El pasado 22 de junio fue presentada la Primera Comunicación sobre Cambio Climático en Venezuela, publicación que recaba un estudio de más de dos años de investigaciones sobre el estado actual de las características y consecuencias sobre las emisiones de gases contaminantes en Venezuela, siguiendo los lineamientos de la Cumbre de La Tierra y del […]
El pasado 22 de junio fue presentada la Primera Comunicación sobre Cambio Climático en Venezuela, publicación que recaba un estudio de más de dos años de investigaciones sobre el estado actual de las características y consecuencias sobre las emisiones de gases contaminantes en Venezuela, siguiendo los lineamientos de la Cumbre de La Tierra y del Protocolo de Kyoto.
Los gases de efecto invernadero (GEI) son todos aquellos que tienen la capacidad de absorber la radiación de onda larga emitida por la superficie terrestre, entre los que tenemos el vapor de agua, el dióxido de carbono (CO2), metano, óxido nitroso y ozono. A los que se suman los gases de efecto indirecto que contribuyen al efecto invernadero como los clorofluorocarbonos (CFC), hidrofluorocarbonos (HFC), el monóxido de carbono (CO) y los compuestos orgánicos volátiles distintos al metano.
En cuanto a las emisiones mundiales de dióxido de carbono, nuestro país contribuye con un 0,48 % lo que representa una cifra baja para un país petrolero, hecho atribuido principalmente a la generación hidroeléctrica que se acerca al 70 % de le energía consumida en el país. El informe señala que de los 114147 Gg de CO2 que se emitían para 1999 89,9 % provienen de la quema de combustibles fósiles para la generación de energía (105117 Gg), principalmente distribuido entre la producción y refinación de petróleo (32 %), transporte por carretera (32 %) y la generación de electricidad y calor (14 %), mientras que el sector residencial asciende al 5%.
La distribución del consumo de energía en Venezuela por sectores es la siguiente:
Industrial 50 %
Transporte 33 %
Residencial 10 %
Servicios 7 %
En América Latina Venezuela ocupa el cuarto lugar en cuanto a emisiones de carbono detrás de México, Brasil y Argentina las cuales son las principales economías latinoamericanas, las cuales quedan rezagadas frente a los principales países emisores en el mundo encabezados por EEUU, quien tan sólo con un 4 % de la población mundial contribuye con el 25 % emisiones de CO2 con el agravante de haberse negado a firmar el Protocolo de Kyoto.
Por otra parte, la gran extensión de bosques que todavía conserva en su territorio (52,4 % para 1996) proveen a Venezuela la condición de país sumidero de CO2 que le permite reducir las concentraciones de dichos gases por la absorción de la vegetación.
Sin embargo las tasas de deforestación, el aumento de la actividad petrolera y de extracción de otros minerales como el carbón representan amenazas determinantes para numerosas áreas boscosas. Si a esto le sumamos el impacto cada vez mayor de la generación de residuos sólidos urbanos que según las estimaciones está en más de 16 mil toneladas por día a razón de 0,79 kg / habitante tenemos ante nosotros un exigente reto que se plantea la racionalización tanto de los procesos industriales como de las patrones de consumo.
Más allá de del cumplimiento de un compromiso contraído al firmar el Protocolo de Kyoto este documento debería convertirse en una referencia técnica sobre la cual se basen las acciones a corto, mediano y largo plazo para que los grandes planes de desarrollo nacional sean orientados por los principios de sustentabilidad y conservación antes que por los ya caducos modelos desarrollistas propios de una visión explotadora de la naturaleza y del ser humano.
Bibliografía:
– MARN – PNUD – GEF. 2005. Primera Comunicación Nacional sobre Cambio Climático en Venezuela. Caracas, 138 p.
Wilmer Carmona Pinto
CI 11405105
Tesista de la Escuela de Biología de la UCV
Se desempeña en el área educativa en el Museo de Ciencias en Caracas.