En los últimos años se han instalado cientos de granjas en toda la región para satisfacer las necesidades del mercado asiático. Estos criaderos de cerdos han traído conflictos ambientales y sociales en distintas comunidades
En América Latina ha crecido el peculiar negocio de instalar granjas porcinas para suministrar al mercado asiático. Para China, con sus 1.400 millones de habitantes, es un asunto de seguridad alimentaria, para Latinoamérica una carga para varias poblaciones y, también, para el medio ambiente.
China ya era el mayor consumidor y el más grande productor de carne de puerco en el mundo. Pero su autosuficiencia se acabó en 2018, cuando un brote de gripe porcina africana, letal y sin cura, detuvo la producción. Lo que provocó que millones de animales fueran sacrificados en un intento de detener el virus. En 2019 China redujo su producción hasta en un 40 por ciento.
Otros países como Camboya, Mongolia y Vietnam también han reportado casos de esa gripe porcina. Así que el continente asiático se vio obligado a emprender la producción fuera de sus fronteras.
En México las granjas porcícolas encontraron su lugar en la Península de Yucatán, explica la abogada de Lourdes Medina, de la organización no gubernamental Indignación. La región tiene el mayor índice de crecimiento en producción de puercos en el país, hasta un 14 por ciento anual.
-¿Por qué se eligió la Península de Yucatán? –se le pregunta.
-La industria porcícola necesita mucha agua para poder operar, se necesitan miles de litros de agua para lavar los corrales y para alimentar a los cerdos. Y la Península es el reservorio de agua dulce subterránea más rico de todo el país.
En toda la Península de Yucatán existen 257 granjas porcinas, la mayoría de estos proyectos –el 86 por ciento- se encuentran en el estado de Yucatán, es decir 222; en Quinata Roo hay 21 y en Campeche 14. Según registró la organización Green Peace en un informe publicado este año.
Pero la abogada Medina explica que hay 400 granjas que no tienen ningún tipo de registro en la península.
Y la instalación de granjas en Yucatán, para la exportación de carne, se hace de la mano entre funcionarios y empresas.
La Comisión Nacional del Agua ha hecho muchas concesiones, señala Lourdes Medina: “el agua en Yucatán es utilizada por empresas y no se están considerando los derechos de los pueblos indígenas donde se extrae esa agua y la disponibilidad para los habitantes de la península”.
La mujer explica que muchas comunidades indígenas aún dependen de pozos o de fuentes poco confiables de agua porque no hay alcantarillado público. Resume la abogada, se contempla el consumo de agua de animales, antes que el consumo humano.
Se estima que para producir un kilo de carne de cerdo se requieren 6.000 litros de agua y 3,5 kilogramos de granos.
Uno de los alimentos más utilizados para alimentar a los animales es la soya. En la península existen diversas acusaciones por el uso de este cultivo transgénico.
“En la península además de recursos naturales, además de tener grandes cantidades de tierra, en las comunidades, en los ejidos, las empresas tienen las facilidades que les da el Gobierno estatal”, explica Medina.
En esa región operan cuatro grandes empresas: Grupo Porcícola Mexicano (Kekén), Granjas Caroll de México, Promotora Comercial Alpro y Kowi Foods. Estas compañías dedican una gran porción de sus producción a la exportación a Asia.
La proyección de China para el suministro de alimentos encontró en América Latina la oportunidad para prever el suministro de proteína durante varios años.
-¿Ustedes se han comunicado con gobiernos de Asia?
-Hace unos años mandamos unas cartas, cuando sólo se conocía el caso Homún. Pero con el paso de los años han salido otros casos a la luz, ahora hay más de 22 comunidades –en tres estados- en reclamos contra las granjas de cerdos.
Este mes se dio a conocer que pobladores de 21 comunidades mayas, de Campeche, Yucatán y Quintana Roo presentaron una denuncia ante las autoridades federales para que se cancelen permisos hasta que no “se cumpla con la legislación mexicana”. Además, no se hicieron consultas para la instalación de estos proyectos.
La abogada, que representa al pueblo de Homún, explica: “estamos pidiendo a las autoridades que vean esto como una problemática regional” y no sólo un problema de comunidades.
Los pobladores en el municipio maya de Homún lograron en 2017 gracias a una consulta pública suspender la instalación de una granja porcícola de la empresa Producción Alimentaria Porcícola que pretendía instalarse en la región. Los pobladores argumentaron que el proyecto vulnera los derechos de las comunidades en la región y sus fuentes de empleos. Debido a que el proyecto porcícola dañaría los cenotes. Actualmente el proyecto sigue suspendido, en espera de un fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
El consumo de carne de cerdo se volvió más caro en el mundo, después de 2018. En el último año los mercados mayoristas han reportado una subida de precios a causa de la escasez de carne de cerdo.
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos ha reportado cifras récord de exportación de carne de cerdo, desde que se tiene registro. Su importación en el país asiático se estima que crezca el doble. La producción de puercos ha aumentado en Argentina, Brasil, Chile y Canadá. En otras regiones del continente hay una creciente tendencia a instalar granjas porcinas.
“Este modelo de industria, de hacinamiento de animales es justo el que genera epidemias”, apunta la abogada.
Luego advierte: “A este ritmo la Península se va a convertir en el próximo centro de las enfermedades, todo apunta a que nosotros seremos el epicentro de una futura pandemia si no cambiamos nuestro modelo de desarrollo”.
Fuente: https://piedepagina.mx/granjas-de-cerdos-para-alimentar-a-china-invaden-la-peninsula-de-yucatan/