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Fischer habla desde la prisión

A través de una entrevista a una radio filipina, el ex campeón ajedrecista dice que le tendieron una «trampa»

Fuentes: Rebelión

Un mes después de haber sido detenido en el Aeropuerto de Narita, en Japón, Bobby Fischer pudo hablar por primer vez en público. Fue en una entrevista con Radio Bombo -una pequeña estación radial en Baguio City, Filipinas, la única a la cual el ex campeón ha concedido entrevistas- el pasado 12 de Agosto. Esta […]

Un mes después de haber sido detenido en el Aeropuerto de Narita, en Japón, Bobby Fischer pudo hablar por primer vez en público. Fue en una entrevista con Radio Bombo -una pequeña estación radial en Baguio City, Filipinas, la única a la cual el ex campeón ha concedido entrevistas- el pasado 12 de Agosto. Esta fue la primera entrevista de las dos que ha dado hasta el momento y cuyos fragmentos pueden oirse a través de la Internet (chessbase.com/newsdetail.asp?newsid=1871).

Aunque varios pasajes de las entrevistas -la primera de 37 minutos y la segunda de 1 hora y tres minutos- están cargadas con declaraciones en contra del gobierno de su país, hay partes que revelan nuevas luces sobre el controversial caso del otrora héroe de multitudes y ahora un villano para la justicia norteamericana.

Una de las situaciones poco claras en el arresto de Fischer es cómo siete años después que una Corte Federal de los Estados Unidos lanzara una orden de arresto en su contra -en Diciembre de 1992-, el propio ex campeón acudió en persona a la Embajada de los Estados Unidos en Suiza, en 1997, para obtener un pasaporte sin que en ese entonces lo arrestaran.

Pero lo más sorprendente es que, como Fischer lo dijo en la entrevista radial del pasado 12 de Agosto, él mismo estuvo en la Embajada de los Estados Unidos en Berna Suiza, el 27 de Octubre del 2003, para solictar más páginas extras a su pasaporte que ya estaba lleno de estampillas de visas.

«El 6 de Noviembre (del 2003) ellos le añadieron páginas extras» al pasaporte, dijo Fischer, sin ningún problema.
Cinco semanas después, sin embargo, el 11 de Diciembre, el Departamento de Estado emitió una carta donde se le comunicaba a Fischer la revocación de su pasaporte. Pero, como lo dijo en la entrevista radial, él nunca recibió tal documento a pesar de que, en esa misma fecha, todavía se encontraba en Suiza.

«Ellos tenían el número de mi teléfono móvil», dijo Fischer, quien alega que los funcionarios de la embajada norteamericana no lo llamaron para comunicarle sobre la revocación de su pasaporte. «Esto fue una trampa», agregó.
En este punto, de acuerdo a diversas fuentes de información, el gobierno de Estados Unidos admitió haber revocado el pasaporte de Fischer sin que los funcionarios fueran capaces de comunicarle apropiadamente tal procedimiento a Fischer, como lo demanda las leyes de dicho país.

En este punto, la ley -inciso 51.76, página 254, 22 cfrch.1 4197 Department of State: «Surrender of Passport»- dice textualmente lo siguiente: «El portador del pasaporte revocado, debe entregarse ante el Departamento de Estado o el representante autorizado, si se rehusa hacerlo el pasaporte puede ser invalidado, lo cual debe notificarse de forma escrita al portador de la invalidación».

En este sentido, Fischer dijo que, bajo la mismas leyes, él tenía el derecho de apelar la revocación de su pasaporte. «Ellos (el gobierno de EE.UU.) no podían hacerme nada mientras yo estuviera apelando», expresó Fischer a la radio filipina.

Renunciando a la ciudadanía
En otros de sus desesperados movimientos para evitar la deportación, Fischer anunció hace varias semanas su deseo de renunciar a su ciudadanía. Inicialmente se informó que los funcionarios consulares norteamericanos en Japón no estaban dispuestos a realizar ese trámite a la solicitud de Fischer.

Pero en la segunda entrevista -realizada el pasado 20 de Agosto-, el ex campeón mundial dijo que el gobierno de su país le habían comunicado que acudirían al centro de detención donde se encuentra él, para jurar oficialmente la renuncia a su ciudadanía.

«Yo espero que esto satisfaga a (el gobierno de) EE.UU. y le diga al gobierno japonés que me deje libre. Entonces yo puedo reconstruir mi estatus legal y recibir un pasaporte de otro país», dijo Fischer a la radio.

Un miembro de la embajada de Estados Unidos en Tokio afirmó que funcionarios consulares
estadounidenses visitarían en breve a Fischer en el centro de detención para que el ajedrecista pueda comunicarles su intención, una de las condiciones requeridas para renunciar a la ciudadanía.

Sin embargo, esta jugada no salvará a Fischer de la difícil situación que atraviesa, dijeron funcionarios estadounidenses. Bajo la ley de Estados Unidos, renunciar a la nacionalidad no permite a una persona evitar un proceso judicial.

¿Una trampa?
Para Bobby Fischer, la concesión de páginas extras a su pasaporte -en Noviembre del 2003- fue el principio de una «trampa» que, meses después, lo llevó a su arresto en Japón.

En este punto, un caso parecido ocurrió recientemente cuando el Departamento de Estado le tendió la trampa a un ecuatoriano que se encontraba fugitivo de la justicia neoyorquina hace 25 años.

En este caso, Mario Patricio Andretta Salazar fue arrestado en 1979 en el Condado de Nassau, Nueva York, y acusado de tráfico de cocaína. Pero eventualmente fue liberado tras el pago de una fianza de 40.000 dólares, pendiente de un juicio en su contra. Sin embargo, como los fiscales del caso temían, él huyó a su país natal.

En el colmo de la osadía, durante los próximos 25 años, el sujeto viajó algunas veces a los Estados Unidos, bajo nombres diferentes, crió a un hijo en Miami, y jamás tuvo problemas hasta el pasado mes de junio.

La fortuna de Andretta Salazar, de 53 años, se acabó cuando el sistema del Departamento de Seguridad Nacional que archiva huellas digitales, lo detectó cuando él solicitó una visa de turista en la Embajada de EE.UU. en su país natal.

Cuando las huellas digitales de Salazar coincidieron con los archivos policiales de Long Island, registrados tras su arresto en 1979, los oficiales de la DEA y del Servicio del U.S Marshall pusieron al sospechoso bajo vigilancia y se le concedió una visa para viajar a Estados Unidos. Cuando él llegó a Miami el pasado 16 de junio, el ex fugitivo fue arrestado.