Los trabajadores y trabajadoras del centro de trabajo de Zara en la calle Carretas 6 de Madrid han convocado 6 jornadas de huelga durante el mes de febrero. El motivo de la huelga es el anunciado cierre de dicho centro de trabajo. Las jornadas de huelga serán los días 14, 15, 20, 21, 27 y 28 de febrero, aunque la del día 14, según el Comité de Huelga, ha sido desconvocada como acto de buena fe ante el anuncio de una reunión de la empresa con la Asamblea de Trabajadoras y el Comité de Huelga.
El motivo de estas movilizaciones viene desde que el pasado 17 de diciembre de 2020 la empresa firmara junto a CCOO y UGT un Acuerdo que incluía Modificaciones Sustanciales de Condiciones de Trabajo, así como Movilidad Geográfica para las trabajadoras del centro. Ese Acuerdo, según el Comité de Huelga, camuflaba un Expediente de Regulación de Empleo que iba a afectar, sobre todo, a madres trabajadoras y contratos más antiguos.
En la Asamblea de Trabajadoras del pasado 4 de febrero, organizada por el sindicado Alternativa Sindical de Trabajadores (AST), la totalidad de las asistentes decidieron convocar las jornadas de huelga y denunciar la actitud de CCOO, UGT y USO, firmantes del Acuerdo, y que ahora justifican su actitud diciendo que la empresa no cumple el Acuerdo firmado. Según el sindicato AST, el Acuerdo se está cumpliendo a rajatabla ya que no impone a la empresa la obligación de mantener todos los contratos de forma intacta, tan solo se le exige la creación del mismo número de vacantes. Algo que la empresa está cumpliendo, pero con empleos precarios, con jornadas parciales o teniéndose que desplazar fuera de Madrid. De esta manera, obligan a las trabajadoras a renunciar a sus puestos de trabajo con una indemnización que los sindicatos firmantes sí que se han preocupado de pactar. Casualmente, los empleos que están en juego son los que mejores condiciones laborales tienen ya que afectan a las trabajadoras más veteranas.
Desde la Asamblea de Trabajadoras y el Comité de Huelga exigen conocer la forma de creación, adscripción y adjudicación de vacantes, así como que se garanticen vacantes de idénticas características para las trabajadoras del centro de la calle Carretas y una solución inmediata para las trabajadoras que no puedan asumir los traslados propuestos o las Modificaciones Sustanciales de Condiciones de Trabajo.
Zara forma parte del grupo Inditex cuyo propietario es Amancio Ortega, empresa que se ha visto envuelta en una polémica estos días por la muerte de 28 trabajadoras en Tánger y que cuenta con más de 250 fábricas en Marruecos, siendo este país uno de los más importantes proveedores de la multinacional. En el país del Magreb contaría con más de 64.000 trabajadores/as en condiciones precarias y donde se cifra en 178 euros el salario de un mes con jornadas de 65 horas semanales.
En España, Zara posee 440 tiendas y las condiciones laborales de sus trabajadoras se deterioran día a día. La mayoría de la plantilla son mujeres que cobran el salario mínimo, sufren horarios infernales y soportan desigualdades en sus condiciones de trabajo. Hace 3 años, trabajadoras de centros de Lugo y Ourense consiguieron mejoras salariales tras 9 jornadas de huelga.
El historial delictivo de la empresa tiene largo recorrido. En 2006 fue condenada por obligar a trabajar a sus empleadas los domingos y festivos. El Juzgado de lo Social nº 4 de Sevilla revocó esa cláusula de los contratos que obligaba a firmar porque iban contra la negociación colectiva y la libertad sindical.
En 2013 fue clausurado un taller ilegal en Buenos Aires por las condiciones de esclavitud a la que sometían a sus trabajadores/as con jornadas de 13 horas incluso contratando niños/as.
En 2014 fue acusada de diseñar prendas de vestir con dibujos similares a los utilizados en los campos de concentración nazis.
En 2017 fue condenada por la justicia brasileña por trabajo esclavo teniendo que pagar 1,5 millones de indemnización.
En 2018 fue condenada por la justicia italiana por plagiar logos en sus prendas de vestir.
En 2019 fue condenada por vulnerar derechos fundamentales de 2 dependientas en Almería.
El historial delictivo y de precarización de condiciones laborales de la multinacional es amplio. Las trabajadoras de las 79 tiendas que Inditex cerrará en España antes de abril han recibido la lista de vacantes para su reubicación. El pasado mes de octubre, la compañía textil y los sindicatos CCOO y UGT llegaron a un acuerdo para mantener el empleo y ofrecer puestos nuevos a todos los afectados. El documento, celebrado por las tres entidades, establecía que Inditex ofrecería puestos en tiendas cercanas de la misma cadena. Pero se guardaba la posibilidad de «adaptar» las jornadas y horarios a las necesidades de la tienda de destino. Y eso es lo que está haciendo en estos momentos con el centro de trabajo de Carretas en Madrid.
Las empleadas y el Comité de Huelga denuncian un patrón: las vacantes ofertadas son de menos horas (y menos sueldo), menor responsabilidad, peores horarios (siempre de tarde y con varios cierres semanales) o con contratos fijos discontinuos, para trabajar solo unos meses al año. «Lo que te ofrecen es tan malo que te invitan a marchar”, se quejaban en la Asamblea del 4 de febrero. «Creemos que quieren quitarse de encima a gente que lleva muchos años y cobra antigüedades. Es un ERE encubierto».