en absoluto corresponden a Catalunya». Efectivamente: son parados de España.
¿Están emocionados? ¿Se dan cuenta del humanismo de nuestros grandes pensadores económicos? ¿Ven como la manifestación del 11 de septiembre da para mucho? Y así siguiendo.
«Marcelo, otra de queso»… Perdó, perdó: «Senyor Mas, senyor Mas, una de foie gras».
P.S. En El Periódico, 14 de septiembre de 2012, se informa que Moscú figuraba entre las candidatas a la gira de conciertos que el cantautor Raimon iniciará el 28 de septiembre en diferentes universidades europeas. En la capital rusa, el acto lo coordinaba el Instituto Cervantes que sugirió a Raimon «si podía cantar algún tema en castellano. Pero al contestar que en su repertorio no tenía ninguno, se truncó la invitación».
Empero, un amigo que conoce muy bien las interioridades del Instituto Cervantes, concede muy poca credibilidad a la «información». «Y más teniendo en cuenta que Raimon ya actuó en Moscú con participación del Instituto Cervantes». Él mismo estuvo allí. Lo destacable del concierto, «en el que si no recuerdo mal todas las canciones fueron en catalán», es que «en medio de una canción le saltó una cuerda de la guitarra. Anécdota que según él no le había pasado nunca en concierto».
Por lo demás, el actual director del IC en Moscú es nieto de Josep Maria de Sagarra e hijo del crítico teatral Joan de Sagarra. Cuesta verlo imponiendo ‘cuotas’ de canciones en castellano. De hecho, me recuerda mi amigo, uno de los objetivos del IC «es la difusión de TODAS las lenguas españolas». En Moscú, por ejemplo, tenían bastante éxito las clases de catalán. Hasta el momento, toquemos madera, el nacionalismo españolista no ha puesto su bota de mando en el IC, cuanto menos en todas sus delegaciones.
¿A qué ayuda entonces la información de El Periódico, que también se edita en catalán?
Notas:
[1] Joan B. Clara i Clarà, «Después de la gran ola». El País, 14 de septiembre de 2012, p. 2 (edición Catalunya)
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