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La UE no debería traicionar sus propios compromisos contra la deforestación

Fuentes: Ecologistas en acción

Ecologistas en Acción denuncia los retrasos y recortes del Reglamento europeo contra la deforestación y exige a la UE que mantenga la fecha de 2026 y restablezca los controles, llamando a la ciudadanía a movilizarse contra este desmantelamiento encubierto.

La Comisión Europea pretende retrasar y vaciar de contenido su principal norma contra la deforestación (EUDR), claudicando ante la presión de los lobbies y traicionando sus promesas climáticas. Lo que presenta como un “ajuste técnico” es, en realidad, un paso atrás catastrófico que dinamita la protección de los bosques del planeta.

– Cada día de retraso en la aplicación del reglamento EUDR se mide en hectáreas de bosque taladas y especies extinguidas. Ante esta emergencia, la Comisión Europea planea debilitar y retrasar la norma, un golpe devastador para la biodiversidad y una claudicación indignante ante quienes se lucran con la destrucción de los ecosistemas.

Los intentos de la Comisión Europea para retrasar y recortar el reglamento EUDR son un golpe devastador a los bosques del planeta y una claudicación indignante ante los lobbies de las multinacionales que se benefician de la destrucción de los ecosistemas y la biodiversidad.

Ecologistas en Acción observa con profunda decepción el anuncio de la Comisión Europea de retrasar de forma parcial y, lo que es más grave, vaciar de contenido la esencia del Reglamento contra la Deforestación (EUDR). Lo que se presenta como un ajuste logístico es, en realidad, una rendición cobarde ante las presiones de lobbies agroindustriales y gobiernos de países terceros, que desoyen las llamadas de la ciudadanía para ampliar el compromiso con la vida en el planeta. Es un paso atrás catastrófico en un momento de emergencia planetaria.

La Comisión, en su comunicado del 21 de octubre, intenta vender esta claudicación como una “solución informática”. Nosotras lo llamamos por su nombre: una traición a las promesas verdes de la UE y una burla a la ciudadanía que exige acción climática real.

Nacho Escartín, portavoz de Ecologistas en Acción, ha declarado: “No podemos permitir que se diluya la urgencia aduciendo a la simplificación de los procedimientos, porque esto conlleva reducir controles y exime de responsabilidad a algunos operadores en la cadena de suministro”. Escartín ha añadido: “Los retrasos no se justifican, porque los pequeños productores no tienen que aplicar el reglamento hasta mediados de 2026, tiempo suficiente para que pudiesen adaptarse sin necesidad de retrasar hasta finales del año”.

Según el propio informe de la FAO sobre la Evaluación de los Recursos Forestales Mundiales, el mundo perdió 420 millones de hectáreas de bosque entre 1990 y 2020, un área más grande que la Unión Europea. La UE es, por su consumo, el segundo mayor importador de deforestación tropical vinculada a productos básicos como la soja, el aceite de palma y la carne de vacuno. Cada producto vinculado a la deforestación que llega a nuestros mercados es un clavo más en el ataúd de la biodiversidad y la estabilidad climática.

El corazón del EUDR, su verdadera innovación, era el requisito de debida diligencia obligatoria y trazabilidad de cada materia prima importada. Esto significa poder rastrear una tableta de chocolate, un saco de pienso compuesto o un filete hasta el terreno exacto donde se produjo, garantizando que no arrasó un bosque. Ahora, la Comisión planea “simplificar” esto. En palabras de Nacho Escartín esto se traduce en “debilitar los controles, crear lagunas jurídicas y retrasar su aplicación crucial para ecosistemas críticos”, como el Cerrado brasileño, la sabana tropical con más biodiversidad del mundo, especialmente afectada por la deforestación.

La Comisión se escuda en supuestos “problemas informáticos” y en la “complejidad” para justificar este recorte. “Es una excusa cínica y pobre”, considera Escartín. Después se ha preguntado: “Mientras la comunidad científica nos alerta de que nos acercamos a puntos de no retorno en ecosistemas como la Amazonía, ¿de verdad esperan que nos creamos que la tercera economía mundial es incapaz de desarrollar un sistema de trazabilidad robusto para salvar los pulmones del planeta?”

Esta no es, para Ecologistas en Acción, una cuestión de capacidad técnica; es una cuestión de voluntad política. La presión de países como Alemania, Austria, Finlandia, Polonia, Suecia y, por supuesto, los Estados Unidos de Trump, junto a poderosos lobbies agroindustriales y forestales, ha dado sus frutos en los pasillos de Bruselas. Han logrado poner los intereses comerciales a corto plazo por delante de la supervivencia a largo plazo. Mientras, hay sectores, países productores y autoridades competentes que sí se han preparado para el cumplimiento, que llevan dos años comprometidos  y cuyos esfuerzos se desprecian en favor de quienes deforestan y pretenden saltarse los controles. Cualquier nuevo aplazamiento y reapertura del texto supondría generar más inseguridad jurídica y perjudicaría a quienes ya han invertido para cumplir.

Escartín ha concluido: “No nos equivoquemos: cada día de retraso, cada requisito rebajado, se mide en hectáreas de bosque primario taladas, en especies extinguidas y en toneladas de CO₂ liberadas a la atmósfera. La sangre de los bosques manchará las manos de una Comisión Europea que prefiere hacer concesiones a los deforestadores en lugar de proteger el bien común global”.

Ecologistas en Acción exige coherencia y valentía, no más palabras vacías, y llama a la ciudadanía a la movilización, a que alce la voz y exija a sus gobiernos y eurodiputados que frenen este desmantelamiento encubierto del EUDR.

La organización ecologista reclama a la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y a la Comisaria de Medio Ambiente, Jessika Roswall, que:

1. Mantengan la fecha de aplicación del 1 de enero de 2026, para empezar a aplicar el EUDR a todos los operadores.

2. Restablezcan los requisitos de trazabilidad a cada lote concreto de materias primas, sin excepciones arbitrarias ni subterfugios que abren la puerta al fraude.

3. Resistan las presiones de los lobbies y prioricen, de una vez por todas, la defensa de la vida sobre los beneficios económicos de unos pocos.

La UE no puede predicar liderazgo climático global mientras, por la puerta de atrás, dinamita su legislación ambiental. La UE debería estar intensificando su cooperación con los países con mayor extensión de bosques tropicales donde se producen las materias primas importadas y colaborando con los pequeños agricultores que las cultivan. Solo así se garantizará que el EUDR reduzca realmente la deforestación mundial y mejore la vida en el planeta. Los bosques del mundo no tienen tiempo para las medias tintas de Bruselas.

Fuente: https://www.ecologistasenaccion.org/350235/la-ue-no-deberia-traicionar-sus-propios-compromisos-contra-la-deforestacion/