La «interrupción inmediata de la deforestación amazónica», reclama un manifiesto encabezado por estrellas de la televisión de Brasil que participan de la serie «Amazonia, de Galvez a Chico Mendes» de la Red Globo. «Que se cumpla lo que dice la Constitución nacional, cuyo artículo 225 determina que el uso de los bosques amazónicos solo se […]
La «interrupción inmediata de la deforestación amazónica», reclama un manifiesto encabezado por estrellas de la televisión de Brasil que participan de la serie «Amazonia, de Galvez a Chico Mendes» de la Red Globo.
«Que se cumpla lo que dice la Constitución nacional, cuyo artículo 225 determina que el uso de los bosques amazónicos solo se hará ‘asegurando la preservación del medio ambiente'», destacó Cristiane Torloni, a cargo del papel de una bailarina española en la primera fase de la serie.
Brasil ya tiene suficientes tierras deforestadas para la producción agrícola y ganadera destinada al consumo interno y a las exportaciones, sin necesidad de destruir más bosques», sostuvo Torloni este martes en rueda de prensa con corresponsales extranjeros, junto a Victor Fasano, también actor de «Amazonia…».
Ambos intérpretes y Juca de Oliveira tuvieron la idea de lanzar el manifiesto luego de comprobar los «centenares de kilómetros de áreas deforestadas sin aprovechamiento» en el noroccidental estado de Acre, donde se filmaron muchas escenas de la serie desde agosto pasado.
El manifiesto lanzado a fines de enero ya obtuvo más de 200.000 firmas. Su meta es alcanzar un millón, para luego dirigirlo al presidente Luiz Inácio Lula da Silva, anunció Torloni.
«Amazonia, de Galvez a Chico Mendes» relata hechos de la historia de Acre, un territorio de 153.150 kilómetros cuadrados que pertenecía a Bolivia y fue incorporado a Brasil en 1903, después de ser ocupado por los «seringueiros» (recolectores de caucho natural) brasileños que se rebelaron para convertirlo en parte de este país.
Si bien es denominada «miniserie» en Brasil, se trata de una larga serie de 55 capítulos escrita por Gloria Perez, autora de muchas telenovelas de la Red Globo y nacida en Acre. Su exhibición, iniciada el 2 de enero, terminaría a inicios de abril.
La primera fase de la obra se concentra en las luchas por la conquista de Acre, a partir de 1899, época en que la Amazonia brasileña vivía una gran prosperidad por la exportación de caucho natural mediante la explotación de la «seringueira» (Hevea brasiliensis), un gran árbol amazónico del que se extrae el látex, materia prima del caucho.
La especie se volvió mucho más productiva en Malasia, cuyos cultivos pusieron fin al período de riqueza amazónica.
La segunda fase, tras un salto de un siglo, cuenta la lucha ambiental y social de Chico Mendes, líder de los seringueiros y de otros «pueblos del bosque», asesinado en diciembre de 1988.
Además de convertirse en mártir, Mendes creó las reservas extractivas, que permiten aprovechar la riqueza amazónica sin deforestar y en convivencia con los bosques.
La «Carta abierta de artistas brasileños sobre la devastación de la Amazonia», que puede ser firmada en un sitio web, es producto del encuentro de actores que ya tenían educación ambiental con la realidad que vivieron en Acre durante las filmaciones, señalaron Torloni y Fasano.
El texto del manifiesto fue escrito por Juca de Oliveira, quien ya había intentado iniciar un movimiento similar en 2005, cuando actuó en Mad Maria, otra serie de la TV Globo, que relataba la trágica aventura del tendido de un ferrocarril en la misma área amazónica un siglo atrás, para cumplir el acuerdo entre Bolivia y Brasil que convirtió a Acre en territorio de este país.
«No hay motivos para conmemoraciones» porque Brasil haya reducido a la mitad la deforestación amazónica en los dos últimos años, pues en 2006 se talaron 17.000 kilómetros cuadrados, casi la mitad del territorio holandés, y la Amazonia brasileña ya perdió 16 por ciento de sus bosques, el equivalente a dos veces la superficie de Alemania, subraya el manifiesto.
«Seguimos siendo un pueblo irresponsable», acusan los actores. Los árboles de centenares o miles de años son «monumentos de nuestra cultura e historia», que no pueden ser tratados como «obstáculo al progreso», sostienen.
Fasano dijo que heredó las preocupaciones ambientales de su abuela y padres. El impacto de vivir directamente las agresiones a los bosques amazónicos condujo al «sentimiento de obligación» de desatar, junto con sus colegas, un movimiento para «llamar la atención de la sociedad civil» sobre la necesidad de no permitir que el desarrollo destruya la Amazonia.
Debido a sus inclinaciones, el actor ya fue secretario de Promoción y Defensa de los Animales del municipio de Río de Janeiro entre 2005 y 2006. «Queremos la Amazonia intacta», que pueda soportar pequeños proyectos de desarrollo sustentable, pero no grandes negocios que sólo producen desastres ambientales y económicos, según la experiencia pasada, sostuvo.
Es necesario superar la idea de «colonización, de saqueo» de los recursos naturales amazónicos, que ha tenido vigencia histórica en esa región, acotó Torloni, diagnosticando «una enfermedad» en la sociedad brasileña, cuyos síntomas aparecen en la deforestación, en la violencia urbana y en la omisión de las personas ante los problemas.
La idea de los actores, que coordinan el movimiento para «molestar a las personas» y convocarlas a una movilización a través del manifiesto, es unir a todos los activistas y organizaciones, incluso extranjeras, en defensa de «los bosques en pie».
El beneficio sería para toda la humanidad, ya que la Amazonia «no es el pulmón del mundo, pero presta servicios ambientales importantísimos a Brasil y al planeta» regulando su temperatura, señala el manifiesto, ahora fortalecido por el último informe del Grupo Intergubernamental sobre Cambio Climático, en el que las Naciones Unidas han reunido a 2.500 científicos de todo el mundo.