1.- El gobierno de coalición ha venido aprobando desde finales del 2021 un programa reformista por medio del Ministerio de Vivienda, Movilidad y Agencia Urbana con el que pretende impulsar y recuperar el negocio privado de la construcción y simultáneamente poner vendas en una de las heridas más sangrantes de la crisis capitalista: las dificultades de acceso a las viviendas públicas, sobre todo en Extremadura.
A partir del Real Decreto de 835/2021, de 5 de octubre, con los fondos europeos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia activados por el Consejo de Europa contra las secuelas de la pandemia se articulan una serie de ayudas al alquiler de viviendas para familias vulnerables, para quienes hayan sufrido violencia de género y hayan sido desahuciadas, y para la construcción de viviendas para alquiler social.
Con el Real Decreto 20/2022, de 18 de enero se regula el Bono de Alquiler Joven y el Plan Estatal de la Vivienda para el período 2022-2025 se continua la línea iniciada anteriormente, si bien se contemplan otras medidas que deberá desarrollar la Comunidad Autónoma. En todos los casos las Comunidades Autónomas serán las encargadas de organizar y ejecutar los diferentes planes y programas de ayudas al alquiler, adquisiciones para incrementar el parque público de viviendas, la rehabilitación, ayudas para personas jóvenes y otras diferentes acciones.
2.- Los gobiernos reformistas y el capitalismo.
El gobierno reformista de PSOE-UP siguiendo la tradición histórica de la socialdemocracia intenta pulir algunas de las fallas del capitalismo sin tener en cuenta que el problema es el propio sistema capitalista. Las políticas de los gobiernos reformistas apelan a la igualdad de oportunidades como panacea que elimine las desigualdades sociales, asunto imposible mientras exista la propiedad privada de los medios de producción y la explotación del hombre por el hombre. Consideran que la opción colectiva del socialismo no es posible ni conveniente puesto que la evolución natural de la economía con la intervención del Estado es suficiente para llegar a una sociedad mejor y más rica.
Para los socialdemócratas, mejor socio liberales, el Estado es algo neutral que siempre actúa en beneficio del conjunto de la sociedad, ni entienden el Estado como el administrador general de los intereses de la burguesía; no ven la existencia de clases sociales con intereses contradictorios y estructuralmente enfrentadas, no hay la lucha de clases por la plusvalía y el salario.
Sin embargo, dan al traste con las ideas anteriores las crisis, el enriquecimiento de una clase minoritaria a costa del empobrecimiento de otra clase social cada vez más numerosa que sólo tiene su fuerza de trabajo para acudir al mercado. En este ambiente, no es posible que el acceso a la educación, sanidad, empleo, vivienda, pueda ser alcanzado por igual de modo efectivo por todas las personas.
3.- La propaganda.
Con los Reales Decretos, el gobierno de coalición pretende evidenciar subjetiva y objetivamente una preocupación social por la igualdad de oportunidades, en este caso de acceso a la vivienda. No obstante, a pesar de la propaganda contenida en los propios Reales Decretos, la imagen de la realidad social cambia bien poco, por una razón fundamental, estos programas están dirigidos a grupos sociales con ciertos niveles de ingresos económicos, capaces de cumplir con las formalidades exigidas en sus reglamentos, que excluyen a quienes más los necesitan, a los sectores sociales más pobres y más acuciados por la crisis.
a) En cuanto a las ayudas de alquiler.
La prueba del algodón que la experiencia se encarga de corroborar aparece cuando estos programas de ayudas llegan a las oficinas de los servicios sociales municipales y regionales. En este momento emergen como barreras infranqueables las reglamentaciones y los requisitos necesarios para acceder a los beneficios habitacionales. (empadronamientos, contratos, acuerdos de separaciones, libros de familia, nivel de ingresos, certificado de penales, etc.)
b) Respecto al alquiler de viviendas.
Las viviendas que se construyan para alquiler social, a las que se refiere el primer decreto, van a tener muy poco de sociales. Los precios para el alquiler superan ampliamente las posibilidades económicas de quienes las necesitan. Los constructores recibirán el suelo gratis cedido por los ayuntamientos y subvenciones hasta 50.000 euros por vivienda, además de las posibles ayudas para la contratación de obreros y para financiar intereses para préstamos. Simultáneamente, por este mecanismo establecido oficialmente para la construcción, los políticos que gobiernan las administraciones públicas se quitarán de todo tipo de problemas.
c) La actitud del gobierno regional del PSOE respecto al incremento del patrimonio público de viviendas.
Hay que resaltar que el gobierno de la Comunidad Autónoma tiene el mínimo interés en incrementar su patrimonio público de viviendas. No nos engañemos el gobierno mal llamado socialista de la región, necesita los fondos del presupuesto para apoyar los proyectos del sector privado, y por tanto, va a destinar muy poco dinero para rehabilitar o adquirir pisos vacíos para el alquiler social, ya sean de la Sareb, de los bancos o de otras entidades. Al igual que el gobierno de coalición del Estado el de la Comunidad tampoco tiene interés en llevar a cabo un necesario y urgente programa de construcción de viviendas sociales
d) El aparato administrativo y los pobres.
Los políticos pasan de las familias pobres pero su cultura de soberbia e indiferencia se transmite e impregna a un sector importante del aparato administrativo que ante el menor soplo de pobreza que vislumbra manifiesta un desprecio y falta absoluta de sensibilidad social. No entienden ni entenderán los múltiples problemas de quienes sufren la pobreza, la precariedad, los contratiempos de familias desestructuradas, los inconvenientes de quienes viven hacinadas/os en una vivienda, incomodidades en habitaciones de alquiler, maltrechos en infraviviendas o en viviendas abandonas a medio construir, etc. Por concretar aún más, un número importante de quienes integran el aparato del poder político y funcionarial, no comprenden o se niegan a entender que una familia pobre que cobra el Ingreso Mínimo Vital o la Renta Básica, por una cantidad muy elevada que sea, tiene muy complicado, si no imposible que un particular le alquiler una vivienda.
Pero no nos asustemos, el capitalismo no sería capitalismo si no tuviera estas cosas, si no estuviera cubierto por el enorme poder de mentir, ocultar y encubrir a los opresores que, con sus medios de propaganda, sus medios culturales y educativos, condenan a las clases oprimidas a un estado de ignorancia política, de abulia, apatía y desconocimiento de la explotación. Ya lo decía MALCOM X el opresor tiene capacidad para cambiar la visión de la realidad y hacerte creer que el oprimido es el opresor, y el opresor un sufriente oprimido.
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