«Soy un demócrata, así que le ordeno que deje de protestar»… El general que trató de enternecer a los críticos con su exhibición militarista apelando al mucho bien que había hecho a los musulmanes de Sarajevo, olvidó contarles que España participó en esa guerra -generada artificialmente por EEUU y la Unión Europea- para servir los […]
«Soy un demócrata, así que le ordeno que deje de protestar»… El general que trató de enternecer a los críticos con su exhibición militarista apelando al mucho bien que había hecho a los musulmanes de Sarajevo, olvidó contarles que España participó en esa guerra -generada artificialmente por EEUU y la Unión Europea- para servir los intereses geoestratégicos de las grandes potencias que fueron las vencedoras finales de la misma y las que se repartieron el pastel de los Balcanes; que España no admitió como refugiados en ningún momento a los desertores de esa guerra; que participó en el comercio de armas que se generó en ese conflicto; y que las «democráticas» tropas españolas miraron a otro lado cuando los croatas hacían limpieza étnica en la zona bajo control español de Mostar.
Guerra de los Balcanes: las tropas españolas consintieron matanzas del ejército croata en Bosnia
El lugar fue Granada, durante la celebración del Día de la Toma. Ejemplar conmemoración de la invasión del Reino de Granada por las tropas castellanas y el posterior genocidio de un pueblo. Organizaciones como S.O.S. Racismo habían advertido del estímulo a las posturas xenófobas que supone esta celebración retrógrada e intolerante.
Fue el general jefe del Mando de Adiestramiento y Doctrina (MADOC), Francisco Puentes, quien respondió a los abucheos de los antifascistas tras pasar revista a las tropas.
El militar escuchó perfectamente los silbidos, abucheos, pitidos y gritos que lanzaban una parte del público. Puentes, con su buen racimo de condecoraciones brillando al sol, no pudo contenerse y rompió el protocolo de la jornada. Un grupo de asistentes elevaba una pancarta que leía: «No al racismo, a la Toma, al fascismo». Con paso marcial, el teniente general se dirigió a ellos. Escoltas, antidisturbios de la Policía Nacional y ‘secretas’ salieron de sus puestos, tensos ante el enfrentamiento.
Francisco Puentes quería dejar las cosas claras: «entramos en Sarajevo para dar agua y luz a los musulmanes de la ciudad, y no voy a consentir que me chiflen». Hace 18 años de esa guerra cuando la ONU envió una misión militar de pacificación de la que formó parte el teniente general.