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Ellos también son víctimas

Animales afectados por agrotóxicos

Fuentes: Ecoportal

Ya hace 3 años investigadores y veterinarios advertían de malformaciones, parálisis, convulsiones, tumores y otras enfermedades registradas por animales domésticos en el sudoeste chaqueño argentino, una zona predominantemente agropecuaria. El diagnóstico terminaba siendo siempre el mismo: intoxicación y envenenamiento. La asociación directa que hacían estos profesionales era con el uso abusivo de agrotóxicos, principalmente el […]

Ya hace 3 años investigadores y veterinarios advertían de malformaciones, parálisis, convulsiones, tumores y otras enfermedades registradas por animales domésticos en el sudoeste chaqueño argentino, una zona predominantemente agropecuaria.

El diagnóstico terminaba siendo siempre el mismo: intoxicación y envenenamiento. La asociación directa que hacían estos profesionales era con el uso abusivo de agrotóxicos, principalmente el endosulfán y elglifosato.

Sin embargo hay registros de malformaciones desde varios años antes, cuando comenzó el auge del paquete biotecnológico «transgénicos + agrotóxicos».

También se evidenciaron muchos casos de nacimientos de animales deformados y -lo más trágico- también sobre bebes que nacieron con malformaciones congénitas.

Rasgos comunes

Lo que advertían los especialistas, es que el efecto de los agroquímicos se nota también en malformaciones que aparecen en los animales recién nacidos.

Uno de los casos más notorios fue el de una perra que en dos oportunidades parió cachorros con labio leporino, que es una malformación frecuente provocada por herbicidas químicos.

Labio leporino es un defecto congénito que consiste en una hendidura o separación en el labio superior que se origina por la fusión incompleta de los procesos maxilar y nasomedial del embrión y es uno de los defectos de nacimiento más frecuentes (aproximadamente, constituye el 15% de las malformaciones congénitas).

En el último parto, la perra tuvo diez cachorros, de los cuales seis nacieron con labio leporino, patrón que se repetía en el barrio donde vivía la dueña del animal, con niños que nacían frecuentemente con ese problema.

Otra malformación se daba principalmente en perros, llamada piometra (enfermedad originada por una infección en el útero y acumulación de secreciones y pus en su interior). Esta se produce por varios factores pero en general tiene una base hormonal.

El «chanchofante» de Pergamino

Pergamino es una localidad bonaerense ubicada en el corazón de la actividad agropecuaria, actualmente tan dependiente de agrotóxicos.

Una vecina de la zona rural de esta ciudad -según declaraciones recogidas por el portal Primera Plana- denunció muertes y malformaciones de animales justo en el sector donde un avión rojo descarga sobre su campo y el de sus vecinos un tipo de producto nocivo.

De acuerdo a lo que precisó esta vecina pergaminense llamada Marcela en declaraciones al portal Primera Plana, las fumigaciones se realizan cada 3 o 4 meses y para ello suele emplearse un aplicador terrestre (mosquito) o bien un avión de color rojo que también opera en todos los pueblos vecinos.

Marcela, que se dedica a la producción porcina, aseguró que la muerte y las malformaciones de sus 8 lechones le permiten asociarlas con el producto empleado en la última fumigación: el ácido 2,4-D, que fue utilizado por el avión que había pasado 7 días antes del tiempo estipulado para el nacimiento.

Al enterarse más vecinos de este caso, también se están animando a contar sus experiencias. Uno de ellos se enteró y presentó el ejemplar del «chanchofante», tal como lo ilustra la foto.

Este pequeño porcino nació con malformaciones que le confieren una trompa y un par de orejas similares a las de un elefante, por eso lo bautizaron con ese nombre. Si bien la cerda dio a luz de forma normal, la cría no logró sobrevivir.

¿Qué es el 2,4 D?

Ampliamente usado para controlar las malezas de hoja ancha y algunas plantas herbáceas y leñosas, el 2,4-D (ácido 2,4 diclorofenoxiacético) actúa como un regulador de la hormona del crecimiento de la planta.

Este herbicida se mezcla con otros para aplicarse mediante la fumigación, difusión o rociado. El mismo puede persistir en el suelo desde un día hasta varias semanas después de la aplicación.

El herbicida 2,4-D fue desarrollado durante la Segunda Guerra Mundial y se registró oficialmente en 1948 en Estados Unidos, de acuerdo con la Agencia de Protección Ambiental de este país.

Durante la guerra de Vietnam, fue uno de los componentes del Agente Naranja. A partir del 2009, más de 1.000 productos contienen 2,4-D y están disponibles para uso público, según el Centro Nacional de Información sobre Pesticidas.

Se emplea principalmente en cultivos de trigo, cebada, centeno, avena, maíz, sorgo, papa, caña de azúcar y arroz, entre otros. No se usa sobre la mata de soja pero sí en el llamado «barbecho químico», para eliminar con venenos las malezas antes de la siembra.

«Luego del glifosato, es el herbicida más utilizado de Argentina», señala el diario Página 12.

El 2,4-D dejó de fabricarse en Estados Unidos y en Europa, debido a sus características de alto riesgo y actualmente sus principales productores son China, Brasil y Argentina, además de México e Indonesia entre otros.

Restricciones

Días después de la controversia del «chanchofante», exactamente el 21 de diciembre, el Ministro de Agroindustria de la Provincia de Buenos Aires, Leonardo Sarquís, firmó la resolución a través de la cual se restringe en todo el territorio provincial el uso del herbicida ácido 2,4-D, en sus formulaciones ésteres butílicos e isobutílicos, durante el período comprendido entre el 1°de octubre al 31 de marzo de cada campaña productiva.

Durante ese período -que corresponde a la época del año dispuesta para su volatilización- la restricción se extiende a toda la Provincia incluyendo cualquier modalidad de aplicación: aérea, terrestre o manual.

La medida adoptada entrará en vigor a partir del 1 de octubre del 2017, luego de un período de comunicación de la medida a los productores que utilizan estos productos.

En este sentido, la provincia de Buenos Aires aún se quedaba atrás respecto a otras que ya implementaron resoluciones similares para la restricción o prohibición total del uso de esta sustancia. Entre ellas, Chaco, Santiago del Estero, Entre Ríos y Córdoba.

¿Cuántos animales tienen que morir intoxicados o nacer deformados para que se ponga un «parate» definitivamente a esta situación? O como bien lo graficó el Dr. Verzeñassi en una entrevista con el periódico La Gran Época: «Si van a hablar en términos económicos, ¿cuánto dinero tenemos que ganar para justificar que un familiar o uno de nosotros nazca con un labio leporino, tenga un linfoma, leucemia o padezca una enfermedad como el hipotiroidismo?», se preguntó.

La vida y la salud no tienen precio.

Fuente: http://www.ecoportal.net/Eco-Noticias/Ellos-tambien-son-victimas-animales-afectados-por-agrotoxicos