Nominalmente el arma submarina española de la serie 70, se compone de 3 unidades: el Galerna, el Mistral y el Tramontana, ya que el cuarto de la serie, el Siroco, está dado de baja.
De todas las armas que tiene España, aviones, vehículos terrestres, unidades navales -excepto el portaaviones Juan Carlos I-, la más cara de todas es el submarino, considerando únicamente los gastos de construcción.
Su base es el Arsenal de Cartagena, en donde pasan lánguidamente sus días sin moverse de su dársena, monotonía, rota a veces por alguna ocasional salida del Tramontana, único submarino operativo de la Armada Española; los demás sólo sirven de adorno estético y de almacén de repuestos para canibalismo.
Pero ustedes deben saber que las tripulaciones de los dos submarinos en coma técnico irreversible, no están ociosos y que se comportan como si sus buques estuvieran a pleno rendimiento, formando las tripulaciones por la mañana para pasar lista y seguidamente pasan a las actividades ordinarias de las tripulaciones, como guardia, instrucción técnica de las diferentes secciones (motores diésel y eléctricos, radio, sonar, torpedos, mando y maniobra, navegación, etc.), haciendo prácticas en los simuladores en tierra, y en ocasiones rotando por el único submarino que hay en servicio.
Digamos, por así decirlo, que España tiene un submarino con 3 tripulaciones.
Tres capitanes de fragata, y tres dotaciones al completo compuestas por 59 oficiales, suboficiales y marineros cada unidad, con un alto grado de formación técnica. Es decir, 180 submarinistas, apoyados por un equipo numerosísimo en tierra: talleres, almacenes, mecánicos, electricistas, electrónica, profesorado, aulas, alojamientos, etc.
Al final, y sumados los presupuestos de material, mantenimiento, repuestos, personal, formación y operaciones submarinas, tanto reales como simuladas realizadas por un solo sumergible, convierten alarma submarina española en la más cara y la más inútil de todas, a la espera de que la próxima botadura del primer submarino de la serie 80, el S-81 Isaac Peral, de accidentada y carísima gestación, permita pasar a bordo a su dotación de quilla, sí, porque aunque el submarino está en el astillero su dotación ya existe, e incluso se está en proceso de selección de personal.
Para concluir, diremos que tenemos ¡cuatro dotaciones para un solo submarino operativo a flote!
En alguna entrega anterior comenté la inutilidad del submarino, en el actual contexto geoestratégico de España para defender sus costas, ya que este arma está concebida para actuaciones oceánicas, es decir, muy alejadas de la costa y para defender los intereses de los Estados Unidos y la OTAN, y no los de los españoles.
Por cierto, el ministerio de Defensa es el único que no ha tenido recortes en los Presupuestos Generales del Estado últimamente aprobados.
Floren Dimas. Oficial del EA (R). Miembro de Anemoi y de ACMYR