Porque lo que no pueden perdonarnos los imperialistas es que estemos aquí… Eso es lo que no pueden perdonarnos, que estemos ahí en sus narices ¡y que hayamos hecho una Revolución socialista en las propias narices de Estados Unidos!… Marchemos a nuestros respectivos batallones y allí esperen órdenes, compañeros.
El triunfo de la Revolución el 1 de enero de 1959 fue producto de la conjunción de diversos factores en que fueron cardinales la conducción de la lucha por Fidel Castro y la amplia participación de la mayoría del pueblo cubano ante la barbarie practicada por la tiranía.
Pero pronto la etapa de júbilo ante la libertad conquistada y expectativas de paz y justicia empezó a ser subvertida por el maridaje de la contrarrevolución interna y los planes agresivos de los Estados Unidos. No obstante, la marea humana que acompañaba a la revolución fue creciendo a medida que la obra emancipadora abarcaba a los sectores populares y los convertía en verdaderos protagonistas de una inusitada proeza.
Era la hora de definir la estrategia revolucionaria en el nuevo escenario nacional e internacional. Se hacía necesario el empoderamiento eficaz del pueblo a través del entrenamiento y armamento para la defensa en las nuevas condiciones históricas y sus conquistas liberadoras. Y fue como si en los cubanos arraigaran estas ideas de José Martí: ¨… ¿Qué deben hacer los verdaderos amantes de la patria…?: Predicar revolución… Estamos aquí para impedir que el enemigo acorrale al abanderado, o caiga en malas manos la bandera:…Aquí somos la vigilancia y el amor, la cordialidad y la centinela, la pasión, razonada por el juicio, de cuanto lleve con decoro el nombre de cubano¨.
Fue a finales de agosto cuando en territorio de Pinar del Río Fidel planteó a un grupo de 12 campesinos, conocidos por los Malagones, integrarse como milicias y prepararse militarmente para capturar a alzados contrarrevolucionarios.
Una vez terminado el entrenamiento, a fines de septiembre, Fidel dijo al campesino designado como jefe; «Malagón, si ustedes triunfan, habrá milicias en Cuba¨.
En apenas dos semanas el grupo de campesinos habían apresado a los contrarrevolucionarios. Y fue el detonante para la creación masiva de las milicias revolucionarias en el país.
Fue en el discurso de Fidel el 26 de octubre de 1959, en el acto efectuado en el Palacio Presidencia, que ante las agresiones de la contrarrevolución interna apoyadas por los Estados Unidos, que planteó que frente al concepto de ejército profesional y de defensa del país con ejército profesional, estaba el concepto revolucionario de defender al país con el pueblo, con todas las fuerzas del pueblo, con todos los brazos del pueblo, con todos los corazones del pueblo… y era bueno que se dijera al mundo que el pueblo cubano estaba dispuesto a defenderse; ¨el pueblo cubano, antes de que lo aniquilen, ¡está dispuesto a aniquilar a cuantos enemigos se pongan en nuestro camino! ¡el pueblo cubano, antes de que lo asesinen, ¡está dispuesto a morir peleando! ¨
Y resulta coincidentes estas ideas de Fidel con las de Martí contenidas en la circular a los hacendados de fecha 26 de abril de 1895, al expresar con firmeza algo que debe ser también legado consustancial con la idea de “patria con todos y para el bien de todos”. «Duele tener que hacer la guerra para conquistar la independencia y la honra de la noble Nación Cubana, y hacerla poniendo en vigor leyes penosas, pero necesarias.” Y afirma sin titubeos ni medias tintas: “Todo el que respete la revolución será respetado por ella. Todo lo que sirva a los enemigos de la revolución, será destruido por ella.»
En su discurso el 1 de mayo de 1960 Fidel expuso los resultados del proceso de creación de las milicias revolucionarias como instrumento de defensa de la Revolución. ¨Hace solo unos meses no había una sola milicia obrera o campesina organizada. La consigna de organizar a las milicias surgió en el mes de octubre, exactamente el 26 de octubre, a raíz de aquella concentración de protesta contra aquella incursión aérea que costó más de 40 víctimas a nuestra ciudadanía. Seis meses atrás no teníamos una sola milicia obrera; seis meses atrás los trabajadores no conocían el manejo de las armas; seis meses atrás los trabajadores no sabían marchar; seis meses atrás no se podía contar con una sola compañía de milicianos para defender la Revolución en caso de agresión. Y en seis meses solamente se han organizado las milicias, se han disciplinado y se han instruido. Y, sin embargo, ¡en seis meses hemos organizado e instruido más de 1 000 compañías de milicias obreras, estudiantiles y campesinas!; ¡en seis meses solamente se ha estructurado esa formidable organización que desfiló en el día de hoy! Y eso demuestra de lo que es capaz el pueblo de Cuba ¨
Fue casi un año después que se puso en marcha la invasión mercenaria precedida por el bombardeo de dos bases de la aviación y un aeropuerto civil realizado el 15 de abril de 1961. Al día siguiente, 16 de abril, en el sepelio de las víctimas del ataque, Fidel pronuncio un discurso de despedida en homenaje a los mártires, y pronosticando que era el preludio de una agresión imperialista inminente, proclamó el carácter socialista de la Revolución y decretó la alarma del combate para todo el país. Se inició así la movilización de la fuerza armada más potente que, dispuesta a vencer o morir por la patria, abarcaría todos los rincones de la nación. Por eso este día 16 tuvo un doble significado y tiene dos celebraciones; el día del miliciano y el día de la declaración del carácter socialista de la Revolución.
Es sabido que en la madrugada del día 17 de abril se inició el desembarco por Playa Girón y Bahía Cochinos de los mercenarios organizados, financiados, equipados y armados por el gobierno estadounidense y el día 19 fueron derrotados con el concurso de de las fuerzas armadas integradas por el Ejército Rebelde y las Milicias Revolucionarias y el resto del pueblo. Fue así que ocurrió la Victoria de Playa Girón: Primera derrota del imperialismo en América.
Después de más de 60 años de estos acontecimientos trascendentales, queda vivo el espíritu y la decisión del pueblo cubano, y repitiendo y siendo fiel a esta frase de José Martí: “Todo el que respete la revolución será respetado por ella. Todo lo que sirva a los enemigos de la revolución, será destruido por ella.» Al igual que a esta idea de Fidel: ¨el pueblo cubano, antes de que lo aniquilen, ¡está dispuesto a aniquilar a cuantos enemigos se pongan en nuestro camino! «
Wilkie Delgado Correa. Doctor en Ciencias Médicas y Doctor Honoris Causa. Profesor titular y consultante. Profesor Emérito de la Universidad de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba.
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