El Pleno del Congreso español aprobó, el pasado 13 de noviembre, la Ley de Movilidad Sostenible; en la sesión parlamentaria, se rechazó una enmienda del PP en el Senado, que pretendía eliminar la fecha establecida para el cese definitivo de la actividad en tres plantas nucleares del estado español: Almaraz (Cáceres), Ascó I (Tarragona) y Cofrents (Valencia); la refutación de la enmienda fue posible por la abstención de Junts.
En marzo de 2019, las tres grandes compañías propietarias de las centrales -Endesa, Iberdrola y Naturgy- acordaron con la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (ENRESA) un calendario para el cierre ordenado de las nucleares; está previsto que la planta de Cofrents, de la que es titular Iberdrola y comenzó a operar en 1985, sea clausurada en 2030.
La Plataforma Tanquem Cofrents ha denunciado que, la mañana del 9 de noviembre, la nuclear valenciana sufrió una avería, por lo que tuvo que disminuir su potencia 300 megavatios (MW); así, señala la Plataforma en un comunicado, la plena potencia de la central no se recuperó hasta la madrugada. Una segunda avería, en el generador, tuvo lugar a la mañana siguiente, lo que forzó a la realización de una parada.
Tanquem Cofrents advierte del momento en que han ocurrido las dos incidencias: dos semanas después de la puesta en marcha de la central nuclear, tras la parada de más de un mes para la recarga de combustible y operaciones de mantenimiento, “cuando la central debería estar en perfecto estado tras esta puesta a punto”.
Iberdrola informó -el 19 de septiembre- sobre la recarga 25 de combustible como “un hito clave que refuerza el compromiso de la instalación con la seguridad operativa y la actualización tecnológica de sus sistemas”; la operación implicó, en 37 días, la inversión de 27 millones de euros y la participación de más de 1.200 profesionales añadidos a los ordinarios.
“Las averías en el generador son una constante en los últimos años de funcionamiento de la nuclear de Cofrents”, concluye el movimiento social.
Integran Tanquem Cofrents, entre otras organizaciones, Acció Ecologista Agró, Ecologistes en Acció, Greenpeace, la Plataforma per un Nou Model Energètic, Xúquer Viu, Salvemos Mijares, Intersindical Valenciana y la CGT.
El 10 de noviembre, el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) recibió información de Iberdrola sobre la parada no programada de la central, “como consecuencia de una señal de protección del turboalternador generada, a su vez, por una falta eléctrica en una de sus fases”; el CSN es, según la definición oficial, el ente de Derecho Público con las competencias en materia de seguridad nuclear.
La nuclear valenciana está ubicada en el municipio de Cofrents (1.120 habitantes, Valle de Ayora); en concreto, en la cola del embalse de Embarcaderos (margen derecho del río Xúquer); la planta de Iberdrola está equipada con un reactor de agua en ebullición tipo BWR, fabricado por la multinacional estadounidense General Electric; funciona con un recinto de contención de tipo Mark 3; en 1975, se otorgó la autorización para la construcción de la nuclear y en 1984, para la puesta en marcha.
“La realidad es que la central, que ya ha cumplido 41 años de funcionamiento, cuando según su diseño debería haber funcionado sólo 25, está vieja y deteriorada, y mantenerla en marcha supone un peligro intolerable e innecesario para la ciudadanía”, afirma Tanquem Cofrents.
Asimismo, “Cofrents, y el resto de las nucleares, producen una energía peligrosa, sucia por los residuos radiactivos que deja, el triple de cara que las renovables y con un enorme consumo de agua asociado”.
En marzo de 2021, el BOE publicó la Orden aprobada por el Ministerio de Transición Ecológica, dirigido por el PSOE, que renovaba la autorización a Iberdrola para explotar la central nuclear de Cofrents durante 10 años, hasta el 30 de noviembre de 2030; en esa fecha, se producirá el cese definitivo de explotación; hasta ese momento, detalla la Autorización, la planta podrá poseer y almacenar elementos combustibles de uranio ligeramente enriquecido.
Se da la circunstancia que hace un año, el 25 de noviembre de 2024, Tanquem Cofrents señaló que otra avería -en la turbina principal- provocó la parada de la central; la plataforma recordó que esta parada se sumaba a las registradas en enero y julio del mismo año; asimismo se produjo una avería el 13 de septiembre, pero sin que se llegara al parón, como sí ocurrió en los casos anteriores.
De hecho, la empresa comunicó el 22 de noviembre de 2024 al CSN la parada no programada del reactor, debido a un mal funcionamiento de una bomba de fluido electrohidráulico de la turbina central; tres días después, Iberdrola notificó al Consejo de Seguridad Nuclear que, tras el citado parón, sucedió “una anomalía en una fuente de alimentación a un panel de instrumentación”.
Por otra parte, en mayo, Tanquem Cofrents rechazó la propuesta del entonces presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón (PP), sobre la eliminación de la ecotasa que la institución autonómica cobraba a Iberdrola por la nuclear; la suma que dejarían de percibir las arcas públicas es de 14 millones de euros; el expresidente del Consell realizó este anuncio el 12 de mayo, durante una visita a la central de Cofrents.
Durante su estancia en la planta, Mazón manifestó su intención de promover un “frente común” con las empresas valencianas, con el fin de prolongar la “vida útil” de la nuclear valenciana más allá de 2030.
El político del PP presentó la dimisión el pasado 3 de noviembre por la gestión de la DANA del 29 de octubre de 2024 (en el País Valenciano se produjeron 229 muertes); actualmente la jueza de Catarroja, Nuria Ruiz Tobarra, investiga las responsabilidades penales en relación con la gran riada (Mazón mantiene el aforamiento por su condición de diputado autonómico).
El día que Carlos Mazón Guixot visitó la planta de Cofrents, activistas de la Plataforma se concentraron cerca de las instalaciones; allí mostraron una pancarta con el lema “Nuclear no evitó apagón” (el cartel hacía referencia a la interrupción generalizada del suministro eléctrico -el pasado 28 de abril- en la Península Ibérica).
Mientras, el movimiento antinuclear continúa con la acción reivindicativa; el 14 de octubre Ecologistes en Acció-Catalunya y Greenpeace presentaron la Campaña ¿Alargar las nucleares? No, gracias, en la Playa de l’Almadrava, cerca de la central nuclear de Vandellòs (Tarragona); los ecologistas denunciaron las presiones empresariales para ampliar la vida de las centrales nucleares, más allá de los 40 años previstos; el acto coincidía con el 36 aniversario del accidente nuclear en la planta de Vandellòs I.
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