Este jueves, 24 de octubre, presentaremos el libro «No eran trabajadoras, solo mujeres» en Pikara Magazine (Bilbo) con la autora Onintza Irureta, la prologuista del libro Irantzu Varela y tres huelguistas.
Introducción
Una huelga de 378 días. Al principio, iban anotando cada día en una libreta. Pero llegó un momento en que, después de tantos días en huelga y en vista de la magnitud que había alcanzado la protesta, las trabajadoras de las residencias de mayores de Bizkaia dejaron de anotar los días. El gran riesgo de una huelga prolongada es que acabe minando las fuerzas de las huelguistas. Las patronales tampoco se esperaban que aquella huelga fuera a durar tanto: » ¿Cuánto aguantarán?».
Pero aguantar tanto acabó beneficiando mucho a las huelguistas. Las camisetas verdes se hicieron conocidas en Bilbao, en Bizkaia, en el País Vasco y más allá de nuestras fronteras. Poco a poco, los medios comenzaron a interesarse por ellas y pudimos saber que la gran mayoría de las trabajadoras del sector eran mujeres, que estaban hartas de sus condiciones de trabajo, que percibían un salario muy bajo y que nuestros mayores no estaban adecuadamente atendidos. Nos hicieron saber que la suya no era una lucha exclusivamente laboral, sino que también era una lucha feminista. Denunciaron que estaba en juego la dignidad del trabajo de cuidados y que ellas estaban pagando las consecuencias de la apuesta privatizadora de las instituciones públicas… Fueron informando de su lucha de manera puntual. Acudieron a los medios, tomaron las calles de Bilbao, recorrieron Bizkaia, organizaron marchas a pie, montaron en piragua y en velero… Hicieron llegar su reivindicación a todas partes, acompañadas de cantos y sonrisas, unas veces, y expresando su rabia a gritos, otras.
Aguantar y persistir. La patronal y la Diputación Foral de Bizkaia se mostraban incómodas, incrédulas ante la persistencia de aquellas trabajadoras, que se mantenían en las calles día sí día también.
Eran mujeres muy diversas las que decidieron salir a la huelga y experimentaron un proceso de empoderamiento individual y colectivo muy significativo. Algunas ya contaban con experiencia en la lucha sindical y feminista, unas pocas eran delegadas de ELA, pero la mayoría había vivido con miedo a levantar la voz para exigir mejores condiciones de trabajo.
En las páginas que siguen tendréis ocasión de conocer a ocho de estas mujeres: Kontxi Rodriguez Palacios, Maribel Sampedro Martínez, Ainhoa Menéndez Llamosas, Marina Costa Bonome, Verónica Aguado Otero, Lara Góngora Góngora, Marisol Rueda Espinha y Aitziber Tolosa Contreras.
Querían contarnos la gran huelga y, al final, nos han hablado tanto de la huelga como de su experiencia particular en sus centros de trabajo, en sus residencias de mayores. Son historias duras, plagadas de dolor, de miedo, de rabia… y del orgullo y la alegría de la victoria. En algunas pocas ocasiones se les han llenado los ojos de lágrimas, pero la mayoría de las veces se ha acabado imponiendo la sonrisa de la firmeza.
Antes de proceder al relato de estas mujeres echaremos la vista atrás, a la década de los ochenta del siglo pasado. Y es que este tipo de huelgas no surgen de la nada. En este libro hemos querido desgranar las claves de la apuesta realizada por el sindicato ELA en este sector y mostrar el proceso de empoderamiento de las cuidadoras de las residencias.
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