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Dudas sobre el proceso constituyente de Arcadi Oliveres y Teresa Forcades

Fuentes: Rebelión

Con una publicidad que no ha tenido ninguna otra de las iniciativas de la izquierda hasta el día de hoy, Arcadi Oliveres y Teresa Forcades presentaron, con todo tipo de detalles, su proceso constituyente. Teresa pedía «sólo» 100.000 adhesiones para el día de S. Jordi. ¿»Hacia un proceso constituyente?» Esta era la pregunta que se […]

Con una publicidad que no ha tenido ninguna otra de las iniciativas de la izquierda hasta el día de hoy, Arcadi Oliveres y Teresa Forcades presentaron, con todo tipo de detalles, su proceso constituyente. Teresa pedía «sólo» 100.000 adhesiones para el día de S. Jordi.

¿»Hacia un proceso constituyente?» Esta era la pregunta que se hacía en el debate organizado por la Fundación de Iniciativa per Catalunya Nous Horitzonts el pasado 4 de abril con destacados dirigentes de IC, el ex-dirigente de ERC, Ignasi Llorente; el líder de la corriente Avanzamos del PSC, Joan Ignasi Elena; el responsable de EUiA (Esquerra Unida i Alternativa), Joan Josep Nuet, es decir, la izquierda de los gobiernos tripartitos. Pocos días después, la pregunta obtenía una respuesta con la iniciativa de Arcadi Oliveres y Teresa Forcades. Rápidamente Joan Herrera, figura pública de IC, ha declarado su simpatía.

Uno de los principales objetivos, dice el manifiesto de Arcadi Oliveres y la Teresa Forcades, es «articular una candidatura lo más amplia posible para las próximas elecciones al Parlamento de Cataluña». Como mínimo sorprende que hayan pasado décadas durante las cuales las candidaturas de siempre eran las únicas a obtener escaños en el Parlament y ¿ahora que aparece con fuerza la CUP-AE, ahora hay que impulsar otra candidatura? Nosotros diríamos lógicamente que lo hace falta es potenciar la CUP-AE abriéndolo a otras colectivos. Y si vienen Arcadi Oliveres y Teresa Forcades a esta confluencia, bienvenidos sean.

Pero como siempre es decisivo decir cuáles son los objetivos de la unidad para responder definitivamente a la pregunta inicial. La respuesta es sencilla. ¿Se trata de romper con el capitalismo, término que no se menciona en ningún momento en el manifiesto, o de buscar una imposible humanización del sistema? ¿Se trata de potenciar una unión de fuerzas para ponerlas al servicio de la lucha para parar los desahucios, los recortes y los próximos presupuestos, o de un proyecto electoral? Si de lo que se trata es de hacer una coalición esencialmente electoral para aceptar la política «del posibilismo dentro del sistema y el régimen actual» cómo IC/EUiA hicieron dentro del tripartito, la de Saura con los Mossos d’Esquadra, o los acuerdos sobre privatizaciones de la gestión del sistema sanitario o de los principales ejes de la Ley de Educación de Catalunya… La respuesta a esa unidad es no gracias.

No hay que ir muy atrás para ejemplificar del qué estamos hablando: Josep Vendrell de IC-EUiA, el 13 de marzo, en la interpelación al Gobierno de la Generalidad sobre la estabilidad presupuestaria y la deuda (tram. 300-00015/10) dejó bien claro el tema de la deuda, dirigiéndose al Consejero Mas Culell: «Si usted me ha escuchado bien yo no he dicho: «No pague.» Yo le he dicho: «Es necesario en estos momentos renegociar, plantear la renegociación, con las entidades financieras.». Nosotros sí diríamos «no pague» la deuda porque primero son las necesidades de las personas de este país, los salarios, la vivienda, la sanidad y la educación.

Si las respuestas a los problemas no son claras, es lícito que podamos pensar, que más allá de la voluntad de Arcadi Oliveres o Teresa Forcades, podamos estar ante un intento de abortar un proceso real de construcción de una alternativa política al sistema capitalista y al régimen monárquico que se viene gestando en las CUP-AE (Candidatures d’Unitat Popular-Alternativa d’Esquerres), en las CAV (Candidatures Alternatives del Vallès), en la izquierda revolucionaria, en tantos y tantos movimientos y en muchos trabajadores y jóvenes que la ven necesaria. Más bien estaríamos ante la recolocación de IC para dar el abrazo del oso a los intentos de construcción política que aparecen a su izquierda. Por eso parece, como mínimo, poco prudente que organizaciones de la izquierda revolucionaria como Revolta-Esquerra Anticapitalista den todo el apoyo.

En poco tiempo también veremos si efectivamente estamos ante la voluntad de construir una amplia unidad por la lucha o no. Se discuten los presupuestos de la Generalitat de Catalunya con una deuda que va consumiendo las finanzas y se anuncian recortes históricos (más de 4.000 millones, la misma cifra que tiene que recortar nuestro vecino Portugal que ha sido «rescatado») y entonces veremos si de lo que se trata es de aceptar la «renegociación» con las entidades financieras o pedir que se pare el pago a estas entidades para hacer frente al paro y a los servicios públicos. Si de lo que se trata es preparar la movilización en la calle o de ir preparando una candidatura.

Este artículo pretende alertar pero no quiere especular. El paso imprescindible es avanzar en la confluencia de las 700 personas que llenaban el Palacio de Deporte de Olot el pasado 17 de marzo en la asamblea de la CUP con las 180 convocadas por las CAV y otras entidades el pasado 6 en Ripollet. Las dos reuniones pretendían la construcción de un referente político. En los debates había numerosos puntos de coincidencia, puntos suficientes por avanzar juntos y también discusiones importantes y diferencias que habrá que discutir. Parar unos presupuestos que amenazan despidos masivos, privatizaciones, recortes a sanidad y educación pública es una tarea que tiene que acercarnos.

Josep Lluís del Alcázar, militante de Lucha Internacionalista

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.