En los últimos años el gobierno de los EE.UU. ha dedicado mucho tiempo y recursos a crear un régimen de libre comercio que representa serias consecuencias para nuestras vidas. Y por supuesto no ha dedicado casi nada para crear un régimen de prácticas y políticas para preservar el medio ambiente. Es penoso que mi país […]
En los últimos años el gobierno de los EE.UU. ha dedicado mucho tiempo y recursos a crear un régimen de libre comercio que representa serias consecuencias para nuestras vidas. Y por supuesto no ha dedicado casi nada para crear un régimen de prácticas y políticas para preservar el medio ambiente. Es penoso que mi país no haya firmado ni la Convención de Biodiversidad ni el Protocolo de Kyoto, porque aun siendo imperfectos estos acuerdos, son los más avanzados en el tema de la necesidad de proteger el medio ambiente a través de la cooperación internacional.
Como personas preocupadas sobre el medio ambiente y la biodiversidad, tenemos que ser ágiles para combatir los tratados de libre comercio. Este trabajo requiere que trabajemos en alianzas (las cuales a veces no son las más rápidas).
Este cambio de táctica es en parte una gran victoria para nosotros, pero por otro lado, un gran desafío. En vez de tener un acuerdo para oponer, ahora tenemos varios.
Voy a dividir esta presentación en tres partes:
¿Cómo el ALCA y los modelos de libre comercio del neoliberalismo afectarían nuestras vidas en el campo del medio ambiente y la biodiversidad?
¿Qué hemos hecho en los últimos años para oponernos al ALCA? (con una visión desde el norte)
¿Qué estamos haciendo para crear alternativas?
¿Cómo afectarían nuestras vidas el ALCA y los modelos de libre comercio del neoliberalismo?
Esta es el área donde tendemos a concentrar nuestras energías cuando estamos compartiendo información. Queremos compartir información de los casos más extremos y chocantes porque sabemos que esa táctica nos ayuda en encontrar aliados y motivar al pueblo a actuar contra el libre comercio. Sin embargo, sería un error hablar solo de estos casos (y sabemos que hay muchos), y no recordar que nos oponemos al ALCA porque es un paradigma que no queremos. Es necesario que hagamos una raya en la arena y digamos: «Nosotros imaginamos otro mundo de intercambio en lo que respecta al medio ambiente y la biodiversidad de nuestra planeta y hemos visto que un modelo de capitalismo sin controles destruye lo que queremos crear.»
Sabemos que la propuesta del ALCA (y posibles tratados de libre comercio bilaterales), le facilita a los países ricos el saqueo de recursos naturales como los minerales, el petróleo, el gas y la madera. Sabemos también, por ejemplo, que nuestras poblaciones son mucho más vulnerables a la introducción de productos transgénicos. Sabemos que el ALCA crea la posibilidad de que los responsables de contaminar el planeta que todos compartimos puedan subvertir las regulaciones actuales que protegen nuestro medio ambiente y crear nuevas regulaciones. El rol de los estados se hace aun más débil en proteger nuestro mundo. Ya hemos visto cómo las corporaciones han usado el Capitulo 11 del TLC vigente entre los EE.UU., México y Canadá. Los juicios llevados a cabo contra las regulaciones del gobierno o las acciones que protegen nuestro medio ambiente han probado que muchas compañías no tienen ningún sentido de misericordia a la hora de buscar la ganancia. Luchan para proteger sus «derechos de inversión» mientras nuestros derechos humanos se sacrifican en nombre del capital. Actualmente se han llevado a las cortes casos vinculados con el medio ambiente (y su protección) que incluyen reclamos de más de un mil millón de dólares. En este circo de lo absurdo, hemos visto cómo el poder de un estado puede desafiar a las cortes. En los EE.UU., el estado de California decidió eliminar el uso de MTBE en la gasolina, reconocido por la organización mundial de la salud como posible carcinogénico que ha contaminado el agua subterránea de muchas comunidades de California. Se puso en vigencia la ley el 1 de enero en 2004 solo para confrontar un juicio de $970 millón que exigía compensación por pérdidas en ganancias y oportunidades económicas para la corporación canadiense (Methanex) que produce un componente de MTBE.
¿Qué hemos hecho en los últimos años para oponernos al ALCA? (con una visión desde el norte)
En los últimos diez años, activistas en el sur y el norte hemos ido mejorando nuestros esfuerzos para comunicar vía Internet y formar alianzas que crucen las fronteras. Este evento es un ejemplo de ese proceso. Las campañas en el norte que apoyan al sur han sido sumamente importantes en ganar importantes batallas. Los esfuerzos por educar al pueblo siguen presentes en organizaciones y alianzas como Sierra Club y Amigos de la Tierra y Green Peace. En los últimos 10 años, hemos sacado valiosas lecciones de cómo compartir la información sobre las regulaciones de libre comercio con un público diverso. Necesitamos seguir luchando para crear un lenguaje claro y directo que ilustre los efectos que hemos visto con NAFTA y que vendrían con el ALCA y sus variantes.
Como alguien que ha trabajado intentando negociar entre las realidades de norte y sur, ruego a mis compañeros del sur que tengan paciencia con nosotros. Somos propensos a ser exigentes y no entender la diferencia de culturas y ritmos de vida. Tendemos a olvidar las dinámicas de poder y con frecuencia exigimos que nuestros aliados del sur adopten los modelos de organización que para nosotros son convenientes. Mientras vamos construyendo un mundo mejor (globalizando la solidaridad), es importante que entendamos que es un proceso para aprender, trabajar y convivir juntos. Tengan paciencia con nosotros y provóquennos para ser mejores.
No podemos olvidar los esfuerzos de movilización como los que vimos en Miami. La gente en la calle sigue siendo una estrategia importante. A la vez, ha sido extremamente importante trabajar en una multi-estrategia. Mientras unas organizaciones están movilizando las marchas, las protestas, el teatro en la calle, otras organizaciones trabajan «adentro.» Ponen su energía a negociar con los negociadores, los legisladores y los empresarios. Tradicionalmente, hay grandes brechas entre las organizaciones que movilizan y las que trabajan dentro. Tenemos que continuar los intentos de colaborar, a pesar de las diferencias filosóficas y políticas que existan. En los EE.UU., hemos visto colaboraciones importantes entre varios estados y municipios que trabajan en la elaboración de referendos contra el ALCA y otros acuerdos de libre comercio.
En adición, varios grupos han trabajado en educar los dueños de acciones de las corporaciones sobre varios temas vinculados con los tratados de libre comercio. Han trabajado en apoyar compañías más verdes o iniciado acciones en las reuniones de accionistas. Iglesias, universidades y otras organizaciones que son dueños de significantes partes de compañías han trabajado en presentar casos en estos espacios.
Y claro, las iniciativas de trabajar dentro del sistema siguen, con valientes compañeros que trabajan día a día para convencer uno por uno todos los representantes y senadores de que el público norteamericano no quiere tratados de libre comercio. Y aunque no representamos miles de dólares, representamos miles de votos.
¿Qué estamos haciendo para crear alternativas?
Uno de los campos más importantes es el del combate contra el consumismo de los EE.UU. El consumismo es una enfermedad que sufre la mayoría de los norteamericanos y que ha contagiado a gran parte del mundo. Hace poco, el ecólogo canadiense David Suzuki, quien es bien conocido dentro de ese pueblo, visitó Cuba y compartió su experiencia de ayudar al pueblo canadiense a cambiar sus patrones de compras. Para entender la mentalidad norteamericana, Susuki tiene un excelente artículo que se llama «La Cultura del Consumismo.» En las universidades, iglesias y comunidades también se forman grupos para investigar los patrones de compra y los estilos de vida. Esto también es un resultado de los ataques del 11 de septiembre que provocaron que gran parte de la población reconsiderara sus valores.
* Jennifer Ungemach, activista norteamericana, Ponencia en el taller Medio Ambiente y Diversidad del IV Encuentro Hemisférico de Lucha contra el ALCA.
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