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El Supremo anula parte de los “hechos probados” de la sentencia dictada por la Audiencia de Donostia, donde se relatan las torturas perpetradas por la Guardia Civil a Portu y Sarasola

Amparo jurisdiccional a los torturadores en España

Fuentes: Gara

En las sentencias judiciales hay un apartado que se denomina «hechos probados». Es ahí donde se expone qué es exactamente lo que ha ocurrido tras valorarse todas las pruebas. La Audiencia Provincial de Gipuzkoa dividió lo ocurrido el 6 de enero de 2008 en cinco puntos o apartados. En ellos se narra lo sucedido desde […]

En las sentencias judiciales hay un apartado que se denomina «hechos probados». Es ahí donde se expone qué es exactamente lo que ha ocurrido tras valorarse todas las pruebas. La Audiencia Provincial de Gipuzkoa dividió lo ocurrido el 6 de enero de 2008 en cinco puntos o apartados. En ellos se narra lo sucedido desde el momento de la detención hasta que Mattin Sarasola es reconocido por un forense en Madrid e Igor Portu es ingresado en la UCI del hospital de Donostia. De estos cinco apartados, el Tribunal Supremo ha decidido eliminar de la sentencia el Apartado Segundo, que es el que se transcribe a continuación. El relato comienza después de que introduzcan a los dos lesakarras en el Patrol de la Guardia Civil y se interrumpe cuando la comitiva policial decide dirigirse a Intxaurrondo.

Apartado segundo de la sentencia dictada en Donostia y «borrado» por el Supremo:

SEGUNDO: Inmediatamente después, la comitiva policial, por decisión o contando con el conocimiento y el beneplácito del sargento Casas, se puso en marcha hacia una pista forestal cercana, sita en el barrio Untzilla del término municipal de Aramaio, en concreto, entre los barrios Untzilla y Suiña de Aramaio.

Durante este trayecto, los guardias civiles reseñados y aquellos que ocupaban la posición de copiloto de cada vehículo, cuya identidad no ha podido ser determinada en este procedimiento, comenzaron a dirigirse hacia Portu y Sarasola respectivamente, con las expresiones: «hijo de puta, te vamos a matar». Les comenzaron a golpear. Los golpes provenían de los tres guardias civiles que les acompañaban, sobre todo del que ocupaba la posición de copiloto, y estaban dirigidos a la zona de la cara y la cabeza de cada activista, dirigidos con la mano y con el puño.

En concreto, a Sarasola le inclinaron la cabeza sobre las piernas, y, con la única intención de humillarle, le comenzaron a dirigir expresiones del tipo «lo vas a pasar mal, asesino, te vamos a matar». «Vamos a detener a tu hermano». Los golpes provenían de los tres agentes. Los dos guardias civiles que le custodiaban, Garcia Andrade y Martinez Tomé, le propinaban cachetes, empujones.

Tras este traslado, lo llevaron a una especie de camino o pista forestal de tierra, de los utilizados para cortar pino, situado a diez minutos, más o menos, en coche, del lugar en el que se había producido la detención. Tras llegar al lugar de destino, el vehículo se detuvo. A Sarasola, que permanecía esposado con las manos hacía atrás, los guardias civiles García Andrade y Martínez Tome le bajaron del vehículo, le colocaron una pistola en la sien, le dijeron que «le iban a hacer como a Mikel Zabalza», le empujaron, le tiraron cuesta abajo, y, cuando estaba en el suelo, le endilgaron una serie de patadas en los costados y en las piernas, así como un elenco de puñetazos por todo el cuerpo, llegando a colocarle una bota del pie en la cabeza.

De nuevo en dirección al Patrol, Sarasola se cayó en el trayecto de subida.

Una vez arriba, le introdujeron en el Patrol y se quedó durante un rato esperando. En este intervalo de tiempo, le abrieron continuamente las puertas del vehículo, y estando esposado, con las manos hacia atrás, con el único propósito de castigarle por su pertenencia a E.T.A., le propinaron algún puñetazo en la cara y repetidas patadas en el costado derecho que impactaron en el hemitorax y antebrazo derecho del activista.

Portu fue conducido en un Patrol que seguía al vehículo de Sarasola. El sargento Casas y el guardia Escamilla que viajaban con él en la parte trasera del vehículo, con ánimo de humillarle, le profirieron expresiones del tipo «hijo de puta, te vamos a matar».

Enseguida comenzaron las alusiones a ETA al decirle «gudaris de mierda, los jefes están muy bien en Francia, y vosotros, pringados, aquí».

Al estacionar el Patrol en el lugar, Portu, y los guardias civiles que con él se hallaban en el vehículo, entre ellos el sargento Casas, observaron cómo los agentes sacaban, del modo anteriormente indicado, a Mattin del Patrol que les precedía en la marcha y tomaban, todos ellos, dirección monte abajo, escuchando, instantes después, un fuerte ruido que, por sus características, pudieron asociar a un disparo. A los pocos minutos, Sarasola y los agentes de la Guardia Civil retornaron al campo de visión de los ocupantes del Patrol en el que estaba Portu, siendo introducido el detenido en el otro Patrol.

Durante este ínterin, el Sargento Casas, teniendo la dirección funcional del operativo policial, no actuó, pudiendo hacerlo, para impedir las agresiones que veía que los agentes a su mando estaban realizando sobre Sarasola y que, en atención a la anómala conducción del citado detenido monte abajo hacia una zona solitaria, conocía iban a continuar realizando sus subordinados sobre el mismo.

Tras un breve intervalo de tiempo, entre tres o cuatro agentes, incluyendo al sargento Casas y al guardia civil Escamilla, sacaron a Portu del vehículo a empujones, y lo condujeron monte abajo. Al llegar cerca del río Aramaio, le propinaron, con la única intención de castigarle por su presumida pertenencia a E.T.A., patadas en las extremidades inferiores, puñetazos en el vientre, y un puñetazo, de gran intensidad, a la altura de la parte inferior de la octava costilla, alcanzando la novena y la décima. En la explanada del rio, le introdujeron la cabeza en el agua. Repitieron dos o tres veces la sumersión, mientras le preguntaban si era de E.TA., y le referían si tenía bien la apnea.

Levantándole de los tobillos, le hicieron tragar agua. Le sacaron y le subieron monte arriba, mientras le iban diciendo «que éstos eran los primeros veinte minutos y que tenían cinco días para hacer con él lo que quisieran».

En el trayecto de subida, la secuencia agresiva en forma de patadas por todo el cuerpo, piernas, costado y puños en la cara y en el tronco se repitió.

Una vez arriba, le metieron en el mismo Patrol en el que había llegado, y teniendo la cabeza encapuchada, y entre las piernas, le condujeron al cuartel de Intxaurrondo.

Durante el traslado de vuelta, realizado por autopista, recibió algún cachete.

Fuente: http://www.gara.net/paperezkoa/20111117/303971/es/Apartado-segundo-sentencia-dictada-Donostia-borrado-Supremo/