No es una cuestión baladí. Se trata no sólo de dar cobertura al proceso político de consolidación del dominio norteamericano en Afganistán mediante el simulacro electoral que «legitimará» a su gobierno títere, sino también de participar en las operaciones de combate que se están intensificando en la zona sureste. Washington pretende ahora unificar bajo su […]
No es una cuestión baladí. Se trata no sólo de dar cobertura al proceso político de consolidación del dominio norteamericano en Afganistán mediante el simulacro electoral que «legitimará» a su gobierno títere, sino también de participar en las operaciones de combate que se están intensificando en la zona sureste. Washington pretende ahora unificar bajo su mando los dos componentes militares presentes en el país para «reclutar» de un plumazo a las unidades del ISAF, y disminuir la enorme presión que las exigencias en Iraq y Afganistán están ejerciendo sobre su propia capacidad de movilización y financiación de efectivos. Mientras países como Alemania, Francia o Turquía se van a oponer a esta maniobra que aumenta la complicidad militar, otros como España no se han pronunciado. Después de lo dicho por el ministro de Defensa, José Bono, sobre la participación en la «lucha antiterrorista» al lado de Washington, no parece probable un rechace a la máxima implicación en la guerra de Afganistán del «pacifista Zapatero». Intentarán mantener silencio.
Prensa Latina.- Varios países se oponen a ligar la misión de la Fuerza Internacional de Apoyo a la Seguridad (ISAF) a las operaciones militares de Estados Unidos en Afganistán, afirma hoy la revista alemana Der Spiegel.
De acuerdo con la publicación, Alemania, Francia y Turquía expresarán su desacuerdo con esos planes en la próxima reunión informal de ministros de la OTAN, prevista para la semana entrante en esta capital.
Estados quiere unificar la misión de la ISAF con las tropas bajo su mando para aliviar a su propio ejército, pero Berlín, París y Ankara rechazan someter a sus soldados al peligro que ello supone, añade Der Spiegel.
ISAF, un contingente dirigido por la OTAN, fue creado inicialmente con el supuesto objetivo de garantizar la seguridad de Kabul, la capital afgana, pero ahora ha extendido sus operaciones al norte y el oeste y prevé ampliar su radio de acción al sur.
La Fuerza Internacional de Apoyo a la Seguridad está conformada por 8.500 militares de alrededor de 40 países, a los que se incorporarán en breve otros 3.000 soldados.
Además de estas fuerzas, en Afganistán hay un contingente de 20.000 efectivos, encabezado por Estados Unidos, que participan en operaciones en el sur y el este contra supuestos seguidores del talibán o de la red Al Qaeda.
Sólo este año la guerra en el sureste dejó más de 1.100 muertos, en su mayoría talibanes y civiles, pero también hay un elevado número de soldados afganos y de la coalición que invadió el país, hace casi cuatro años.