Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
«Recé por algo rojo y brillante para ponérmelo en la ciudad,» dice la leyenda de una viñeta garabateada al estilo del New Yorker, «y recibí este impermeable.»
Así se deben sentir los activistas de la alimentación al terminar un año mixto.
Pidieron un fin de las condiciones de crianza intensiva que causan la enfermedad de la vaca loca y los investigadores les dieron – una vaca libre de priones. (¿Las malas noticias? Es libre de riesgos volver a convertir a las vacas en caníbales. ¿Las buenas noticias? Los rancheros pueden ahorrar dinero «reciclando» a sus muertos.)
Pidieron que se acabe el que las gallinas ponedoras de huevos estén apiñadas en jaulas sobre pozos hediondos a amoníaco y el instituto de ovejas Dolly les dio – «gallinas de diseño» con sustancias sintéticas en sus huevos como ser interferon b-1a y miR24.
(«Cientos de aves» serán criadas con un solo gallo una vez que se coloque el gene correcto dice la importante científica Dra. Helen Sang que hasta ahora ha «modificado» más de 500 aves).
Pidieron cerdos que, como lo describe el consejo editorial del Seattle Post Intelligencer: no «pasen todas sus vidas ignorando la tierra, o la paja o el sol, apiñados bajo un techo de metal, de pie sobre tablillas de metal suspendidas sobre un pozo séptico» con sus colas cortadas «sin anestesia,» y los investigadores les dieron un cerdo clonado, transgenético con Omega-3 para una escasez inventada de Omega-3.
(La gente puede «seguir comiendo su comida basura» dijo entusiasmado un científico pro-transgenético especializado en cerdos. «No tendrás que cambiar tu dieta, pero recibirás lo que necesitas.»)
Pidieron el fin de los mataderos en los que los animales son despedazados mientras aún están vivos y llevados desde «pilas de muertos» al piso de matanza, y la industria les dio – mataderos móviles. Mataderos que hacen «visitas a domicilio,» eliminando los costes de embarque y la transferencia de enfermedades. (Buenas noticias para Ted Turner: tienen licencia para búfalos.)
Las «soluciones» tecnológicas no sólo perpetúan los problemas – un tratamiento previo al sacrificio que neutraliza la salmonella en la «sopa fecal» en la que son inmersos los pollos; ‘Bueno para la salud de los pájaros’ dicen — dineros públicos están financiando a las empresas de comercializadores de alimentos, patentadores y especuladores, dicen los activistas.
(El desarrollo de cerdos Omega-3 fue financiado con medios de los Institutos Nacionales de Salud y del Instituto Nacional del Cáncer de USA.)
A pesar de todo, aumenta la conciencia.
La versión cinematográfica del popular libro «Fast Food Nation» de Eric Schlosser y brotes mortíferos de e Coli en 2006 produjeron una nueva conciencia de, bueno, todo lo que puede contener la carne.
Las comunidades se unen contra la contaminación de Operaciones Concentradas de Alimentos Animales (CAFOs por sus siglas en inglés) conocidas también como granjas industriales.
Y hasta el senador por Illinois y candidato presidencial Barack Obama ha dicho: «el maltrato de aves de corral por la industria procesadora de alimentos… no debe ser tolerado.»
Los científicos también se pronuncian, como el Dr. Autumn Fiester, Director de Estudios Graduados en el Centro de Bioética de la Universidad de Pensilvania quien dice que el cerdo Omega-3 «es un obvio intento de inventar una necesidad que justifique la ciencia.»
«Estamos alterando el genoma de un animal para permitir que los consumidores continúen con sus hábitos de comida autodestructivos.» escribe Fiester en la edición de diciembre de 2006 de Nature Biotechnology. «¿Qué nos dice sobre nosotros el que algo semejante sea razón suficiente para manipular la vida sensible?»
Una excelente pregunta cuando los batidos de leche y las hamburguesas clonados están a la vuelta de la esquina.