CABO CAÑAVERAL, Florida, EE.UU. (AP) – Las luces nocturnas en el mundo están tornándose preocupantemente más brillantes, una mala noticia para todo tipo de creaturas, incluidos los seres humanos. Un equipo encabezado por investigadores alemanes reportó el miércoles que la contaminación luminosa amenaza a la oscuridad en casi todas partes. Imágenes satelitales captadas durante cinco […]
CABO CAÑAVERAL, Florida, EE.UU. (AP) – Las luces nocturnas en el mundo están tornándose preocupantemente más brillantes, una mala noticia para todo tipo de creaturas, incluidos los seres humanos.
Un equipo encabezado por investigadores alemanes reportó el miércoles que la contaminación luminosa amenaza a la oscuridad en casi todas partes. Imágenes satelitales captadas durante cinco meses de octubre distintos muestran que las áreas al aire libre iluminadas artificialmente en la Tierra aumentaron en 2% cada año de 2012 a 2016. Y también la luminosidad nocturna.
La contaminación por luz es incluso peor que eso, según los investigadores. Sus mediciones coinciden con el cambio al uso de diodos emisores de luz, conocidos por su acrónimo inglés LED, que ahorran energía y dinero. Como el sensor de imágenes en el satélite meteorológico de la órbita polar no puede detectar el color azul generado por las luces LED, algo de luz no se registra.
Las observaciones, por ejemplo, indican niveles estables de luz nocturna en Estados Unidos, Holanda, España e Italia. Pero casi con toda certeza la contaminación lumínica está aumentando en esos países debido a esta luz azul escurridiza, dijo Christopher Kyba del Centro de Investigación de Ciencias de la Tierra GFZ en Alemania, y el principal autor del estudio publicado en la revista Science Advances.
En ascenso también está la difusión de la luz a las zonas rurales y el incremento de su uso en general. Los hallazgos destrozan la idea que se tenía desde hace tiempo de que el uso de iluminación más eficiente en el consumo de energía haría que su utilización decreciera a escala global, o cuando menos nacional.
«Honestamente, había pensado y asumía y esperaba que con los LEDs estábamos dándole la vuelta a la página. Hay también mucho más conciencia de la contaminación lumínica», les dijo a los reporteros por vía telefónica desde Postdam. «Es bastante decepcionante».
El impacto biológico del incremento en la iluminación artificial también es significativo, según los investigadores.
El sueño de la gente puede ser estropeado, lo que a su vez puede afectar su salud. La migración y la reproducción de las aves, los peces, los anfibios, los insectos y los murciélagos pueden ser interrumpidas. Las plantas pueden tener períodos de crecimiento anormalmente prolongados. Y olvídese de ver las estrellas o la Vía Láctea, si la tendencia continúa.
Prácticamente los únicos lugares con una reducción drástica en la luz nocturna fueron áreas de conflicto como Siria y Yemen, hallaron los investigadores. Australia también reportó una disminución perceptible, pero eso se debe a que en las primeras etapas del estudio había intensos incendios forestales en ese país. Los investigadores no pudieron filtrar la intensa luz generada por el fuego.
Asia, África y América del Sur, en su mayor parte, vieron un incremento en la iluminación nocturna artificial.
Más y más lugares están instalando iluminación al aire libre dado su bajo costo y el crecimiento en general de la riqueza de las comunidades, hicieron notar los científicos. Además, las ciudades siguen creciendo. Las afueras de las principales ciudades están iluminándose con bastante rapidez, señaló Kyba.
Él y sus colegas recomiendan evitar las lámparas deslumbrantes siempre que sea posible _elegir las que son color ámbar en lugar de las LEDs blancas_ y utilizar formas más eficientes de iluminar sitios como los estacionamientos o las calles de las ciudades.
«Mucha gente está usando luz en la noche sin pensar realmente en los costos», señaló Franz Holker, del Instituto Leibniz de Ecología de Agua Dulce y Pesca Fluvial en Berlín, un coautor del estudio. No solo el costo económico, «sino también el costo que uno tiene que pagar desde una perspectiva ecológica, ambiental».