1. Pere Ríos ha hablado de «Un fiscalizador incómodo» refiriéndose a Agustí Colom [AC] [1]. Es ajustado: todo fiscalizador debe resultar incómodo a los poderes y, sobre todo, a todos los poderosos implicados que trasgreden, cuando les viene en gana, leyes, normas y procedimientos establecidos. Si no es eso un fiscalizador, ¿qué debería ser entonces? […]
1. Pere Ríos ha hablado de «Un fiscalizador incómodo» refiriéndose a Agustí Colom [AC] [1]. Es ajustado: todo fiscalizador debe resultar incómodo a los poderes y, sobre todo, a todos los poderosos implicados que trasgreden, cuando les viene en gana, leyes, normas y procedimientos establecidos. Si no es eso un fiscalizador, ¿qué debería ser entonces?
AC es profesor de Teoría Económica en la Facultad de Economía y Empresa, la ex de Económicas, de la Universidad de Barcelona. Dejó, le hicieron dejar más bien, la Sindicatura de Cuentas hace apenas dos años. AC fue el autor del «informe Crespo», el ex alcalde que sigue siendo diputado de CDC (otra de las numerosas vergüenzas de la fuerza nacionalista neoliberal «soberanista»). En el informe en cuestión se destapaba un negocio de 2,4 millones de euros que beneficiaba a algunos médicos y a gestores a través de los Centros Médicos de Selva y Marcéeme (entre los beneficiarios -supuestosm por supuesto- estaría Xavier Crespo, el ex de Lloret, actualmente imputado por sus conexiones con «la mafia rusa». Un angelito.)
El informe nunca vio la luz. El pleno de la Sindicatura -las redes de las élites son las redes de las élites y lo demás son quimeras- no lo envió al Parlament, institución de la que depende. El resto de síndicos le pidieron que lo retirase. AC se negó. Insistió, como parece justo y razonable, en que se le diera al informe el trámite habitual. Ni caso. Acabaron, sí, enviando finalmente el asunto al Tribunal de Cuentas, pero no remitieron el informe de Agustí Colom, sino una información incompleta… que acabó archivada. Por supuesto.
De aquella época, conjetura Pere Ríos, «arranca el rechazo que al parecer [¿al parecer?] genera Colom entre los síndicos Jaume Amat y Jordi Pons», que discreparon abiertamente con él en el asunto del informe y que, ellos sí, repetirán en el cargo Pese a la oposición que despertó y despierta entre sus, digamos, no-colegas, AC es un ciudadano sólido, consistente: emitió un voto particular, se desmarcó de sus «compitas» en minoría de uno (cosa nada fácil) y advirtió que «la Sindicatura no puede obviar su conocimiento de varias operaciones». Algunas de esas actuaciones, señaló, «constituyen manifiestas irregularidades». ¡Manifiestas! Exigió que se depurasen responsabilidades contables y también «de otra naturaleza». Pero ni caso. Por supuesto también. La democracia representativa consiste, en opinión de algunos, en tomar por asalto las instituciones para negocios privados y partidistas.
AC es también autor de otro informe «sobre desviaciones presupuestarias detectadas en el diseño y construcción del hospital Moisés Broggi de Sant Joan Despí, inaugurado en febrero de 2010», en la época del segundo tripartito. ¡Las construcciones de la sanidad catalana están llenas de desviaciones así, dan para mucho! Curiosamente, hace tres años, recuerda Pere Ríos, «el PSC se quedó solo en defensa de la buena gestión de las obras, mientras que CiU, entonces en la oposición, y los socios de gobierno (Esquerra e Iniciativa-EUiA) exigieron que se aclaren las desviaciones presupuestarias y las duplicidades de pagos». El informe concluía que el contrato de construcción del hospital pasó de 71,2 a 74,7 millones, unos 3 millones y medio de más, sin justificación alguna. ¡Casi un 5% que supera por poco al famoso 4%!.
Según algunas fuentes bien informadas, don José Montilla, el ex president de la Generalitat, el president que doña Marta Ferrusola no aceptaba por llamarse «José» y no Josep como está y estaba mandado, Montilla, decía, el gran líder del socialismo transformador catalán, el ex de la izquierda comunista en sus años mozos, expresó en privado su malestar con AC. No sólo eso: «prometió hacer lo posible para vetarlo». Lo ha conseguido. La venganza, fría o helada, se consume mejor.
2. La Sindicatura ha admitido finalmente que usó una vía insólita para archivar el ‘caso Crespo’. No sólo: «el diputado de CiU reconoce que cobró como médico mientras era alcalde de Lloret». Tampoco es el último nudo-escándalo: «Jaume Amat admite en el Parlament que sólo 2 de los 683 (el 0,3%) informes del ente han sido aparcados». Uno de ellos, precisamente, ha sido el de la Corporación de Salud de la Selva y el Marcéeme, el informe de AC sobre Crespo. ¡Qué cosas tan curiosas doña Rosa!
La comisión del parlamento que investiga los escándalos en la sanidad pública catalana ha evidenciado, por si fuera necesario aún sin serlo, «que CiU y el PSC se conjuraron para no salir dañados al airearse los trapos sucios de la sanidad catalana». Una reciente sesión parlamentaria sirvió para analizar el llamado ‘informe Crespo’. El documento fue descalificado por todos los comparecientes. Su autor, vetado por CiU y PSC, no pudo defenderse. ¡Las sombras (y el poder oculto) de don Mas y don Montilla son muy pero que muy alargadas!
El actual síndico mayor, Jaume Amat por supuesto, apuntó, como se indicó, que sólo ha sucedido en dos casos de los 683 realizados. El cinismo de don Amat, cójanse a la silla, es de libro, para enmarcar: «Es un caso extraño. No solo no se aprobó sino que se decidió que decayera del plan de trabajo y no siguiera la investigación». ¿Entonces? «Razones técnicas»: Amat dixit [2].
Crespo, el imputado -es otro caso- por presunta relación con la mafia rusa, intervino en el Parlament. Evitó hablar de la investigación en curso y construyó su intervención en base a las críticas (técnicas) al informe. ¡Como el cemento! Luego se presentó como víctima. «Si yo [YO, en este su caso, con mayúsculas germánicas] no hubiese sido alcalde de Lloret de Mar, esto no hubiera pasado». ¡Le tienen manía!
Según el documento de la Sindicatura, el archivado, don Crespo y la señora de don Crespo, también médico, percibieron «hasta 209.000 euros en pagos irregulares» (un poquito menos que don Mariano Rajoy con los sobres PP-Bárcenas). El ex alcalde de Lloret trató de justificarlo todo. Negó que hubiera recibido ningún sobresueldo. Aseguró «que fue contratado en 2000 para gestionar CMSM, que además adquiría su cartera de clientes por 80.000 euros y le aseguraba unos ingresos equiparables a los que tenía trabajando por su cuenta».
Nombrado alcalde en 2003, abandonó entonces la gerencia. Eso si, ha admitido él mismo, tuvo que admitir que «cobró como médico ya en el cargo, sin comunicarlo al pleno hasta 2005» y que retomó la actividad médica porque… ¡se lo pedían los pacientes! Le decían, son sus palabras suyas: «¡Doctor, por favor, no me deje hasta que me muera!».
¿Se imaginan su intervención?
3. La situación tiene una derivada reciente, otro escándalo parlamentario con el PSC como protagonista.
CiU, PSC y ERC han pactado el apoyo mutuo a sus tres candidatos para la Sindicatura de Cuentas. A cambio una tontería, una pequeña nota marginal: vetar al síndico que propone ICV-EUiA. Agustí Colom, desde luego, que ya estuvo, como se apuntó, hace años en el organismo.
Quien la hizo, la paga. La venganza es la venganza. Sin perdón.
La Sindicatura de Cuentas catalana la componen siete síndicos que designa el Parlament. Entre ellos se elige al síndico mayor. Lo nombra el presidente de la Generalitat. Ahora, el síndico mayor es Jaume Amat, el ex secretario general del Departamento de Justicia, el que arremetió en su momento contra AC. ¿Cuadra todo? Cuadra.
Tres de los siete síndicos finalizaban ahora su mandato de seis años. Pueden ser renovados otra vez. Se trata de Amat, Enric Genescà y Jordi Pons. En 2007 fueron designados a propuesta de CiU, PSC y ERC, respectivamente. Amat y Pons optan a la reelección; Genescà, el propuesto en su día por el PSC, se jubila (¿Qué tal le queda la jubilación?).
Los «socialistas», que en esto no se han cortado ni un pelo, reconocen que la vacante que deja Genescà no les corresponde. Ya tienen un síndico, el que les toca. Debería cubrirse con el candidato que presenta ICV-EUiA «en aplicación de la ley D’Hont y de la norma no escrita de aritmética parlamentaria para renovar esos organismos».
Pero no, no ha sido el caso. El PSC no ha respetado esa tradición. ¿Para qué están las tradiciones sino para romperlas cuando se estima adecuado? El PSC, primero, solicitó una prórroga para la presentación de candidatos, que, claro está, le fue aceptada por el Parlament. Luego presentó la candidatura de Miquel Salazar. ¿Cómo? ¿Por qué? Sin olvidar el veto de don José M, aprovechando «el rechazo expresado por CiU hacia la candidatura de Colom» que, por supuesto, no es santo de la devoción de CDC, el partido que tiene su sede embargada por corrupción. ¡Con Crespo, el de la mafia rusa, no se juega! De nuevo, una vez más, CiU y PSC unidos de la mano y paseando por el jardín de los escándalos y las corrupciones. Sin olvidar diferencias en otros ámbitos, en estos que apuntamos son como Pili y Mili.
De este modo, la nueva sindicatura tendrá tres síndicos propuestos por CiU, dos por el PSC, uno por ERC y otro por el PP, una distribución que no se corresponde al reparto de escaños. Fuentes «socialistas» han justificado su actuación. Tomen nota: la culpa no sólo la tiene el cha-cha-chá, como cantaban Gabinete Caligari, sino el empecinamiento de ICV-EUiA en presentar el nombre de Colom. ¡Ya está bien, qué plomos! Aun más: añadieron lo siguiente: «Nosotros no tenemos ningún problema con ese candidato, pero CiU lleva meses advirtiendo que no quieren a Colom en la Sindicatura y aunque el PSC se desdiga, ese síndico no saldría elegido». Exactamente: ¡como el hormigón armado!
La pregunta, como es obvio, señaló Vendrell de ICV-EUiA, «no es por qué no presentamos otro candidato sino por qué rechazan a Colom». La respuesta de los «socialistas» no tiene desperdicio: es «la tozudez» de ICV-EUiA en mantener a Colom lo que les lleva a actuar así, nunca lo habrían hecho con otro nombre «menos ideologizado». ¡Menos ideologizado! ¡Ellos, precisamente ellos, imbuidos de un servilismo y un neoliberalismo vomitivo hasta la última base del ADN más recóndito hablan de ideología, de fanatismo ideológico! ¡Quina gent, quina gent!
4. Y, finalmente, ¡la suerte fue echada! En el pleno del Parlament del pasado miércoles 17 de julio, Las previsiones se acabaron cumpliendo. El pleno Parlament eligió «a tres de los siete integrantes de la Sindicatura de Cuentas tras una votación que consumó el pacto de CiU, Esquerra y el PSC para vetar a Agustí Colom». Los diputados apretaron el botón de manera secreta. El Parlament difundió horas después una nota en la que se explicaba que AC solo había logrado 15 votos a favor (los de ICV-EUiA), 67 en contra (CiU y PSC) y 49 abstenciones (el resto de partidos, ERC entre ellos).
Para elegir a los síndicos se requieren tres quintas partes de la cámara (es decir, 81 diputados). La cifra la superaron Amat y Jordi Pons, propuestos por CiU y ERC. Lo mismo ocurrió con Miquel Salazar, el candidato del PSC. Será quien ocupará la plaza que correspondería a AC
Joan Herrera, el representante de ICV-EUiA, apuntó que nacionalistas y «socialistas» «quieren taparse las vergüenzas… [que] «deben tener muchas cosas que esconder porque sólo así me lo explico».
En síntesis: si ustedes quieren experimentar un nido de víboras corruptas piensen en la sanidad catalana y luego dense un paseo por el Parc de la Ciutadella, donde se ubica el Parlament.
PS. Mientras tanto, los poderosos corruptores del entramado catalán siguen felices, felicitarán directa o indirectamente a sus fieles servidores, a sus brillantes actuaciones parlamentarias y a continuar, a continuar, que tienen mando en plaza y los mosquitos rebeldes se estrujan en un pim-pam-fuego, y nos quieren enterrar a todos nosotros en el mar… Pero no podrán.
Notas:
[1] He tomado pie en las informaciones publicadas en http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/07/15/catalunya/1373890892_622798.html
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/07/15/catalunya/1373919034_618516.html y en diversos artículos de la prensa generalista.
[2] Según parece, la Sindicatura envió un informe al Tribunal de Cuentas, sin detallar las irregularidades y el documento, como se indicó, fue archivado. Cuando EL PAÍS destapó el informe en 2012, «la Fiscalía decidió reabrir el caso».
Salvador López Arnal es miembro del Frente Cívico Somos Mayoría y del CEMS (Centre d’Estudis sobre els Movimients Socials de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona; director Jordi Mir Garcia)
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.