Un nuevo desafío se trazó el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) en septiembre de 2007: revertir el proceso de contaminación ambiental de nuestros ríos y lagos. Para ello, utilizará las radiaciones provenientes del Sol para destruir las sustancias tóxicas presentes en el vital líquido. Millones de reacciones químicas ocurren a diario gracias a la […]
Un nuevo desafío se trazó el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) en septiembre de 2007: revertir el proceso de contaminación ambiental de nuestros ríos y lagos. Para ello, utilizará las radiaciones provenientes del Sol para destruir las sustancias tóxicas presentes en el vital líquido.
Millones de reacciones químicas ocurren a diario gracias a la energía solar; entre ellas, la descomposición de los alimentos, la combustión de los metales y las precipitaciones o lloviznas. Adicionalmente, si se le hace reaccionar con dióxido de titanio y carbón activado, la energía solar permite desarrollar uno de los sistemas más eficientes para el tratamiento y purificación de las aguas contaminadas donde se haya detectado o se sospeche de la presencia de partículas cancerígenas, metales peligrosos y microorganismos.
Este novedoso método se denomina fotocatálisis heterogénea, que consiste en la aplicación de luz solar (foto) como fuente de energía para degradar contaminantes hídricos a través del incremento en la velocidad de la reacción química (catálisis) entre los compuestos involucrados. «La energía solar destruye las moléculas orgánicas de carácter tóxico, las oxida, y se generan radicales libres que son capaces de provocar cáncer en nuestro cuerpo. Cuando tú oxidas, llevas la materia orgánica a su expresión química mineral: principalmente agua ultra pura y dióxido de carbono», explicó el Dr. Juan Matos Lale, jefe del Laboratorio de Fotocatálisis del Centro de Química del IVIC y líder del proyecto de investigación desarrollado conjuntamente con la República de Cuba para sanear, en principio, los lagos de Valencia y Maracaibo.
La propuesta binacional comenzó en septiembre de 2007 «y esperamos mostrar para mediados de 2008 los primeros prototipos de tratamientos de agua usando tecnología solar y materia prima venezolana», informó el especialista. El personal venezolano se abocará a la eliminación de los químicos tóxicos, mientras que los expertos cubanos se dedicarán al manejo de las moléculas microbiológicas como bacterias y virus.
De esta manera, el IVIC dará solución a problemas particulares de contaminación del agua en Venezuela, como la existencia de sustancias de origen industrial en el Lago de Valencia, y la presencia de fenoles (compuestos orgánicos altamente tóxicos para la salud del ser humano) y Lemna (o lenteja verde) en el Lago de Maracaibo debido a la actividad petrolera. De igual forma, la iniciativa criolla podrá solventar a largo plazo los efectos contaminantes de los metales pesados (como el mercurio y el cromo) que se hallan en los ríos del sur del país, producto de la actividad minera.
«Tenemos bastante agua potable pero lamentablemente mucha de ella está contaminada, ni hablar de todas las aguas que están alrededor de las grandes industrias como la petrolera, que prácticamente tienen un tratamiento muy bajo y un alto grado de contaminación», debido a la elevada concentración de cloruros y moléculas aromáticas. Estas aguas están tan contaminadas que sólo pueden ser tratadas con una combinación de técnicas, «la tecnología solar por sí sola no se da abasto porque es muy específica, es decir, trabaja con cantidades bajas de contaminantes», aclaró.
Como cualquier trabajo científico, se empezará a escala de laboratorio, donde se obtendrá un barrido de resultados, se optimizarán los sistemas y se aplicarán los conocimientos de ingeniería para finalmente realizar un escalamiento de lo que se quiere llevar a cabo en la práctica. El primer prototipo de reactor solar se instalará en el Laboratorio de Fotocatálisis del IVIC, que básicamente consistirá en una pequeña planta con una plancha de acero inoxidable pulido -«que es un excelente material refractor de luz- y un cilindro por donde pase el agua contaminada. Al fondo tendremos una bomba mecánica para mantener el sistema en continuo movimiento y cada cierto tiempo tomaremos muestras y veremos el comportamiento de este miniprototipo», añadió.
Una vez que se haya comprobado la efectividad del modelo, se tomarán muestras de agua de los lagos de Maracaibo y Valencia y se identificarán los agentes contaminantes allí presentes. Posteriormente, se instalarán plantas de tratamiento combinadas para la descontaminación -por separado- de los distintos tipos de contaminantes: orgánicos, inorgánicos y/o sedimentos.
Toda la población se beneficiará con la aplicación de esta novedosa tecnología, en particular aquellas comunidades aisladas que carezcan de métodos apropiados para el tratamiento de agua. «A largo plazo, la idea es sentar las bases para el desarrollo de nuestros propios prototipos solares. No vamos a inventar nada, vamos a implantar una tecnología conocida internacionalmente empleando nuestras materias primas; no tenemos que comprar acero inoxidable ni tuberías, tenemos suficiente desarrollo de vidrio e incluso de algunos tipos específicos de plástico que dejan pasar luz», precisó.
Para el transcurso de este año 2008 están previstos dos talleres de sensibilización, uno en Cuba y otro en Venezuela, acerca del uso de la energía solar para su empleo en la resolución de problemas medioambientales que impactan, indudablemente, en la salud de las personas. El objetivo: formar recursos humanos en el empleo de tecnologías alternativas y limpias para el desarrollo de proyectos asociados a la purificación de aguas contaminadas.
La fotocatálisis heterogénea forma parte de las tecnologías avanzadas de oxidación (TAO), las cuales utilizan los procesos fisicoquímicos para producir cambios sustanciales en la estructura química de los agentes contaminantes. A diferencia de los métodos tradicionales (como la incineración y biodegradación), las TAO suelen mejorar las propiedades del agua tratada, consumen menos energía y eliminan los efectos que sobre la salud del ser humano tienen los desinfectantes y en general las sustancias residuales. El fenol, por ejemplo, es fácilmente absorbido a través de la piel, el aire o el humo. Una vez en el organismo, es capaz de provocar estados de coma, convulsiones e incluso la muerte. Según el Dr. Juan Matos del IVIC, los fenoles pueden llegar a romper la estructura del Ácido desoxirribonucleico (ADN) y como consecuencia, generar cáncer.
2008 – Compromiso por la vida, la dignidad y el futuro