Mientras PP y VOX intentan impulsar políticas en contra de las lenguas diferentes al castellano, en el Congreso, en cambio, se podrá intervenir en todos los idiomas oficiales a partir de esta legislatura.
En la Comunitat Valenciana, en las Illes Balears, en Aragón… los resultados de las elecciones locales y autonómicas del pasado 24 de mayo han dado la posibilidad a la derecha y a la extrema derecha de iniciar una cruzada institucional contra las diferentes lenguas del Estado español. Un ataque para, presuntamente, defender el castellano, un idioma que consideran que está siendo marginado desde hace años “por parte de nacionalistas e independentistas que, con el apoyo de socialistas y comunistas, avanzan en la expulsión del español en diversas zonas de España”, en palabras del partido que dirige Santiago Abascal.
El fracaso, sin embargo, de Feijóo y su posible alianza con VOX para formar gobierno tras el 23J se ha topado no sólo con un freno sino con un impulso: PSOE, Sumar, ERC, Bildu y PNV acaban de registrar una propuesta para usar las lenguas cooficiales en los debates del Congreso. Con esa proposición de ley de reforma del Reglamento del Congreso que han tramitado por la vía urgente, los grupos esperan que pueda aplicarse ya en el debate de investidura del líder del PP, previsto para los próximos 26 y 27 de septiembre.
Antes de todo esto, la guerra contra las lenguas, especialmente contra el català/valencià, ha quedado plasmada en los acuerdos de gobierno entre el Partido Popular y VOX en varias comunidades autónomas. En Baleares, ambos partidos pactaron desde el primer momento eliminar la Oficina de Defensa de los Derechos Lingüísticos, al considerar “que ha servido como instrumento de la exclusión del castellano y la imposición lingüística”. Su propuesta ha sido crear una Oficina de Garantía de la Libertad Lingüística, de cuya gestión se encargará VOX.
En Aragón, los socios han acordado “eliminar las ayudas a entidades sin ánimo de lucro en materia de política lingüística concedidas por el Gobierno autonómico saliente” y revisar la Ley 3/2013 de uso, protección y promoción de las lenguas y modalidades lingüísticas propias de Aragón para “prevenir cuantas interpretaciones interesadas perviertan su verdadero espíritu de respeto hacia la libertad de los hablantes”.
Dentro de una concepción reaccionaria de la nación, la extrema derecha ha llegado a pedir el derecho de todos los españoles a estudiar “exclusivamente” en castellano, poniendo fin así al bilingüismo en las comunidades en las que dos lenguas conviven en el ámbito educativo. En los territorios donde existen movimientos populares que piden la cooficialidad o el impulso de lenguas minorizadas, como es el caso del asturianu, también se están encontrando con la oposición de VOX.
Sin embargo, VOX se quedó solo a principios del pasado agosto en su
rechazo a una moción en Gijón que defendía la promoción y la cultura en
la llingua asturleonesa. La concejala de Festejos del partido de
ultraderecha en la ciudad, Sara Álvarez Rouco, fue rotunda: iba a
estudiar “si se podía” vetar a artistas que se expresasen en asturianu.
Durante
su etapa como senador, Carles Mulet se mostró como uno de los políticos
más prolíficos en defensa de las lenguas minorizadas en España. Nacido
en Castelló de la Plana, es el primer miembro de las Cortes que ha
realizado una intervención en asturleonés, como muestra de respeto e
interés por las lenguas del Estado. En conversación con La Marea, Mulet sostiene que los ataques de estos partidos “forman parte de su ideología”: “La ultraderecha sigue viendo España como “Una, grande y libre”,
y ese primer concepto, el de “una”, tiene que ver no sólo con una
unidad territorial, sino cultural y lingüística. Por eso, todo lo que no
sea el uso del castellano, les molesta”, explica el exsenador.
Las lenguas en la escuela
La batalla contra las lenguas también es una estrategia útil para desviar la atención, según Mulet: “A través de polémicas vacías que nos escandalizan, quitan el foco de otros temas y tapan las barbaridades que cometen cuando empiezan a gestionar”.
La formación es uno de los ámbitos que más preocupan a Anna Oliver Borràs, presidenta de Acció Cultural del País Valencià. “Cuando los del PP dicen que ellos vienen a garantizar que cada uno pueda estudiar en la lengua que quiere desde Infantil hasta la Universidad, yo ya se lo compro. ¡Sería magnífico que por fin la gente valencianohablante pudiera tener todo el itinerario educativo en su lengua!”, señala. Lo cierto es que el castellano prevalece sobre el valenciano siempre que un estudiante así lo solicita y es “absurdo decir que la educación en castellano no está garantizada”, añade Oliver, informa Elisenda Pallarés.
Las noticias sobre cuestiones lingüísticas son cada vez más frecuentes. Una de las últimas se produjo el pasado 28 de agosto, cuando el PP balear anunció que eliminaba en su comunidad el requisito de conocer el catalán para ejercer en la sanidad pública, una exigencia que instauró el anterior gobierno de coalición del PSOE, Podemos y Més per Mallorca, con la actual presidenta del Congreso, Francina Armengol, a la cabeza.
La contestación por parte de la ciudadanía a algunos de estos cambios promovidos por PP y VOX también ha sido inmediata. Pocos días después de constituirse el nuevo Ayuntamiento de Borriana (Castelló), el concejal de Cultura y diputado de VOX en las Corts Valencianes, Jesús Albiol, anunció la cancelación de las suscripciones de la biblioteca municipal a cinco revistas en catalán alegando que el consistorio “no seguirá promoviendo al separatismo catalán con el dinero de los burrianense”: “No somos catalanes de segunda, somos valencianos y españoles de primera”, añadía. Finalmente, tuvo que recular y permitir que las publicaciones sigan en el centro tras el aluvión de críticas y la movilización de vecinos y vecinas.
Contradicciones
Para el periodista y miembro de la Academia de la Llingua Asturiana Inaciu Galán, la posición actual de la ultraderecha “es inexplicable”: “Tradicionalmente, los conservadores han apoyado sus lenguas, como el caso de los carlistas. Pero ahora, el asturiano, el catalán o el gallego lo hablan indistintamente personas de derechas y personas de izquierda, porque las lenguas no tienen ideología”. Galán argumenta que hay un poso franquista todavía muy enquistado en la ideología de las derechas, que “entienden las lenguas como una amenaza a la unidad y las vinculan a independentistas, lo que les permite rascar votos”.
“Más que preguntarnos por qué la ultraderecha tiene ese discurso, tenemos que preguntarnos por qué no hay una respuesta desde los partidos democráticos para poner en valor las lenguas. ¿Por qué el PP en Galicia desarrolla una política para el gallego, pero desde el gobierno central no se ponen en marcha políticas para difundir las diferentes lenguas. Es una cuestión electoral”, concluye.
Fuente: https://www.lamarea.com/2023/09/12/los-nuevos-escenarios-de-la-pluralidad-linguistica/