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Derechos sexuales y reproductivos de las mujeres

A vueltas con el aborto

Fuentes: https://tribunafeminista.org/2023/01/a-vueltas-con-el-aborto/

Los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres se situaron en el centro de la agenda del feminismo de tercera ola, junto a otras reivindicaciones, como el fin de la penalización del adulterio o la violencia de género.


Las feministas fueron las primeras en repensar y teorizar sobre una maternidad desligada de los roles patriarcales.

La primera despenalización del aborto en España se produjo en 1932, durante el gobierno republicano, aunque nunca llegó a entrar en vigor. La posterior dictadura franquista institucionalizó el patriarcado y la represión sobre los derechos y las libertades de las mujeres fue absoluta. Con la llegada de la democracia y el empuje del movimiento feminista se aprobó la segunda legislación en la materia, en 1985. Una ley de supuestos que permitía la interrupción del embarazo en algunos casos muy concretos. El nuevo siglo XXI conllevó un avance europeo significativo hacia legislaciones más garantistas y que favorecían, tanto la autonomía de las mujeres sobre su maternidad, como la salud sexual y reproductiva. Hablo del paso de las normas basadas en los supuestos a las normas basadas en los plazos.

La Ley de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo aprobada en 2010 por el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero se asienta sobre una legislación de plazos, favorece la autonomía y la libertad de las mujeres para decidir sobre su maternidad y pone el acento en la salud sexual y reproductiva. Es una legislación alineada con las normas europeas y cuenta con el aval médico de la Organización Mundial de la Salud y de los principales organismos internacionales (Naciones Unidas) y supranacionales (Unión Europea).

La oposición conservadora en España ante esta ley fue furibunda, pese a que, en algunos países europeos, sus homólogos habían impulsados normas similares. Hablaban del derecho a la vida y señalaban a las mujeres que interrumpían sus embarazos casi como a criminales. Hoy en día, las mujeres que ejercen libremente su derecho al aborto siguen siendo hostigadas.

Curiosamente, esta supuesta defensa de la vida contrarrestaba mucho con otras políticas públicas impulsadas por los gobiernos de derechas en España. Por ejemplo, mientras el gobierno de Rajoy pretendía derogar la ley del aborto, alegando una defensa de la vida, aprobaba instrucciones para negar tratamientos de reproducción asistida en la sanidad pública a mujeres lesbianas o madres solas. Es decir, negaba la maternidad a aquellas mujeres que deseaban serlo pero que tenían modelos de familia que no les gustaban, y pretendían obligar a serlo a las que no lo deseaban. No era la defensa de la vida, era la convicción de imponer su moral a las mujeres que no la compartían.

Otro elemento que hace tambalear su discurso es la oposición frontal que la derecha ha mantenido siempre contra la educación afectivo sexual en las aulas. La inclusión de esta pata educativa en los centros es fundamental, no sólo para ofrecer a mujeres y hombres toda la información posible para una sexualidad sana, sino que también se torna imprescindible, por ejemplo, para prevenir la violencia sexual.

Persisten retos pendientes e invisbilizados que urge abordar sobre los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, tales como el uso indiscriminado de cesáreas; los abortos espontáneos y el duelo perinatal; el acceso a métodos anticonceptivos, a planificación familiar y a tratamientos de fertilidad; la humanización de los embarazos, partos y puerperios; la salud mental materna y el fin del estigma o, también, la mejora de los sistemas de adopción para todos los modelos de familias.

Hay muchas cuestiones relacionadas con la maternidad y con la salud de las mujeres que requieren de una atención urgente y que apenas se mencionan porque, como indicaba, cuando se amenaza con eliminar el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo no se busca proteger la maternidad, simplemente se persigue cercenar derechos a las mujeres y cuestionar su capacidad de decidir libre y autónomamente sobre su vida.

Afirmaba la feminista mexicana Marcela Lagarde que, “para las feministas, cada mujer es la causa del feminismo. Cada mujer tiene el derecho autoproclamado a tener derechos, recursos y condiciones para desarrollarse y vivir en democracia. Cada mujer tiene derecho a vivir en libertad y gozar de la vida”.

Esta cita define la razón por la cual las herederas de aquellas feministas que ya en los años 60 y 70 del siglo pasado pusieron sus cuerpos y sus vidas para frenar la ola reaccionaria que pretendía relegarnos a las mujeres a una eterna minoría de edad en la cual un varón de referencia siempre decidiría por nosotras, seguimos hoy, sesenta años después, defendiendo el legado de su lucha.

Ellas, las que siempre fueron y nunca dejarán de ser, son nuestra reserva moral para seguir combatiendo el machismo y luchando para legar a las mujeres del presente y del futuro una sociedad más habitable y digna para ellas.


Fuente: https://tribunafeminista.org/2023/01/a-vueltas-con-el-aborto/