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Acerca de la actual estulticia

Fuentes: Rebelión

Con el discurso del Presidente Putin en la Conferencia de Seguridad de Múnich del 10 de febrero de 2007, se inició una nueva era en la política internacional, porque, además de recalcar la necesidad de que todos los países actúen respetando la Carta de la ONU, condenó los esfuerzos de EEUU por preservar un mundo unipolar y su hegemonía global; también criticó el acercamiento de la OTAN hacia las fronteras de Rusia. Sus palabras señalaron el rumbo de la futura política de Rusia.

Moscú publicó a fines de 2021 el borrador de un acuerdo de seguridad, que propuso a EEUU y a la OTAN, cuyos puntos fundamentales, según Putin, fueron ignorados en la respuesta. “Da la impresión de que ni siquiera habíamos planteado estas cuestiones. Se ve en la contestación clichés políticos y propuestas sobre problemas secundarios”.

El Presidente Putin, luego de la reunión con su homólogo francés, Macron, explicó a los periodistas de lo peligroso que es el ingreso de Kiev en la OTAN: “Los documentos doctrinales de Ucrania detallan que Rusia es el ‘enemigo’ y que ‘es posible la devolución de Crimea por medios militares’. Imagínense que Ucrania es miembro de la Alianza Atlántica. En ese caso habrá un enfrentamiento militar entre Rusia y la OTAN. ¿Tenemos que entrar en guerra contra la OTAN?… ¿Quiere Occidente entrar en guerra contra Rusia? Pregunten a sus lectores, espectadores, internautas. ¿Quieren que Francia entre en guerra con Rusia? Pero así es como va a ser… No habrá ganadores. Se verán arrastrados a este conflicto contra su voluntad”.

Para el Presidente Macron, el objetivo geopolítico de Rusia no es Ucrania, sino aclarar las reglas de convivencia con la OTAN y la Unión Europea. La seguridad y la soberanía de Ucrania o de cualquier otro Estado europeo no pueden ser objeto de compromisos, a la vez que también es legítimo que Rusia plantee la cuestión de su propia seguridad. “Siempre he tenido un diálogo profundo con el Presidente Putin y nuestra responsabilidad es construir soluciones históricas. Debemos proteger a nuestros hermanos europeos proponiendo un nuevo equilibrio capaz de preservar su soberanía y su paz. Esto debe hacerse con respeto por Rusia y con una comprensión de los traumas contemporáneos de este gran pueblo y esta nación”.

No piensa así Jake Sullivan, asesor de Seguridad Nacional del Presidente Biden, quien afirmó que la guerra puede empezar la semana que viene. “Queremos ser muy claros: No sabemos exactamente lo que va a pasar, pero el riesgo es ahora lo suficientemente alto y la amenaza es ahora lo suficientemente inmediata”. Incluso, el Presidente Biden señaló como el día de la invasión rusa a Ucrania el 16 de febrero de 2022. “Los ciudadanos estadounidenses deberían irse ahora de Ucrania”.

Cabe señalar que los reportes sobre la inminencia de un ataque han sido desmentidos varias veces por el Consejo de Seguridad Nacional de Ucrania y por el Ministerio de Defensa de ese país, cuyo titular, Alexéi Réznikov, afirmó que las fuerzas rusas “no han formado grupos de ataque en ninguno de los lugares para atacar Ucrania”. El presidente ucraniano, Vladímir Zelenski, cuestionó los reportes de que Rusia vaya a iniciar una agresión contra su país. Cree que hoy en el espacio de información hay demasiados informes sobre una guerra profunda a gran escala por parte de la Federación de Rusia, incluso dan las fechas correspondientes. Indicó que entiende que los riesgos existen, pero estas afirmaciones necesitan una comprobación.

“Presidente Putin, por favor ataque a Ucrania”, parecería ser el mensaje subliminal oculto tras las afirmaciones de una inminente invasión rusa a Ucrania, intensificadas últimamente porque los medios de Occidente informaron sobre una intervención rusa en ese país y alcanzaron el nivel de frenesí cuando Bloomberg aseguró que Rusia podría lanzar una guerra contra Ucrania tan pronto como el próximo 15 de febrero. Pero Rusia no va a cometer tamaña idiotez y es posible que incluso sea sancionada por no hacerlo.

María Zajárova, vocera del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, acusó a EEUU de provocar una guerra entre Rusia y Ucrania. “La histeria de la Casa Blanca es más reveladora que nunca. Los anglosajones necesitan una guerra, a toda costa. Las provocaciones, la desinformación y las amenazas son un método favorito para resolver sus propios problemas… La arrolladora maquinaria político-militar de EEUU está lista para volver a pasar por encima de la vida de las personas. El mundo entero observa cómo se exponen el militarismo y las ambiciones imperiales”.

El Presidente Biden, luego de reunirse en la Casa Blanca con el Canciller alemán Olaf Scholz, declaró: “Si Rusia invade, es decir, si tanques y tropas cruzan de nuevo la frontera con Ucrania, ya no habrá Nord Stream 2… Pondremos fin a ello”. Y cuando le preguntaron cómo lo conseguiría, pues el proyecto depende de las autoridades de Alemania, respondió: “Prometo que podemos hacerlo”.

Olaf Scholz se quedó mudo como una piedra. Acababa de comprender que toda la grandeza alemana pesaba un comino ante la estulticia de un prepotente Biden; que Putin tuvo razón cuando criticó quince años atrás las aspiraciones hegemónicas de EEUU y que no en vano había 30.000 soldados estadounidenses estacionados en territorio alemán. Su país es una especie de protectorado de EEUU.

Luego, el Presidente Biden aseguró que Estados Unidos está preparado para cubrir una parte significativa de las necesidades de gas natural de los países europeos si se suspende el suministro de Rusia. Sus palabras explican una de las razones de este galimatías político, EEUU impulsa una guerra fratricida, que nadie quiere, con la finalidad de sabotear el gasoducto Nord Stream 2 y vender a Europa, a un precio alto, el gas natural licuado de los yacimientos norteamericanos de esquisto.

La segunda causa sería distraer, mediante propaganda sucia, a la opinión pública estadounidense de los graves problemas sociales que acosan a EEUU. No se percatan de que, si la crisis continúa agudizándose, la misma conservación de la integridad nacional de ese país estaría en riesgo; pues, su base económica, política y social se debilita en la medida en que los problemas que vive esa sociedad no se resuelven y una sola chispa los puede hacer estallar. Es evidente que la intolerancia entre demócratas y republicanos, sectores políticos que antes resolvían sus discrepancias amigablemente, se está volviendo antagónica. Para los unos, quienes asaltaron el Capitolio son criminales horrorosos y terroristas internos, que deben ser castigados sin compasión; para los otros, por ejemplo para Tramp, son patriotas que marcharon por la libertad y a los que se debe indultar.

La tercera causa, tal vez la más importante, es intentar detener, mediante sanciones que llaman infernales, el imparable desarrollo científico tecnológico de Rusia que, en muchos campos, les lleva algunos años de ventaja.

EEUU advierte a China que las sanciones que van a imponer tendrán, de hecho, un impacto en China porque irán al sistema financiero de Rusia, que, por supuesto, involucra también a la economía china… “Creemos que Pekín acabará asumiendo algunos de los costes de una invasión rusa a Ucrania y que debería calcular eso cuando considere sus compromisos con el gobierno ruso”.

Según el Kremlin, la tan esperada invasión rusa a Ucrania no va a ocurrir nunca, pues carece de sentido. “Apoderarse de una tierra devastada por su estrato gobernante, corrupto y antinacional, sería uno de los peores escenarios”. Los militares rusos están desplegados en la región para prevenir el asalto contra las repúblicas de Donbass. “Si esto ocurre, el Ejército de Kiev sería destruido y lo que queda del Estado ya fallido probablemente colapsaría”. Tal vez, eso es lo que busca EEUU, para decir que hubo la invasión y aplicar a Rusia las sanciones infernales con que la amenazó.

De acuerdo con Yuri Ushakov, asesor del Presidente Putin, el mandatario ruso dijo a su homólogo Biden que Moscú no entiende por qué EEUU proporciona a los medios de comunicación información deliberadamente falsa sobre los supuestos planes rusos para invadir a Ucrania. Según Ushakov, los estadounidenses incrementan de manera coordinada la histeria, que ya alcanzó su apogeo, respecto a la supuesta invasión rusa, mencionan fechas ficticias y con sus aliados hinchan los músculos militares ucranianos. Así se crean las premisas para las posibles acciones provocativas de las Fuerzas Armadas de Ucrania.

Señaló que el diálogo entre Biden y Putin debía tener lugar la próxima semana, pero, por la posibilidad del escenario catastrófico de una invasión rusa a Ucrania, la parte estadounidense pidió que se adelante el encuentro telefónico. ¿Será cierto que para acertar se debe pensar mal? Pues ahora, el Presidente Biden puede decir que con su conversación se evitó la invasión y la guerra.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.