Las vidas de los hombres más allá de las distancias temporales a veces están signadas por comparaciones que se le atribuyen por una u otra semejanza que se asumen como valores por los pueblos. Esto ha ocurrido con Maceo y Che, unidos por ese lejano 14 de Junio de 1845 en el caso del primero y el más cercano 14 de junio de 1928. Nacido el primero en Santiago de Cuba y el segundo en Rosario, Argentina. Pero no se trata en esencia de la mera fecha sino del carácter guerrillero. Uno por la revolución y la independencia y el otro por la revolución y la construcción de una sociedad nueva.
Considero que fue Fidel quien en forma sintética estableció los fundamentos para unirlos en la historia y la leyenda y explicarnos ese misterio de encontrar la cercanía en hechos y sentimientos.
Al respecto señaló Fidel:
«Ambos fueron invasores de Oriente a Occidente; ambos murieron en combate; ambos son hoy símbolos insuperables de valor e intransigencia revolucionaria; ambos están ahora junto a nosotros, y nosotros junto a ellos; ambos hicieron lo que todo un pueblo ha jurado estar dispuesto a hacer; ambos nacieron el mismo día: ayer 14 de junio. El azar no habría podido idear algo mejor».
«Ochenta y tres años separaban el nacimiento del uno y del otro. El primero era ya un personaje legendario cuando el segundo vino al mundo. Si uno afirmó que quien intentara apropiarse de Cuba recogería el polvo de su suelo anegado en sangre si no perecía en la lucha, el otro anegó con su sangre el suelo de Bolivia tratando de impedir que el imperio se apoderara de América». Discurso pronunciado en acto solemne de homenaje a los natalicios de Maceo y Che, en el Cacahual, La Habana, 15 de junio de 2002
«Maceo es nuestro, su gloria y su memoria continuaremos honrándola de mil formas diferentes; su gloria y su memoria continuaremos honrándola en el trabajo, en las luchas, en el cumplimiento de nuestros deberes internacionalistas y fundamentalmente con nuestro patriotismo […]
[…] Maceo tan valiente, tan puro, tan leal, tan disciplinado, tan agradecido, recordaría junto a nosotros, con la misma gratitud que nosotros, el gesto de (Che) este hijo del pueblo argentino que se unió a nosotros, arriesgó muchas veces su vida junto a nosotros y dio su vida por la causa de la liberación de este continente; con la misma admiración y respeto, cariño y agradecimiento […]». Inauguración del Complejo de la Salud Ernesto Che Guevara, en la Provincia de las Tunas, 14 de Junio de 1980
Y fue el mismo Che Guevara quien en el discurso pronunciado el 7 de diciembre de 1962, aniversario 66 de la caída en combate del Titán de bronce, señaló:
« […] Antonio Maceo cruzó la Isla de una punta a la otra y llevó el fuego revolucionario a provincias que no lo habían conocido en la anterior etapa de la guerra de liberación.
Para hacer esto que hoy se puede referir en pocas palabras, se necesitaba un inmenso poder de organización, una inmensa fe en la victoria, y en la capacidad de lucha de sus hombres, y un poder de mando extraordinario para ejercerlo día a día durante años de lucha en condiciones extremadamente difíciles.
[…] Y frente a su soberbia bestial, frente a su afán de aniquilar a todo lo que es puro en el mundo, se alzan los hombres, se alzan los hombres dirigidos por gente que levanta las banderas de Martí, de Maceo y de Gómez. Y en cualquier lugar del mundo, donde esas banderas tremolen, allí debemos dirigir nuestras miradas y nuestro saludo».
Wilkie Delgado Correa. Doctor en Ciencias Médicas. Doctor honoris Causa. Profesor titular, consultante y emérito de la Universidad de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba. Premio al Mérito Científico por la obra de toda la vida.
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