A estas alturas podemos dar la campaña aragonesa del maíz por terminada. En el balance tenemos que denunciar, un año más, y ya van cuatro, la existencia de nuevos casos de contaminación transgénica en cultivos ecológicos de esta planta. El porcentaje del desastre no resulta tranquilizador ya que el 60% del maíz ecológico ha sido […]
A estas alturas podemos dar la campaña aragonesa del maíz por terminada. En el balance tenemos que denunciar, un año más, y ya van cuatro, la existencia de nuevos casos de contaminación transgénica en cultivos ecológicos de esta planta. El porcentaje del desastre no resulta tranquilizador ya que el 60% del maíz ecológico ha sido contaminado por transgénicos, pero además, y según fuentes independientes, también existen datos concretos de contaminación en maíz convencional.
Ante hechos tan evidentes, Ecologistas en Acción considera lamentable contemplar la posición que el Gobierno de Aragón adopta frente a este tema. Por ejemplo, mientras Grecia se declara en su totalidad zona libre de transgénicos e impone una multa de 300.000 € por un caso de contaminación, los políticos aragoneses ni tan siquiera se dignan a hablar con los agricultores afectados. Mientras que la Toscana italiana (declarada zona libre de transgénicos desde 1999) presenta como reclamo de calidad la ausencia de transgénicos en sus productos, Aragón pretende recortar las ayudas a la agricultura ecológica.
A juicio de Ecologistas en Acción, la actitud del Gobierno central tampoco es muy loable: mientras que Bulgaria propone declarar una zona de seguridad de 30 Km. para cultivos genéticamente modificados, España opta por una distancia de 50 metros. Cuando Suiza acaba de aprobar por referéndum la prohibición del cultivo comercial de transgénicos en todo el país, con el apoyo mayoritario de agricultores y consumidores, Aragón tiene 40000 Ha de transgénicos, algunos de ellos prohibidos por la UE desde 2004, como el Bt 176.
Si seguimos viajando por Europa encontramos varios ejemplos más de la pésima situación en la que nos encontramos en nuestro país respecto al tema de los organismos genéticamente modificados: Rusia prohíbe que sus piensos contengan materias primas con transgénicos y organizaciones ganaderas alemanas y austriacas disponen de empresas que analizan los componentes de los piensos para asegurar así su calidad y su no proveniencia de cultivos transgénicos. Pero en Aragón, somos los primeros productores de Europa de cultivos genéticamente modificados y la mayor parte de esa producción se destina a pienso para animales.
Resumiendo, en Europa hay 78 regiones, 86 provincias y 3400 municipios declarados libres de transgénicos (incluidos Asturias, País Vasco y Menorca), además numerosas organizaciones agrarias y de consumidores se oponen firmemente a estos cultivos y a este tipo de desarrollo agrario. Sin embargo, los políticos aragoneses siguen asociando el progreso y el desarrollo rural al fomento de los cultivos transgénicos y a la concentración de la agricultura en macro fincas que ven en la producción de alimentos únicamente una fuente de ganancias, sin importarles lo más mínimo ni el mundo rural, ni su desarrollo, ni mucho menos su gente.
Ecologistas en Acción considera que debe revisarse urgentemente la política y planteamientos sobre el progreso del gobierno Español y Aragonés porque las únicas que consiguen avanzar son las áreas de la agroindustria, mientras que el medio rural sigue sufriendo abandono, envejecimiento y una pérdida alarmante de renta agraria.