¿Qué formas adquiere el genocidio sionista en Palestina? El canal público británico BBC informó, el 21 de septiembre, sobre la filmación de vídeos en que figuraban militares israelís lanzando -desde la terraza de un edificio- los cuerpos muertos de ciudadanos palestinos; los hechos sucedieron en la ciudad de Qabatiya, cerca de Yenín, en Cisjordania.
La BBC, que atribuye la grabación a periodistas de la agencia estadounidense Associated Press (AP), detalla que al menos siete personas fallecieron el 19 septiembre -por la acción de las tropas de Israel- en la ciudad mencionada.
Otra muestra de la crueldad es el titular de un comunicado de Naciones Unidas, del pasado 1 de abril: “Israel continúa bloqueando la ayuda hacia el norte de Gaza en medio de la hambruna”; la situación de bloqueo en los cruces de frontera, añadía la nota informativa, estaba retardando durante semanas la entrega de alimentos en la Franja.
En cuanto al silenciamiento mediático, agencias como Efe se hicieron eco, el 22 de septiembre, de la confiscación y destrozo de material del canal catarí Al Jazeera en la sede de Ramala (territorios ocupados de Cisjordania); los soldados de Israel que perpetraron la agresión estaban “fuertemente armados”.
No se trata de un hecho aislado; tres días después, Reporteros Sin Fronteras interpuso la cuarta denuncia ante la Corte Penal Internacional (CPI) con sede en La Haya, por los crímenes contra periodistas perpetrados por el Estado de Israel en Gaza (más de 130 periodistas asesinados durante el último año).
En el estado español se organizan respuestas a esta serie de crímenes y acciones violentas; entre otras, la jornada de lucha y huelga general promovida -el 27 de septiembre- por la CGT y Solidaridad Obrera junto a un centenar de colectivos y movimientos sociales pro-Palestina (Solidaridad con el pueblo palestino. Paremos la matanza).
En Valencia, la organización anarcosindicalista ha convocado una manifestación en la plaza de San Agustín, a las 19.00 horas; a esta iniciativa se agrega la concentración en el Ágora de la Universitat Politècnica de València (UPV) y frente al Rectorado de la Universitat de València (UV), a las 12 horas, que tiene también como organizadores a la Red Solidaria contra la Ocupación de Palestina, al BDS-País Valencià y a la Acampada Palestina de la UV.
Por la mañana, a las 12,00 horas, está programada una concentración en el puerto valenciano (se da la circunstancia que el buque de la armada española Alborán recala estos días -entre el 27 y el 29 de septiembre- en el Puerto de Valencia, donde tiene previstas dos sesiones de puertas abiertas); la jornada de solidaridad con Palestina se completa con un concierto en la Plaza de América, a las 21 horas.
En Valencia, el 24 de septiembre, integrantes del sindicato y representantes de una treintena de colectivos y movimientos sociales informaron de la jornada de lucha -en una rueda de prensa- ante la Delegación del Gobierno; ejerce como responsable de la institución Pilar Bernabé, del PSPV-PSOE.
Frente a la sede de la Delegación, procedieron a la lectura de un escrito, que después presentaron por el registro de entrada: “Está a punto de cumplirse un año de esta nueva etapa de genocidio contra el pueblo palestino”, afirmaron.
En el llamamiento a la sociedad valenciana, la CGT ha destacado que desde el inicio de la invasión de Gaza -en octubre de 2023- más de 40.000 palestinos han muerto por los ataques del ejército de Israel, “y cerca de 190.000 muertes sumando las causas indirectas”; ponen énfasis en los cerca de 26.000 niñas y niños fallecidos o heridos en Gaza (cifras de la ONU, Ministerio de Salud de Gaza y Save The Children, abril 2024).
“Con el territorio totalmente destruido, sin hospitales, sin escuelas, ni infraestructuras básicas en pie, sufriendo ataques indiscriminados a los campos de refugiados, obligados a moverse a capricho del invasor, sin agua potable y la escasez absoluta de alimentos, Israel esta abocando a la extinción de toda la población civil de Gaza”, valora la CGT.
El 27 de septiembre están previstas centenares de movilizaciones y actos de denuncia en el estado español; uno de los argumentos empleados es la Resolución 2625 de la ONU (octubre de 1970), que establece cómo todos los pueblos tienen el derecho a la libre determinación de su condición política, y al progreso económico, social y cultural “sin injerencia externa”.
Los movimientos de apoyo al pueblo palestino y la CGT piden el fin del comercio de armas con el Estado de Israel; en noviembre de 2023 (iniciada ya la agresión israelí) se exportaron desde España 987.000 euros en municiones a Israel (Centre Delàs d’Estudis per la Pau, junio 2024); según la citada fuente, “lo hizo Nammo Palencia, filial de la multinacional noruego-finlandesa Nammo”.
En este contexto, más de 200 organizaciones de la sociedad civil en el ámbito de la UE remitieron una carta -en marzo de 2024- a la Presidencia de la Comisión Europea, del Parlamento europeo y al Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, del PSOE, con la siguiente reclamación: suspender el Acuerdo de Asociación UE-Israel, que entró en vigor en junio de 2000.
“La UE es el mayor socio comercial de Israel, con un 28,8% de su comercio de mercancías en 2022”, destaca la misiva.
La historia general del genocidio puede explicarse, también, con informaciones del día; así, la fecha anterior a la huelga pro-Palestina en el estado español, el presidente palestino, Mahmud Abás, pidió en la Asamblea General de Naciones Unidas: “Detengan el genocidio. Dejen de vender armas a Israel; lleva desde 1949 incumpliendo las resoluciones de la ONU” (Agencia Efe).
En una nota informativa del 16 de septiembre, Naciones Unidas daba cuenta de algunas consecuencias de los ataques sionistas; se refería a las condiciones sanitarias en Gaza: “Empeoran día a día; los insectos y roedores pueden propagar enfermedades (…)”.
Por otra parte, según la Relatoría especial de la ONU sobre el derecho al agua, “Israel está usando el agua como arma de guerra contra los civiles en Gaza”.
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