El sector naval de la Bahía de Gijón viene protagonizando movilizaciones contra el desmantelamiento de los astilleros y destrucción del empleo en favor de la recalificación urbanística de la zona. Las movilizaciones dieron origen a numerosos juicios pero principalmente a dos en la vía de lo penal contra -el entrevistado- Cándido González Carnero y contra […]
El sector naval de la Bahía de Gijón viene protagonizando movilizaciones contra el desmantelamiento de los astilleros y destrucción del empleo en favor de la recalificación urbanística de la zona. Las movilizaciones dieron origen a numerosos juicios pero principalmente a dos en la vía de lo penal contra -el entrevistado- Cándido González Carnero y contra Juan Manuel Martínez Morala, respectivamente ex Secretario y actual Secretario General de la Corriente Sindical de Izquierda, CSI, sindicato independiente financiado exclusivamente por las cuotas de sus afiliados y que estatutariamente ni tiene ni admite liberados.
Recurridos los dos juicios, ya celebrados, ante el Tribunal Superior de Justicia de Asturias, están pendientes de cinco años y medio de prisión. El primer juicio, con sentencia de tres años fue originado por la denuncia del Ayuntamiento gobernado por la coalición PSOE e IU, único demandante y damnificado y, en ambos juicios, bajo la presión de las autoridades municipales y autonómicas amparadas por el Delegado del Gobierno para el que reiteradamente se pide su dimisión en todas las movilizaciones.
Cándido González Carnero, trabajador desde los catorce años en los astilleros, lleva 40 años cotizados a la Seguridad Social y casi otros tantos en la lucha sindical como afiliado o como dirigente pero no liberado.
Esto es muy duro, muy fuerte: ¿No han podido negociar algo… un acuerdo para no llevar un conflicto laboral por la vía penal?
Esto no tenía que haber durado ni cinco minutos, lo que ocurre, que cuando desde el principio, es un montaje planificado por el Ayuntamiento de Gijón, Gobierno autonómico, el Delegado del Gobierno y previsiblemente con la colaboración de jueces y fiscales, porque todo está supeditado a un gran pelotazo urbanístico donde también cuenta la presión de los constructores y especuladores. Morala y yo, que siempre hemos tratado de denunciar esos planes especulativos nos han querido quitar del medio para dejar así el camino libre para un inmenso negocio inmobiliario en el que todas las partes mencionadas van a obtener grandes beneficios.
¿Cómo se ha podido llegar a esta situación?
Sencillamente porque se pretende ejemplarizar y criminalizar la lucha laboral y social. Todos conocemos que el PSOE pretende establecer un modelo social a la medida estadounidense, es decir, conflictos dirigidos «controlados» donde los trabajadores no tengan capacidad de respuesta, los despiden y van a la calle con lo que establece la ley y eso es así. Precisamente los conflictos del sector naval nunca han sido «controlados» por por el actual sistema. Han tenido sus dosis de radicalidad y de ahí que ahora se pretenda utilizarnos a Morala y a mi como cabezas de turco de algo que pretenden que no vuelva a ocurrir ni en este ni en otros sectores ni con otros trabajadores. Pero creo que jamás lo van a conseguir, estamos viendo ahora mismo los conflictos del metal y astilleros de Vigo, de Delphi, etc. y los que se irán sucediendo por que cada vez la situación de los trabajadores es más difícil.
¿Se siente traicionado por la coalición del gobierno municipal y regional del PSOE e IU en el poder?
No, ni tan siquiera defraudado, desgraciadamente desde hace algún tiempo sabemos lo que estas organizaciones políticas y sus sindicatos representan para los intereses de Asturias que se resumen a lo que hoy e realidad todos y todas estamos viendo: emigración masiva de jóvenes como consecuencia de una política económica especulativa y no de una política social como en realidad deberíamos de esperar de un gobierno que dice ser de izquierdas, pero que en realidad los trabajadores somos las víctimas de sus políticas y sin embargo los empresarios están amasando auténticas fortunas a cuenta del sacrificio al que somos sometidos la inmensa mayoría social, cuando en realidad somos los que producimos y generamos riqueza
¿Qué opina de esta campaña electoral a las elecciones autonómicas y municipales?
Pues que vuelven a llover las promesas de los políticos prometiendo un excelente futuro social, sencillamente prometen lo que hasta ahora ni han cumplido ni pretendieron cumplir. Nos encontramos de nuevo con un engaño de la clase política a la mayoría social; considero que debería de estar penalizado por ser una campaña publicitaria engañosa en la que prometen y prometen y jamás cumplen nada, pero además vemos como en Asturias cada día se cierran más industrias, se pierde empleo y se precariza el mercado laboral. Cada vez hay más accidentes laborales, cada vez existe más inseguridad en el trabajo que se traduce en lesiones o muerte. Si todo esto no fuera suficiente, defender el empleo supone para los trabajadores o para cualquier colectivo social una represión cada vez más dura que recuerda a la época de la dictadura franquista.
¿Cómo podría resumir la evolución socio laboral en estos últimos años?
Sencillamente ha ido a peor para los intereses de los trabajadores y más concretamente en Asturias donde se está dando un empobrecimiento de toda la base social, falta de empleo estable y serio. Los astilleros y la minería que han sido dos actividades que han generado muchísimo empleo están ya casi liquidadas y mientras tanto nuestras autoridades políticas pasan del tema y se suben al carro del urbanismo y a reprimir, hasta dónde sea necesario, a todos los que se le opongan, trabajadores, sindicatos independientes y movimientos sociales o ciudadanos.
Pero ¿Por qué las cierran si esto no beneficia a nadie?
Hay otros beneficios y otros intereses que no tienen nada que ver con crear empleo o mantener el que hay. Son los intereses que tienen los políticos que venimos denunciando desde hace bastante tiempo los trabajadores. Son intereses especulativos sobre los terrenos que ocupan las empresas, allí donde desparece una industria se levantan edificios de lujo o zonas residenciales que aportan grandes beneficios tanto para los responsables políticos como para los especuladores inmobiliarios. No hay más que ver cómo están dejando la Bahía de Gijón y pretenden continuar con el pelotazo urbanístico que todavía no ha terminado, lo mismo que en otras zonas donde se están haciendo grandes negocios.
Quién nos lo iba a decir a los asturianos y a las asturianas que pudiera ocurrir precisamente con este gobierno mal denominado de izquierdas del PSOE e IU donde ellos mismos montan sus propias empresas inmobiliarias y participan del pastel urbanístico viendo como cierran industrias sin ningún tipo de pudor. Ahora que están en campaña electoral vuelven a decir que van a defender la industria básica cuando ya tienen acuerdos firmados con los sindicatos CCOO y UGT para continuar con los cierres.
¿También incluye usted a los sindicatos el el pelotazo urbanístico?
Precisamente los sindicatos UGT y CCOO son en gran medida tan responsables como los partidos políticos que están aplicando este tipo de medidas haciendo, además, de portavoces para favorecer la presión urbanística a cuenta de la industria aceptando cierres, despidos y lo que haga falta.
Pero ¿Qué interés pueden tener si esta política no les favorece sindicalmente?
Estos sindicatos viven única y exclusivamente de las subvenciones -no de las cuotas de sus afiliados- con las que sostienen un ejército de liberados y todas sus estructuras burocráticas: esa es la recompensa que obtienen, todo ello a cambio de pactos aceptando cierres y despidos para que pueda salir adelante la especulación.
¿Qué dicen afiliados de UGT y de CCOO, permiten todo esto?
En realidad no, pero lo que ocurre es que estos sindicatos juegan además el papel de dividir a los trabajadores y a intimidarlos con la amenaza de que si se movilizan pueden perder el empleo con lo cual la patronal y empresarios ya no necesitan jugar el papel de represores por que esto lo hacen muy bien UGT y CCOO que cada día tienen menos afiliados en sus organizaciones.
¿Está usted enfrentado a estos partidos y a sus sindicatos?
No, no lo estoy, pero como persona de izquierdas no comparto para nada sus posiciones y desde otra opción, la de una izquierda responsable, defiendo los intereses de la mayoría social frente a la corrupción política y sindical que en estos momentos se está dando con gran descaro y virulencia contra todos la clase trabajadora.
¿Se siente protegido, amparado, por las instituciones democráticas?
No. El Estado de Derecho sólo lo es para algunos. Este Estado de Derecho o quienes lo representan, no ofrecen y no están asegurando las garantías esenciales a la mayoría de los ciudadanos, no hay empleo estable, se dan unas condiciones socio laborales leoninas, no se cobran salarios dignos, el empleo es precario y los contratos laborales basura.
No es un Estado de Derecho aquel que no te permite trabajar y tener una salario mínimo razonable, no lo es el que recorta y reprime las libertades de los trabajadores y de los ciudadanos en general.
Está usted -y su compañero Morala- pendiente del fallo del Tribunal Superior de Justicia de Asturias de dos recursos que suman cinco años y medio de cárcel para cada uno ¿Cómo se siente ante esta «sociedad» que pretende encarcelarle?
Uno se siente mal, es lógico, y creo que personalmente tanto Morala como yo tenemos razones más que suficientes para decir que este Estado de Derecho que comentaba antes, es una farsa, una burla que los pone en evidencia precisamente a ellos como responsables de lo que está pasando, pero Morala y yo no somos las únicas víctimas de este proceso de criminalización que estamos viviendo, hay muchos más trabajadores y personas de otros movimientos sociales que también sufren la represión con sanciones económicas o de otro tipo como puede ser cualquier despido, uno cualquiera de tantos despidos silenciosos y abusivos que se están produciendo cada día. El despido es, sin duda, la represión más dura que puede sufrir un trabajador y si además te aplican una pena de prisión por el simple hecho de defender el empleo, es lógico que al menos nos preguntemos en qué tipo de sociedad vivimos. Pero no solamente eso, sabemos que la lucha por las libertades debe continuar porque en realidad estamos viviendo en una falsa democracia, que nunca hemos tenido en realidad.
A juzgar por sus declaraciones ¿Se está metiendo usted en política?
No, en absoluto, simplemente tengo un criterio de lo que entiendo que debe ser una sociedad más justa en un mundo de tanta riqueza para unos pocos y tanta miseria para el resto. Siempre, junto con otros compañeros y compañeras, he tratado de aportar hasta donde he podido, el trabajo necesario para propiciar el cambio hacia un mundo mejor, que no es difícil, sino posible para todos y todas, pero que aún nos queda un largo camino por recorrer para conseguirlo. Con prisión, o sin ella, seguiré defendiendo lo mismo, por que considero que además de ser un derecho es, además, de justicia el exigirlo.
¿Tiene miedo a la cárcel, no le asusta?
Considero que es injusto, pero no me da miedo, he luchado en la época franquista por las libertades, estuve detenido en multitud de ocasiones y no me da miedo pero sí me produce rechazo este modelo social represivo y que esto nos ocurra precisamente con un gobierno de izquierdas lo que en mi opinión no tiene nombre.
Ante todo esto y pendiente de cinco años y medio de cárcel ¿Cómo ve lo de ir a votar en estas elecciones?
Desde algún tiempo y viendo cómo se desarrollan los acontecimientos a lo que nos estamos refiriendo me estoy cuestionando bastante el actual estado de cosas y sobre todo esta falsa democracia que sólo es representativa pero nada participativa que nos quieren vender y lo mismo ocurre con el Estado de Derecho y sus instituciones.
Es por ello que considero que votar en las elecciones supone, de alguna manera, legitimar esta farsa política basada en la hipocresía y la mentira. Pienso que se debería cambiar el actual sistema que se establece para las votaciones que tendrían que ser bajo parámetros de igualdad donde otras organizaciones políticas no se les da ninguna opción por que no disponen de esos medios económicos o de esas inmensas fortunas que se gastan en cada campaña electoral y que además sólo sirve par engañar cada cuatro años, una y otra vez, mientras durante quince días nos cansaremos de escuchar que vamos a tener todo y después, durante los cuatro años siguientes, veremos cómo no solamente no nos van a dar lo que prometieron sino que nos van a seguir quitando lo poco que tenemos.
Los trabajadores, francamente tenemos difícil a quién votar porque durante los últimos años los partidos que nos han representado nos han dejado muy claro que nada podemos esperar de ellos. ¿En qué Estado de Derecho, en qué democracia y en nombre de qué libertades se nos puede impedir que luchemos por la defensa de un puesto de trabajo que nos permita vivir dignamente? Esto es lo que se ha juzgado y sobre esto dictarán la sentencia en nuestro caso y en tantos otros más.
Agotado tiempo y espacio no queda más remedio que finalizar agradeciendo dedicación y paciencia a tanta pregunta. Pero esto aún no ha terminado, quedan muchas preguntas escondidas en casi tres décadas de lucha, y sobre todo, muchísimas más respuestas que las autoridades no han dado. Faltan las respuestas que den soluciones sociales adecuadas y, desde luego, sobran las las malas políticas, que se resumen, sin ir más lejos, en las consideraciones dadas más arriba de las que se deduce la criminalización que de hecho han dado los partidos políticos y que ahora olvidan cegados en la campaña electoral. Queda por saber hasta dónde está dispuesto a llegar esta clase política, y sindical, que ahora suplican el voto sonriendo de oreja a oreja, cuando sin duda ya han ido demasiado lejos.