Las mujeres llevamos miles de años sufriendo todo tipo de discriminación, violencia, agresión, vejación, siendo insultadas, desvalorizadas. Seguimos siendo ciudadanas de segunda aunque realmente yo me pregunto si no habremos bajado todavía más en esta clasificación. Esta sociedad patriarcal, las instituciones públicas, los hombres, los medios de comunicación, … son responsables de esta situación y […]
Las mujeres llevamos miles de años sufriendo todo tipo de discriminación, violencia, agresión, vejación, siendo insultadas, desvalorizadas. Seguimos siendo ciudadanas de segunda aunque realmente yo me pregunto si no habremos bajado todavía más en esta clasificación.
Esta sociedad patriarcal, las instituciones públicas, los hombres, los medios de comunicación, … son responsables de esta situación y sobre todo de permitir que se mantenga. Pero este año quiero recordar también nuestra responsabilidad, la responsabilidad de las mujeres, lo que nosotras sí podemos hacer: no vernos sólo como víctimas.
Mientras todas nosotras no seamos conscientes de nuestra situación, mientras nos creamos, sin hacer una reflexión, todas las leyes de igualdad, mientras creamos que realmente todo ha cambiado, que estamos viviendo en la panacea de la igualdad, no llegaremos nunca a una situación de verdadera equidad. Cuando logremos que todas las mujeres tengamos la autoestima y recursos suficientes como para no permitir que nos traten de manera indigna, entonces podremos decir que las cosas han cambiado.
En general cuando hablamos de la situación de la mujer lo hacemos desde el punto de vista de víctimas. Aunque sea una realidad que las mujeres en todas las partes del mundo suframos tratos discriminatorios, yo me empiezo a preguntar si ésta es otra trampa de las tantas en las que nos hace caer esta sociedad patriarcal para seguir perpetuando algo contra lo que llevamos luchando mucho tiempo: la imagen de las mujeres como sexo débil.
Por lo tanto creo que ya es hora de que nos creamos de verdad la fuerza que tenemos y que hemos demostrado a lo largo de la historia, que a pesar de todos los obstáculos, de todas las agresiones que hemos sufrido, de todas las soledades que hemos sentido, siempre ha habido mujeres en todos los campos, que han hecho cosas muy importantes para que este mundo sea un poco mejor, por no hablar de todas las mujeres anónimas que hemos contribuido y seguimos contribuyendo a construir una sociedad más justa y feliz.
En definitiva que nosotras tenemos que ser las primeras en creernos que podemos ser las dueñas de nuestras vidas y las dueñas de nuestros sentimientos, que por el hecho de haber nacido mujeres recibimos muchas veces un trato totalmente injusto, pero también por la misma razón poseemos un montón de cualidades y capacidades que siempre se han desvalorizado, tachadas de «cosas de mujeres» y que nos corresponde a nosotras reivindicarlas, no solamente para las mujeres sino para toda la humanidad, por entender que dichas cualidades y capacidades pueden contribuir a que este mundo vaya «un poco» mejor.
* Bego Medina. Mugarik Gabe