Lima, diciembre del 2014 Considerando: 1. Que la exploración, extracción y el uso de hidrocarburos es un arma de destrucción masiva. Provoca modificaciones ambientales que generan efectos a largo plazo sobre el planeta en su conjunto y es la causa de la mayoría de guerras del siglo XX y de lo que va del XXI. […]
Lima, diciembre del 2014
Considerando:
1. Que la exploración, extracción y el uso de hidrocarburos es un arma de destrucción masiva. Provoca modificaciones ambientales que generan efectos a largo plazo sobre el planeta en su conjunto y es la causa de la mayoría de guerras del siglo XX y de lo que va del XXI. Ejemplo de ello son los conflictos bélicos en Palestina, Siria, Libia, Irak, Afganistán y Ucrania; las guerras de diferente intensidad, como en Venezuela; y la profunda agudización de los conflictos socio ambientales -criminalización, estigmatización y asesinato de lideresas y líderes comunitarios- e incluso armados en las zonas petroleras, como en Colombia, México o Ecuador.
2. Que las fronteras de extracción están llegando a las últimos espacios de la existencia de la vida y la diversidad: a territorios indígenas, de pesca artesanal, campesinos, de tradición afro-descendente, áreas protegidas, mares profundos, altas montañas, y ahora, a cualquier parte, con la fractura de la roca madre y la combustión in situ. Esa apertura de fronteras, tanto geográfica como tecnológica, no sólo pone en riesgo la reproducción de vida de las comunidades locales, cuyos territorios son incorporados a las lógicas de mercado global, sino también de los propios trabajadores del petróleo.
3. Que está científicamente probado y es evidente que los cambios climáticos son provocados, en su mayor parte, por las emisiones en la quema de combustibles fósiles
4. Que el modelo de industrialización que se consolida en los países del Norte y se extiende hacia los países emergentes, como los BRICS, necesita del acceso y control sobre nuevas reservas para mantener la sociedad de consumo que sustenta su economía, pero que además está relacionada de manera directa con los mercados domésticos de todos los países, incluidos los nuestros.
5. Que la extracción de hidrocarburos, y en general de los combustibles fósiles, reproduce y fortalece los modelos patriarcales de relaciones con la naturaleza y con la sociedad que someten a las mujeres a condiciones de violencia y abuso, violentan las formas comunitarias de vida y relación, y esclavizan a la naturaleza como proveedora de recursos naturales y servicios ambientales, y alteran su capacidad de crear y reproducir vida.
6. Que el capitalismo petrolero nos somete a ser esclavos de un modelo basado en la obsolescencia en los productos de consumo -derivados del petróleo-, la aceleración en la circulación de mercancías, la presencia de transnacionales -públicas y privadas- o empresas subordinadas a ellas, la fuga agresiva de materias primas, la promoción de una urbanización salvaje -haciendo que en las ciudades la gente deba romper su vínculo con la tierra- y se aumente del trabajo precario.
7. Que en el contexto de América Latina, la ampliación de las relaciones con China se traduce en nuevos endeudamientos de nuestros países, donde ha sido uno de los principales vectores para la intensificación del extractivismo, la reprimarización[1] de la economía y una mezcla perversa de industrialización de unos y desindustrialización de otros para cumplir un rol en el mercado internacional.
8. Que los gobiernos de la región, más allá de sus tradiciones políticas -de izquierdas, progresistas o derechas-, continúan con su culto a la modernidad, progreso y desarrollo. De esta manera se favorece y sostiene a los viejos grupos de poder e impulsa el surgimiento de nuevos, vinculados a la construcción de infraestructuras y de servicios por encima de las necesidades de los ciudadanos y sus derechos humanos.
9. Que las transnacionales, públicas y privadas, han afinado sus estrategias de control, acumulación e impunidad haciendo sociedad con otras empresas; a veces atacando a Estados y otras negociando servicios; a veces participando directamente otras usando empresas junior para competir con las nacionales. Intervienen en todos los escenarios, incluso en las guerras, en sus diferentes magnitudes. Invierten en tecnologías para la extracción de crudos más pesados, más profundos, como la fractura hidráulica, violentando los estratos de la Tierra.
10. Que la crisis del petróleo, la especulación, la presión por aumentar la extracción son expresiones de un capitalismo en pleno proceso de readaptación y que no confrontarlo solo implica permitir más acumulación por despojo de derechos de los pueblos y de la naturaleza.
11. Que COP tras COP las delegaciones de los Estados y de las corporaciones impiden en la práctica reducciones radicales a la exploración y uso de combustibles fósiles. Por el contrario, apuestan a la expansión del modelo petrolero como condición de posibilidad para el mercado del carbono, la economía verde y la mercantilización de la naturaleza.
13. Que por todo el continente comunidades y pueblos no sólo luchan para impedir que nuevos territorios sean sacrificados sino que también en sus prácticas y experiencias muestran formas alternativas que evidencian que sí son posibles modos de vivir sin los actuales consumos de petróleo. Las comunidades, las organizaciones ecologistas y defensoras de los territorios son ahora consideradas y calificadas como saboteadoras o terroristas por no compartir esa visión hegemónica.
Oilwatch Latinoamérica y las organizaciones que enfrentan el modelo petrolero se han convocado para pronunciarse públicamente.
Demandamos:
1. Condenar al capitalismo petrolero causante de ecocidio y genocidio.
2. Condenar a las empresas transnacionales y nacionales del petróleo por sus agresiones, por la imposición, especulación y seducción con las que ocupan territorios de la vida y de las comunidades.
3. Condenar a las empresas financieras, cómplices de las petroleras, que apoyan e impulsan la expansión de esta nociva actividad.
4. Condenar a los Estados Nacionales por no garantizar los derechos colectivos y por la destrucción de los territorios y socio economías
5. Apoyar los reclamos, las acciones legales, las denuncias de las comunidades que alrededor del mundo protegen la vida y los territorios libres de petróleo, carbón y gas.
6. Declarar a las comunidades, organizaciones y personas que con su accionar impiden que salga más crudo del subsuelo, como gestores de la vida y defensores de la naturaleza.
Oilwatch Latinoamérica y las organizaciones que apostamos al redescubrimiento de las fuerzas liberadoras de la naturaleza y su vital papel en la construcción de una sociedad libre y de un verdadero cambio social, invitamos a las organizaciones que se oponen a las falsas soluciones al cambio climático, que luchan por la abolición de la deuda, a las feministas, de derechos humanos, sindicales, de defensa de los territorios, de defensa de los animales, promotoras de la paz y la justicia, a la convergencia en defensa de la vida, de la libertad, de la justicia.
«Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos…» [2]
Oilwatch Latinoamérica
Acción Ecológica (Ecuador), Asociación de Ecología Social (AESO) – Oilwatch Costa Rica, Censat Agua Viva – Amigos de la Tierra Colombia, FASE Brasil, Foro Boliviano sobre Medio Ambiente y Desarrollo (FOBOMADE), Observatorio Petrolero Sur (Argentina).
Adhesiones. Argentina: Asamblea de Concejales de la Cuenca de Claromecó (Provincia de Buenos Aires), Asamblea de Cooperación e Integración por Territorios Libres de Fracking (Municipios de seis provincias), Foro Ambiental y Social de la Patagonia – Comodoro Rivadavia, Fundación Ecosur, Programa de Extensión «Por una nueva economía, humana y sustentable» de la carrera de Comunicación Social de la UNER (Universidad Nacional de Entre Ríos); Bolivia: Bolivia Renovada Unida Nacionalista Ambientalista (B.R.I.S.A), Centro de Documentación e Información Bolivia (CEDIB), Hora 25, Periodismo del Nuevo Tiempo; Brasil: Associação de Defesa do Meio Ambiente de Araucária (AMAR), Associação de Proteção ao Meio Ambiente de Cianorte (APROMAC), Associação de Saúde Ambiental (TOXISPHERA); Colombia: Proyecto Gramalote; Costa Rica: Bloqueverde, Federación Ecologista; Ecuador: Asamblea Social Permanente de la Parroquia Pacayacu, Red de Líderes Comunitarios Angel Shingre; México: Comunidades Campesinas y Urbanas Solidarias con Alternativas (COMCAUSA A.C.); Venezuela: Homo et Natura, Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos (Provea).
[1] Reprimarización: Aumento de la participación relativa de las materias primas no procesadas en un país o de toda una región.
[2] Julio Cortázar. en Rayuela.
Fuente original: http://www.opsur.org.ar/blog/2014/12/09/declaracion-de-ow-latinoamerica-y-las-organizaciones-que-enfrentamos-el-modelo-petrolero-ante-la-cop-20/