Red de Mujeres Transformando la Economía (REMTE)
Organizado por la REMTE, Marcha Mundial de las Mujeres, mujeres de la CLOC/Vía Campesina, ALAI, en la tarde del pasado viernes, 10 de octubre, se realizó el seminario Alternativas Feministas para una Integración con Igualdad, en el tercer Foro Social Américas.
La primera expositora, Saray Ticay de la Asociación de Trabajadores del Campo (ATC) de Nicaragua, miembra de la CLOC, presentó la soberanía alimentaria como estratégica para la construcción de alternativas. Resaltó el rol de las mujeres en el mantenimiento de las tradiciones de las comunidades, en la conservación e intercambio de semillas y además en el trabajo en la producción de alimentos.
Para lograr la soberanía alimentaria, las mujeres luchan activamente por reforma la agraria integral y por el derecho de las mujeres al acceso a la tierra. Actualmente, solo 1% de la titularidad de la tierra está en nombre de las mujeres. Otro elemento importante de la lucha de las campesinas es la lucha contra la violencia sexista, que es una herramienta de la dominación patriarcal.
Así, se afirmó que la soberanía alimentaria es uno de los ejes estratégicos para las alternativas de integración en el continente y que abre un amplio abanico de temáticas en las que las mujeres están cada vez más involucrándose, como la cuestión energética y la infraestructura.
Magdalena León, de la REMTE Ecuador, afirmó que la coyuntura del continente es compleja, de crisis y agotamiento del modelo neoliberal, que busca formas de renovación, pero, por otro lado, esa coyuntura es también de oportunidades de cambio que ya están en curso. En la resistencia al neoliberalismo y su principal instrumento (los tratados de libre comercio), las mujeres del continente lograron un reencuentro con la agenda económica, y construyeron una lectura de la economía desde el feminismo. Ello contribuyó para visibilizar a las mujeres como actoras económicas, y para construir un posicionamiento y acciones de crítica global al modelo.
En los procesos de cambio en curso en el continente, las mujeres ya avanzaron en propuestas. Entre las propuestas para enfrentar los desafíos de la coyuntura, está la necesidad de disputar la economía en el sentido de sus definiciones, los recursos y las tomas de decisiones. También es fundamental la recuperación del trabajo como categoría central en la organización de la economía, desplazando el debate y las decisiones del ámbito del mercado y las empresas. Ello posibilita el reconocimiento del trabajo de las mujeres en la reproducción y las dimensiones del trabajo con la naturaleza. Magdalena afirmó la importancia de que desde el feminismo las mujeres actúen en las cuestiones estratégicas como las soberanías alimentaria, energética y financiera. Además, es un momento de reencontrar las utopías feministas de reorganización social de todo el trabajo de reproducción.
El debate entre las participantes tuvo entre sus principales elementos la cuestión del cambio del modelo de producción y consumo, en la perspectiva de desplazar el debate de los derechos del consumidor para plantear los límites al consumo. Hay que reducir las distancias entre la producción y consumo, y lograr ampliar la preocupación sobre qué y cómo producir, aspectos fundamentales para la soberanía alimentaria. Ello pasa por alterar el modelo hegemónico de agricultura basado en la revolución verde, y ampliar las experiencias de producción agroecológica, con diversidad de cultivos, límite de la propiedad, producción sin agrotóxicos, etc.
Conectado a ese tema estuvo el tema del comercio, de la necesidad de recuperar otras formas de intercambio entre personas, comunidades, países que tienen otra lógica, distinta de la del neoliberalismo. Ello pasa, por ejemplo, por el comercio entre los países de la región sin pasar por el dólar, como ya empezaron a hacer Brasil y Argentina. Otro ejemplo importante es la ALBA que practica el intercambio basado en la cooperación y la complementariedad de los países.