El texto se encuentra a medio camino entre lo que podría ser un artículo divulgativo para un público amplio y un acercamiento más académico a cuestiones del momento sociopolítico actual.
Acaba de publicarse el último libro del sociólogo y politólogo Antonio Antón, Dinámicas transformadoras. Renovación de la izquierda y acción feminista, sociolaboral y ecopacifista (Dyskolo, 2022), que supone un esfuerzo por sistematizar y desarrollar de manera más amplia y más profunda las ideas que generalmente expone en artículos de medios como Público, Nueva Tribuna y Rebelión, además de en los congresos o encuentros en los que participa.
De modo que el texto se encuentra a medio camino entre lo que podría ser un artículo divulgativo para un público amplio y un acercamiento más académico a cuestiones del momento sociopolítico actual, sobre las que en muchas ocasiones no nos detenemos a reflexionar con detalle, debido a la premura con la que transcurren. Sin embargo, es un buen ejercicio el de tomar distancia, y por un momento analizar sus causas para poder encarar el futuro cercano que se nos presenta.
El libro arranca con una descripción desde un punto de vista social y político de la década transcurrida entre el comienzo de las protestas del 15-M en 2011, y la conformación del actual gobierno de coalición, con sus limitaciones y sus perspectivas. Una forma de presentar cuáles han sido las fortalezas de la izquierda, y cuáles sus errores, hasta llegar a la situación actual en la que se debería enfrentar el proceso de recomposición de las fuerzas progresistas, tras un periodo de declive y fragmentación en el espacio del cambio. Con el objetivo de profundizar en las posibilidades que esta etapa ha abierto y tratar de corregir los errores que permita seguir avanzando en lo que el propio autor define como “un progresismo con un perfil democrático, feminista, ecologista y sociolaboral, o en otras palabras un espacio violeta, verde y rojo, confederal, con vocación transformadora, y capacidad articuladora de lo social y lo institucional y con nuevos liderazgos”.
Igualmente el autor profundiza en los que han supuesto las diferentes reformas laborales de los últimos años, tanto entre los trabajadores, como en la sociedad en general, y que han acabado deslegitimando las políticas neoliberales, cuyo peso recae fundamentalmente sobre las clases populares y especialmente entre la población más joven pues contribuyeron de manera decisiva a su precarización laboral y a su desplazamiento de los ámbitos de influencia en la sociedad.
En esa línea resulta interesante el desarrollo que Antón realiza sobre la sociedad de clases. Un recorrido histórico y social, donde se evidencia la dualidad del componente sociológico-objetivo frente al emocional-subjetivo, pero que constatan la preeminencia cuantitativa de una clase trabajadora, que en los últimos años ha tratado de ser invisibilizada por las clases dominantes, haciéndonos creer que vivíamos en una sociedad de “individuos”, pertenecientes es su inmensa mayoría a la clase media.
Sin duda la decadencia del movimiento obrero y de la izquierda en general contribuyó a que el protagonismo de la clase trabajadora disminuyera, y con ello su presencia en el discurso público, social, cultural, pero no hizo que su número se redujera, pues las estadísticas y los datos económicos lo demuestran. Pero además esa interpretación dominante del predominio de las clases medias tiene un sesgo ideológico-político claro, que busca darles a estas y a sus demandas una mayor visibilidad y sobre todo para compatibilizar los intereses de los grupos de poder establecido y legitimar de ese modo sus ventajas frente al resto de la sociedad.
Frente a esa forma de lo que podríamos llamar control social, Antón avanza en la vía de «la necesaria activación cívica, la renovación de las fuerzas del cambio, del nuevo sujeto llamado Frente Amplio, tras un proyecto unitario realmente progresivo y reformador del país», en el que el PSOE puede y debe formar parte del desafío, pues trata de salvar su posición central y su imagen como fuerza política progresista.
En esta tarea sobre las claves y los objetivos de ese frente progresista el autor busca una definición, lo más precisa posible, sobre términos de uso común en el discurso político como “transversalidad”, explicando sus matices y su interpretación en el marco de las dinámicas transformadoras, o sobre la forma en que la desideologización de la sociedad influye o afecta a estas dinámicas, al infravalorar la importancia de un proyecto común, una articulación solidaria y una estrategia compartida.
Igualmente se incluye una análisis sobre los liderazgos para una nueva etapa, que sean capaces de conectar y promover los procesos populares de activación cívica, de una dinámica transformadora de progreso, y que consoliden amplíen a largo plazo las propias bases sociales del cambio con un plan social y democrático alternativo de país.
Sin duda resulta también interesante el análisis que el libro hace sobre la derechización de la sociedad española en los últimos años, pasando del Partido Popular a Ciudadanos para llegar al ultraderechista Vox, que desafía al PP en el liderazgo de la derecha. Todo ello ocurre en medio de un momento social y político en el que se deslegitima el gobierno de Rajoy, se observa el fracaso de la vía centrista y llega un nuevo gobierno de coalición progresista.
Así, si bien surgen algunas dinámicas y proyectos en el plano cultural y simbólico que desbordaban los ejes fundamentales de las derechas, más reaccionarias, el problema principal para la izquierda es que no ha sabido activar a sus propias bases sociales con un plan reformador unitario y realista pero firme y sustantivo. Ello permitiría generar otras expectativas políticas y sociales para fortalecer el cambio de progreso.
En esa línea, Antón esboza lo que en su opinión deben ser los ejes de ese Frente Amplio y cuáles sus etapas para constituirse y sus objetivos, para alcanzar un movimiento político que tenga potencial transformador y el suficiente apoyo social para empujar las transformaciones necesarias, contando con la suficiente representatividad en las instituciones y en el poder.
También analiza una cuestión como la meritocracia y su significado en la marcha de una sociedad hacia una mayor justicia social. Algo similar ocurre con el concepto de identitarismo, o movimiento identitario, buscando establecer unas bases que ayuden en los procesos de formación de los nuevos movimientos y sujetos sociales. Estos movimientos identitarios pueden ser de género, como en los últimos años ha ocurrido en el campo feminista, o como a lo largo del siglo XIX y buena parte del XX lo fue la principal identidad colectiva, la identidad obrera. Pero también, se ha visto resurgir un nuevo foco identitario reaccionario, que tiene un perfil nacionalista excluyente, supremacista, y autoritario ante las minorías.
Sobre la nueva ola feminista el autor desarrolla uno de los capítulos, deteniéndose a analizar el principal proceso de movilización social progresista de los últimos años. Este proceso se ha producido en un contexto de agravamiento de la situación de desigualdad y dominación de las mujeres, y específicamente ante un crecimiento de la conciencia de su injusticia y un deterioro de las mentalidades machistas y conservadoras, en medio de unas políticas institucionales que, en los últimos años, han ido perdiendo legitimidad social por su alcance muy limitado y alejado de cualquier acción transformadora y que amplíe los derechos de las mujeres de forma práctica.
Todo ello ha generado que se reforzara el movimiento feminista, y se consolidara la necesidad de una presión movilizadora para promover un cambio sustantivo y real. También en este capítulo se incluye un análisis de la lucha por los derechos de las personas trans, y la situación actual en la que existen tensiones en diversos campos, incluido el de la izquierda.
En las últimas décadas se han producido grandes avances, costosos pero significativos en términos de emancipación e igualdad de las mujeres y los colectivos LGTBI, y sobre su dinámica presente el autor plantea la evolución del movimiento en su marcha por una acción feminista igualitaria y transformadora, y las características sobre la identidad feminista.
Por último, el libro aborda una cuestión reciente, pero llamada a modificar los comportamientos sociopolíticos de los próximos años, que es la guerra en Ucrania y lo que ello ha supuesto en el aumento del militarismo, y del autoritarismo en detrimento de la democracia y la paz. Desde la óptica europea tres son los caminos que pueden servir para revertir está tendencia, y que comienzan por poner fin a la guerra y a la invasión de un país soberano mediante un proceso de negociación política entre las partes. Un proceso de paz acabaría con la subordinación a la dinámica militarista, que ahonda las desigualdades, destruye la vida de los pueblos y corrompe las democracias.
Un segundo aspecto planteado es trabajar por la construcción de una identidad europea, de un modelo social y democrático, que comprenda una autonomía en materia de defensa y seguridad, al margen de Estados Unidos y la OTAN. Para el autor, la debilidad europea no procede de su insuficiente capacidad militar y de defensa, sino de haber renunciado a su capacidad de decidir autónomamente y de forma coordinada, de modo que esa subordinación europea a la OTAN es el problema, no la solución.
En tercer lugar se debe apostar de forma decidida por el desarrollo de lo social, económico, político y cultural en Europa, en un marco democrático y pacífico, como perspectiva hacia una dinámica pacifista y progresista que haga frente a la involución autoritaria y militarista que amenaza el planeta. En modo alguno se trata de que Europa busque configurar otro polo más de poder en el mundo, sino que la autonomía estratégica, la denominada identidad europea, sea una posición diferenciada de la política de bloques y el militarismo, siendo realistas con la seguridad propia e internacional, pero apostando por las dinámicas colaborativas con los países menos desarrollados, desde América Latina hasta África y Asia, apostando por un orden social más justo y democrático, el desarrollo socioeconómico y sostenibilidad medioambiental a nivel mundial.
Más allá de encontrar certezas o puntos de vista que ratifiquen las opiniones del lector, el autor ofrece interesantes reflexiones para el debate sobre cuestiones de absoluta actualidad, y que debido a su importancia merecen la pena ser analizadas desde la más pausada perspectiva que ofrece el formato de un libro, aunque sea digital.
Antonio Cuesta es periodista y editor
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