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[Crónicas sabatinas] Más acá y por debajo del secesionismo excluyente y de sistemas afines y de la identidad étnico-nacionalista sobrecargada

Apuntes sobre documentales (y una aproximación de interés al régimen político pujolista)

Fuentes: Rebelión

Para los compañeros asesinados en Atocha. In memoriam, 40 años después. Si el éxito del independentismo catalán consiste en vender que debemos administrarnos nosotros mismos para hacerlo «mejor» (más escuelas, más hospitales, más calidad en los servicios sociales), nadie entenderá una política restrictiva de gasto en época de crisis. Bueno, de hecho, nadie entiende por […]

Para los compañeros asesinados en Atocha. In memoriam, 40 años después.

Si el éxito del independentismo catalán consiste en vender que debemos administrarnos nosotros mismos para hacerlo «mejor» (más escuelas, más hospitales, más calidad en los servicios sociales), nadie entenderá una política restrictiva de gasto en época de crisis. Bueno, de hecho, nadie entiende por qué unos presupuestos autonómicos son condición sine qua non para llegar a la independencia. Nadie comprende que, una vez dispuestos al desafío al Gobierno central con el referéndum, se precisen unos presupuestos autonómicos que no revierten los recortes y cuyo gasto social está un 11% por debajo de los presupuestado en 2010 […] Hay convergentes conservadores que ven una quimera la desconexión y el referéndum unilateral. Entretanto, Hércules deberá afrontar nuevos trabajos. Quizás el más difícil de todos ellos se halle en esas 55 sesiones del juicio del caso Palau. En los 60.784 folios de la causa, en los que, además de Fèlix Millet y Jordi Montull, aparece imputado Daniel Osácar, ex tesorero del CDC. La propia Convergència es señalada por lucrarse con dinero público y privado con el cobro de presuntas comisiones por obras como la Línea 9 del metro o la Ciutat de la Justícia de Barcelona, donde se celebrará la vista. La opaca crisálida convergente, según el juez, contiene en su interior 5,1 millones de euros en comisiones de Ferrovial. Mucha metamorfosis y mucho trabajo para Hércules.

Francesc Valls (2017)

 

Una sola cita que se justifica por sí misma

IF YOU FEEL BARCELONA F.C., YOU FEEL CATALUNYA. ¡Qué cosas que se escriben y se airean hasta que hay protestas! If you feel Real Madrid F.C you feel Madrid and Spain. ¿Se imaginan que se diría aquí, en .Cat?

Afortunadamente se escriben otras cosas. Esta, por ejemplo, es del historiador José Luis Martín Ramos. De una comunicación personal, a propósito del uso, del extendido e inadmisible uso de Cataluña y el «Estado español», sobre la discordancia, son palabras suyas, «lingüística y conceptual, de hablar de Cataluña y del Estado español».

El nacionalismo de estado en las sociedades multinacionales niega la condición de nación a quien no está constituido políticamente como estado, negando la realidad compleja de las identidades nacionales; de ello nos quejamos en Cataluña. Para mí con razón. Ahora bien, los nacionalismos sin estado niegan al estado al que pertenecen la condición que para sí consideran como su propia razón de ser y de futuro: la de nación. Hemos tenido en Europa un ejemplo trágico: el nacionalismo croata negó la razón de ser de una nación yugoslava, que estaba en proceso de construcción desde la resistencia al fascismo y la ocupación alemana; ya hemos visto cuáles han sido las consecuencias. Para el nacionalismo catalán hay nación catalana pero en esa discordancia Cataluña/Estado español no se considera que haya nación española; existe para él Cataluña -como estado: un territorio, una cultura, un pueblo, en la primera mitad del siglo XX se decía también una raza- pero no España, que sólo es un artefacto estatal y como tal un artefacto de opresión (en la versión más reduccionista del estado que pueda hacerse y que no se aplica para el futuro estado catalán, que en la imagen que se nos ofrece no oprimirá a nadie, por definición). Que en el nacionalismo se utilice ese doble lenguaje, esa forma diferente (y antagónica), una para sí y otra para el otro no es extraño y es lo habitual. Que los que no son nacionalistas -tan catalanes, españoles, como los demás- también lo utilice es una clara manifestación de subordinación al nacionalismo, a la ideología nacionalista, a su relato a su discurso (y no es excusa que pueda tratarse al propio tiempo de una muestra de pereza intelectual). El reconocimiento de la multinacionalidad -algo que yo sostengo sin ninguna duda- no justifica la negación del carácter de España como nación, en particular como nación política como la defendieron los federales. También Yugoslavia era multinacional, pero la izquierda, los no nacionalistas que lucharon y vencieron al fascismo, la consideraron y la construyeron como nación frente a los ustachis o los chetniks

(Matiz y entre paréntesis: «…la realidad compleja de las identidades nacionales; de ello nos quejamos en Cataluña, para mí con razón». Aunque aquí, en .Cat, tampoco se tiene en cuenta que la propia identidad nacional también está lejos de ser uniforme. Por lo demás, y como es evidente, el nacionalismo de Estado no es España).

En síntesis y volviendo al texto del gran historiador de la UAB: haría bien la izquierda no secesionista (perdón por el pleonasmo) y la izquierda española en general en usar «Madrid» para hablar de Madrid; «España» para hablar de España, y «Estado español» para hablar del Estado español. Los nacionalistas de aquí siguen con lo suyo: Madrid = Estado español = Pseudopaís de fachas, zafios y burros. ¿Cómo vamos a reflexionar con pensamiento propio si hablamos como ellos? ¿El lenguaje no empuja al pensamiento en determinada dirección? (Un ejemplo reciente: «Hasta el pasado año, Coop57 ha gestionado un total de 285 préstamos por un valor de 8.442.047 euros. De hecho, ya cuentan con un total de 759 entidades socias de servicios -49 de ellas en Aragón- y 3.635 personas socias colaboradoras -440 en Aragón- entre todas las secciones territoriales en el Estado español». De nuevo el Estado. España es palabra prohibida, incluso entre cooperativistas de izquierda).

Tampoco, hablando de expresiones y palabras, tienen desperdicio estas que les copio a continuación . Son de una entrevista a Antonio Baños, el que fuera cabeza de lista de la CUP en las últimas elecciones autonómicas, las del 27S, el de»Súmate». Son estas:

«P. Tenemos proceso para rato? A.B: El proceso se termina este año; es «impepinable» A menos que se adelanten las elecciones, tal como pide En Común Podemos, y acabe gobernando Xavier Domènech. Entonces tenemos proceso para años, hasta que él se jubile, aproximadamente. Si depende de ellos, el «processisme» puede durar una generación y media más. No tienen ninguna prisa.

[…] P. ¿Esto quiere decir que, aunque sea por contraposición, te gusta como lo está haciendo Junts pel Sí? A.B.: Están dentro del ‘timing’ y hacen lo que pueden. El mandato de las urnas no puede ser más explícito [SLA: ¡recuerden que él mismo admitió que el independentismo había perdido las elecciones del 27S la noche electoral!] y no tengo ningún motivo para pensar que no ponen la mayor de las determinaciones.

P: Así, ¿no eres crítico con ellos? A.B.: ¡Es que están gobernando una Administración regional intervenida! No tienen posibilidades reales de hacer política. En Cataluña, las leyes están sometidas a una peregrinación judicial insólita. En este contexto es ridículo utilizar parámetros de juicio del tipo de buen o mal Gobierno. La situación que vivimos es tan excepcional que no resulta evaluable en la práctica. Y que conste que, diciendo esto, no les estoy exculpando de nada ni tampoco quiero hacer victimismo. Resumiendo: todo tiembla, pero a la vez todo sigue en pie».

La referencia: http://www.elcritic.cat/entrevistes/antonio-banos-el-proces-sacaba-aquest-any-es-impepinable-12850 Yo me he limitado a traducir.

También estas -que me ha señalado un compañero colomense- del manifiesto de la autodenominada nueva izquierda catalana 3.0. (http://unpaisencomu.cat/manifest) tienen desperdicio: «Perquè venim de lluny. Recollim el llegat de totes aquelles i tots aquells que van ser pioners en la conquesta dels drets dels treballadors i treballadores; de tots aquells i aquelles que van pensar i construir una república catalana fraterna amb la resta de pobles de l’Estat a l’alçada de les seves gents; dels qui no es van rendir en la negra nit franquista i van lluitar fins recuperar les llibertats; i, també, dels qui sabien que no hi ha democràcia si no es construeix sempre més enllà dels límits que li són imposats.» (Porque venimos de lejos recogemos el legado de todas aquellas y de todos aquellos que fueron pioneros en la conquista de los derechos de los trabajadores y trabajadoras; de todos aquellos y aquellas que pensaron y construyeron una república catalana fraterna con el resto de pueblos del Estado a la altura de sus gentes; de los que no se rindieron en la negra noche franquista y lucharon hasta recuperar las libertades; y, también, de los que sabían que no hay democracia si no se construye siempre más allá de los límites que le son impuestos). Dejando aparte el cansino, exagerado y llachista «venim de lluny» (algunos de muy cerca) y el «nosotros y nosotras», «aquellos y aquellas», ¿quiénes han pensado y luchado en términos de una República catalana aparte de sectores del secesionismo catalán? ¿Cuándo, dónde, quiénes? He estado militando seis o siete años en la UCR y nunca jamás hemos hablado y pensado de esa forma. Nunca. Es pura y seguramente calculada invención de la tradición emancipatoria en Cataluña.

Cambio de tercio. Según parece Cataluña es la comunidad española con más procesados por corrupción entre el 1 de julio de 2015 y el 30 de se ptiembre de 2016. ¿Un ataque de Madrid, de España, del Estado colonialista, de la injusticia española? Por supuesto. ¿Nos tenemos que preocupar? Nada, sin importancia. Con la República, catalana, molt catalana, de los abrazos y los besos todo queda arreglado.

Pero el tema no eran las palabras sino de los documentales. Veamos.

¿Es justo hacer documentales sobre la política de inmigración del gobierno español? Por supuesto, por supuesto.

¿Hay que ser críticos, máximamente críticos, con los nudos más antihumanistas y represivos de esa política? Sin ninguna duda. Los buenos documentales pueden ayudar a ello.

¿Cabe criticar las actuaciones criminales de las fuerzas represivas del Estado? ¿Quién puede dudar de ello? Tampoco los documentales son una mala opción para ello y para concienciarnos

¿Alguien puede considerar a Jorge Fernández Díaz un político de referencia? Tal vez el Opus Dei y sistemas político-ideológicos afines. Nadie más. Todo documental sobre él, documentado y bien construido, debe ser, será bienvenido.

¿Hay nudos oscuros y criminales en los hechos de 2014 en Tarajal? Los hay. Han sido criticados y denunciados y merecen ser criticados y denunciados.

¿Cinco y más veces? Cinco y más veces.

¿Cabe extraer de un documental de denuncia a esos hechos alguna inferencia sobre España y los españoles? No, nada de eso. Sobre todo cuando en el documental que se pasó en el Canal33 de la televisión catalana el pasado sábado 14 de enero, eran varias las voces de ciudadanos españoles que se pronunciaban de forma clara y rotunda contra lo sucedido. Sin miedo en el decir.

¿Se montó el documental para unir en una misma idea la política represiva del gobierno PP y, por así decir, los símbolos españoles y España? Desde mi punto de vista, sin ninguna duda y en varios momentos.

¿Cabe preguntarse las razones por las que la Open Society de George Soros, entre otras fundaciones, ayudó a la realización del documental? Cabe, desde luego que cabe, sin que eso implique ninguna descalificación del trabajo realizado.

¿Tiene méritos políticos, culturales, críticos, cinematográficos, el documental Ta rajal: Desmuntant la impunitat de la frontera sud, dirigido por Xavier Artigas y Xapo Ortega? Desde luego, claro que sí, sería absurdo negarlos. No hay ninguna duda.

¿Formular determinadas críticas es sinónimo de ser un facha y un españolista de mierda? Parece poco razonable. ¿Sólo debe quedar el silencio y el aplauso entusiasta?

Pero no es todo. Caben más preguntas.

¿Cabe inferir de lo sucedido y denunciado, como se ha hecho, antes y después de la emisión del documental, que hay, «que tenemos más motivos para la independencia»? Perdón, perdón… ¿Qué tiene que ver el concierto para violín n.º 21 de Mozart con la conjetura de Goldbach?

¿Cabe poner en la picota, sin más matices, al estado español y todas sus instituciones?

¿Cabe poner en las nubes y altares la futura República catalana de besos y abrazos donde esto, por supuestísimo, jamás sucedería?

¿Cómo interpretar los mensajes que llegaron desde babor y estribor antes de la emisión y por centenares poniendo énfasis en lo indicado y sin entrar en ningún análisis sobre lo que representa el conflicto de la inmigración en el Mediterráneo que parece que, en el fondo, a nadie importa?

¿Se hace política secesionista con las personas muertas?

¿Cabe poner todas las actuaciones de la Guardia Civil en el mismo paquete? ¿Todas sin excepción?

¿Cabe pensar en la Guardia Civil como un organismo autónomo que obra independientemente del gobierno?

Puestos a preguntar y girando el foco: ¿qué tal un documental sobre el millar de casos de corrupción, una tercera parte del total, que han ocurrido en .Cat en el último año y medio? ¿Para cuando un documental e investigación sobre la corrupción en Cataluña?

¿Y sobre las actuaciones de los Mossos d’Esquadra durante el 15M y los meses posteriores?

¿Y sobre Félix Puig? ¿No da juego, no hay materia?

¿Y sobre don Jordi Pujol y su saga? ¿No tiene interés para el «país petit»?

¿Y qué tal sobre el caso Fèlix Millet y Convergència?

¿Y los affaires del conseller Pomés, que tuvo que dimitir hasta el embargo de la sede de su partido?

¿Y sobre la contaminación de Barcelona y los miles de muertes prematuras?

¿No interesan tampoco la s chorizadas de «Luigi», de Bustos?

¿Qué tal un documental sobre Catalunya bajo el régimen pujolista? ¿No hay sustancia aquí?

¿Y sobre la inexistencia de una ley electoral propia?

¿Y sobre lo que significa que un Parlamento con mayoría sececionista no se corresponda proporcionalmente con la votación ciudadana del 27S? ¿UN proceso no democrático que tacha a los otros de no ser demócratas?

¿Y qué tal otro documental sobre el sexo, las cintas de vídeo y las mentiras que permanentemente se generan y extienden desde los medios de incomunicación e intoxicación, públicos y privados, de TV3 y medios afines?

Podemos seguir, no diré hasta el infinito pero sí mucho más. ¿Nos miraremos el ombligo alguna vez sin que ello implique, por supuesto, dejar de mirar otros ombligos y otras barbaridades? ¿Colegiremos del caso Pujol, del caso Millet, del caso Bustos de decenas de casos más que Cataluña, «la terra» como dicen algunos, es un país de chorizos y sinvergüenzas? No, por supuesto que no. Luego entonces, ¿por qué obramos, pensamos, insinuamos con otra lógica y alimentados el humus secesionista cuando reflexionamos sobre «hechos españoles»?

Queda la caracterización del régimen político pujolista. Ferran Toutain, en «El ogro del Presidente» (El País, Quadern, 12/ 1/2017, p. 6), lo hace así y lo hace muy bien en mi opinión. Son tres puntos. El primero, con conocimiento directo de causa

«Ya había decidido que no escribiría una sola línea sobre el caso inaudito de Alfons Quintà, cuando ciertos artículos aparecidos en la prensa con motivo del espantoso desenlace con que se coronó una vida llena de absurdas maldades me han inclinado a dar mi punto de vista sobre un hombre a las órdenes del que trabajé en los inicios de TV-3, y de quien recibí, con prolongada insistencia, toda clase de insultos y amenazas de muerte por haber defendido una aspirante a locutora que él acababa de despedir con falsas justificaciones. Pero lo que quiero poner de manifiesto en esta columna no es una experiencia personal, sino las circunstancias en que Alfons Quintà ejerció el poder que le confiaba y le protegía la presidencia de la Generalitat.

El segundo, un recuerdo sobre donde habita el olvido interesado: «Como el lector no debe ignorar, Quintà fue nombrado director de TV-3 poco después de haber publicado en este diario una serie de crónicas políticas en las que atacaba el gobierno de CiU y aludía a las presuntas irregularidades cometidas en la gestión de Banca Catalana, la entidad financiera fundada y presidida por la familia Pujol, y la bancarrota de la cual costó al Estado 345.000 millones de pesetas. El episodio tuvo sus puntos fuertes en la presentación de una querella contra el presidente de la Generalitat, la retirada posterior de esta querella y la adhesión de una multitud enorme de catalanes a un presidente en quien el fantasma de la nación catalana ya se había encarnado de forma solemne y duradera. La oposición no se interesó nunca por los motivos que condujeron Jordi Pujol a confiar su principal aparato de propaganda al hombre que, cuatro días antes, era su enemigo número uno». Oposición aquí, para ser justos, no debería englobar a toda la oposición. 

El tercer punto, sobre el mando y el mandatario: «Habiendo tomado posesión del despacho, Quintà, con la indiferencia o el concurso de otros cargos directivos, no tardaría en humillar y acosar sin tregua sus atemorizados subordinados. Por la manera que tenía de mirar y gesticular, por sus cambios constantes de humor y sus comentarios despectivos, procaces, intimidadores, ya comprendías enseguida que te encontrabas ante una mente perturbada. Y cuando no te tocaba más remedio que comer con él, ya sabías que toda esta personalidad del escenificaría con la boca llena de comida que, directamente con los dedos, iría tomando de tu plato. Que era un psicópata, no lo dudaba casi nadie, pero todo el mundo procuraba disimularlo. Lo advertí a un alto cargo de los medios de comunicación de la Generalitat -actualmente imputado en un caso de corrupción- y, en el más puro estilo convergente, me contestó que me haría el favor de hacer ver que no me había sentido. Nombrándolo director de TV-3, Pujol compró el silencio de Quintà y, por el mismo precio, adquirió un ogro a su servicio. Ahora, los que durante años hicieron del pujolismo su unidad de destino se preguntan cómo puede ser que todo esto no lo denunciara nadie».

Excelente pregunta. Podemos finalizar con ella… La próxima semana, seguiremos hablando del gobierno. Por supuesto.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.