Antonio Elorza, catedrático de Ciencias Políticas en la Universidad Complutense de Madrid, publicó un artículo el pasado lunes 16 de junio en el global-imperial, en las páginas de opinión. Su título: «La ola». No se la pierdan, búsquenlo en la red si no lo han leído: ¡es uno de los textos más abyectos que he […]
Antonio Elorza, catedrático de Ciencias Políticas en la Universidad Complutense de Madrid, publicó un artículo el pasado lunes 16 de junio en el global-imperial, en las páginas de opinión. Su título: «La ola». No se la pierdan, búsquenlo en la red si no lo han leído: ¡es uno de los textos más abyectos que he leído en estos últimos años! Su tesis de fondo: los de Podemos son unos impresentables y, detrás o al lado de ellos, ha irrumpido un movimiento populista-fascista por ellos abonado. Vean si me equivoco. La argumentación se presenta del modo siguiente:
Dennis Gansel llevó a la pantalla con La ola. Un profesor ególatra y autoritario, así lo describe don Antonio, «plantea un experimento con sus alumnos para mostrar en el ámbito de una clase como surge ‘la autocracia’. Desbordado él mismo por la dinámica de agresividad-violencia asumida por los estudiantes, «percibe tarde la inminencia del final trágico, al convertirse el movimiento en la plataforma para una dictadura». Los ingredientes que dan forma a una mentalidad totalitaria son cuidadosamente individualizados. Son estos: 1. Una ideología simple y maniquea que permite la designación del otro como enemigo (como la de Podemos). 2. La formación de un grupo altamente cohesionado, en torno a unos signos identitarios (Ibidem). 3. La existencia de un líder carismático, que fija los objetivos de la acción y detenta los mecanismos de control y vigilancia (exactamente igual). 4. La pretensión de ser reconocidos como únicos representantes legítimos de su colectivo (por descontado) y 5. El recurso a la violencia -física, verbal- para eliminar a opositores y disidentes (¿no se han dado cuenta?).
Cinco características en total, Las que según don Antonio se le pueden adjudicar sin discusión a Podemos. Así, pues, uno y lo mismo.
El fondo de música rapera, prosigue don Antonio de forma más que enigmática, nos lleva desde La ola a ocuparnos de Contrapoder. En la Facultad de Políticas de la Complutense de Madrid existe una larga tradición de izquierdas, vigente desde la lucha democrática antifranquista. ¿Descripción y valoración positiva? No se sabe, suponemos que sí. Pero… ¡vienen los huracanes de acero y fascismo!
Será en 2008, cuando los grupos de estudiantes izquierdistas -no de izquierdas sino izquierdistas, que quede claro- cobren mayor cohesión y, así lo afirma él, «como en La ola, por presencia activa de docentes». No está hablando de él mismo como docente por supuesto; habla de los otros, de los líderes carismáticos que «fijan los objetivos de la acción».
Tras el preámbulo su demostración político-filosófica, more geométrico, del par La ola-Podemos.
La influencia doctrinal de Juan Carlos Monedero -asesor de Chávez, impulsor del llamado «socialismo del siglo XXI», es decir, según don Antonio, lo peor de lo peor- es «muy probable a la luz de desarrollos posteriores y de su propia teorización del ‘contrapoder». Primer punto demostrado. Monedero es el líder manipulador.
Diciembre 2008: primer boicot, a una conferencia de Josep Piqué, con unos estudiantes disfrazados de presos de Guantánamo. «Empezaban el espectáculo y el uso de signos identitarios para forjar la cohesión grupal». La condición 2 de la descripción. Antes, en febrero, fracasó un intento de boicot a gritos de una conferencia de Rosa Díez.
No sólo eso. No faltó a la cita Pablo Iglesias, desde las páginas de rebelión (¡imagínense, desde las páginas de rebelión!), «con una delirante defensa de los reventadores (frustrados) de la conferencia». ¿Delirante defensa de los reventadores? ¿Dónde, cómo, por qué? Para que todo esté claro prosigue don Antonio: «Sería el de estos (con sus golpes y patadas), y de quienes un año atrás exigieron la liberación de De Juana Chaos, nada menos que el gesto de Antígona». Es decir, ¡unos terroristas, que son unos terroristas! Y no sólo: «De paso, el radicalismo descubre que su violencia no tiene coste alguno, por la permisividad de instancias supra-facultativas». ¡Cómplices, tontos útiles, gentes sin coraje, según don Antonio!
¿A qué recuerda la situación? A esto: «Como en la Italia de 1920, el ascenso del totalitarismo fue resistible.». Como han leído: ¡las protestas que acaba de explicar recuerdan el nacimiento, desarrollo y triunfo del fascismo italiano! ¿Iglesias = Mussolini, Monedero tal vez?
Prosigue por el mismo sendero don Antonio. Una segunda visita en 2010 de la pertinaz Rosa -¡Rosa, como si fuera (¿lo será?) una amiga y colega de toda la vida!- indica la madurez alcanzada por Contrapoder. Los lectores, apunta, pueden comprobarlo en YouTube (Rosa Díez visita la Facultad de Políticas).
Todo lo anterior es prueba de que los cinco puntos de La ola se cumplen en el caso de Contrapoder-Podemos. Demostrado está según don Antonio. Y a otra cosa pero…
No queda ahí la cosa. «Gracias, además, a la relación de Monedero con Chávez, la institución se convierte en plataforma para la izquierda chavista del Cono Sur». ¿Izquierda chavista del cono Sur, la pura encarnación del mal entre nosotros? La aclaración de don Antonio: «llega al extremo de apoyar a Contrapoder ante las recientes elecciones de estudiantes con un anuncio de conferencia el mismo día del vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, presentado por Monedero» ¡Hasta ese extremo! ¡Imagínense! La apostilla: «lección de democracia latinoamericana a Europa. Balance: demócratas españoles, fuera; bienvenida en cambio la izquierda abertzale y autorizada Corea del Norte.» ¡Corea del Norte, izquierda abertzale! ¿Qué les parece la ecuanimidad de don Antonio, de todo un catedrático de ciencias políticas?
Su conclusión: Podemos fue, es, como una matroshka construida desde dentro, con un grupo dirigente, el trío Monedero-Iglesias-Errejón, en torno a cuya guía se articuló la asociación. La cual, añade, se presenta a su vez como encarnación de todo el colectivo de «los estudiantes». Otro de los atributos de «La ola». La demostración es perfecta.
¿Ahora bien, una plataforma universitaria «resultaba útil, para Chávez o su sucesor, para Correa y Evo Morales, pero no basta para un proyecto político alternativo. De Contrapoder pasamos a Podemos«. Para don Antonio, la elaboración doctrinal de Monedero e Iglesias, no habla de sus elaboraciones doctrinales, «por debajo de la verborrea, es bien escasa y se limita a vestir de mil maneras el «pobres contra ricos», la lucha entre la igualdad y el capitalismo, con sus asistentes políticos («la casta», copia de Grillo), el proyecto despliega su modernidad al percibir el papel fundamental de la comunicación.» Esa visión maniquea a la que hacía referencia en su descripción de «La ola».
Además, este maniqueísmo ideológico «sirve para responder al malestar generalizado cuando arrecia la crisis y tras el fogonazo de indignados.» No sólo eso: para atraer votos, hay que hace trampas, son unos tramposos los de Podemos: «hará falta diluir la propia mentalidad chavista, según hace el interminable programa electoral de Podemos, dando prioridad a necesidades bien reales (desahucios, pensiones, corrupción)». Ahí cabe todo, sin estimación de costes; por eso, sentencia don Antonio, es justa la calificación de populismo. Por supuesto. Resulta preciso multiplicar anzuelos, más trampas, más mentiras, hay que «convertir el descontento social en una tendencia electoral».
Para que no haya ninguna duda, afirma don Antonio, el proyecto de Podemos no es como el de Alexis Tsipras, «revolucionario, de cambio radical en la Europa realmente existente». ¿Revolucionario de cambio radical? No, nada de eso, es antisistémico. ¡Antisistema, palabra maldita donde las haya! Debe ser por eso Podemos está en el mismo grupo parlamentario europeo que Tsipras.
Al otro lado de la ruptura total con este maravilloso régimen representativo, afirma irónicamente don Antonio, «esclavo de «los mercados», de esa siniestra transición de 1977 que borró la memoria histórica y sancionó el dominio de los poderosos, estará «el pueblo», reunido en sus asambleas para formar un nuevo poder constituyente (otra vez Chávez), léase minorías activas controladas desde Internet por el Líder (como Grillo).» En síntesis: unos impresentables, unos manipuladores, unos desinformados, unos demagogos. ¿Quién es esclavo de los mercados, como se puede afirmar que la «democracia» española o la griega sean esclavas de los mercados?.
¿Democracia la por ellos postulada? De eso nada monada. «Para Iglesias carece de sentido si es la que conocemos, como «procedimiento» y entonces es democracia usar violencia contra ella para derribarla; no obstante como procedimiento se recupera si sirve para descalificar a sus adversarios -siempre «antidemócratas»- o si puntualmente erosiona el sistema (referéndum)». ¿Democracia usar violencia contra ella? ¿Podemos ha afirmadoeso? Y no sólo eso: según don Antonio, para Podemos, «todo vale para acabar con «la casta», con una «Constitución caduca»». ¿Todo vale, para Podemos todo vale? ¿La Constitución no es caduca entonces para don Antonio?
La gota exquisita para finalizar: «Claro que como ocurriera con Chávez, no fue él quien montó el caos que le hizo posible.» Podemos es un desastre y un peligro pero las circunstancias lo explican. Don Antonio es historiador y sociólogos y sabe de todo eso.
¿A qué es magnífico el equilibrio de la aproximación de don Antonio? ¡Qué lucidez! ¡Qué cultura político-cinematográfica! ¿Alguien puede oponerse a su sabia demostración del carácter populista-fascista de Podemos y de sus portavoces más conocidos?
Temblad, malditos, temblad, el justiciero don Antonio ha llegado para salvarnos y darnos luz cegadora. ¡Podemos al paredón! No saben con quien se van a ver las caras.
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