19/05/2021
Una mujer de 28 años, embarazada, y su hijo de siete años han sido asesinados y todo apunta a que ha sido su ex pareja, a la que había denunciado dos veces, y sobre el que recaía una orden de alejamiento.
Las instituciones se apresuran a decir que se habían seguido los protocolos para luego hacer el minuto de silencio.
Que la violencia machista es estructural ya lo sabemos, que en una sociedad machista las mujeres son asesinadas, también. Pero no puede soportarse que el protocolo que jamás falla es el del los lamentos de los poderes públicos, el «vamos a seguir trabajando para» y las caras de circunstancia en los minutos de silencio.
No puede soportarse que las instituciones sepan que es un problema estructural y sigan vivos pseudomedios de comunicación que hacen apología de la violencia machista o abiertos canales de youtubers con miles y miles de seguidores -mayormente adolescentes- cuyo leitmotiv es la misoginia. (Artículo 13. Ley Integral Violencia de Género. Medios de comunicación: 1. Las Administraciones Públicas velarán por el cumplimiento estricto de la legislación en lo relativo a la protección y salvaguarda de los derechos fundamentales, con especial atención a la erradicación de conductas favorecedoras de situaciones de desigualdad de las mujeres en todos los medios de comunicación social, de acuerdo con la legislación vigente. 2. La Administración pública promoverá acuerdos de autorregulación que, contando con mecanismos de control preventivo y de resolución extrajudicial de controversias eficaces, contribuyan al cumplimiento de la legislación publicitaria).
No es soportable que digan que hay que educar en feminismo pero en cada intermedio televisivo haya baterías de anuncios completamente misóginos sin que pase nada jamás (Artículo 10. LIVG. Género: Publicidad ilícita: De acuerdo con lo establecido en la Ley 34/1988, de 11 de noviembre, General de Publicidad, se considerará ilícita la publicidad que utilice la imagen de la mujer con carácter vejatorio o discriminatorio). No es soportable que un maltratador haya secuestrado a sus hijas para hacer daño a su madre y veamos titulares como «¿Pudo haber influido la luna?» y que no pase nada. Del negacionismo impune de Vox, ya ni hablamos.
No es soportable que las propias instituciones confiesen saber que estamos ante un problema estructural y ni toquen dicha estructura, empeñados en perfeccionar unos protocolos que luego llevan a cabo personal sin formación con perspectiva de género. Para colmo, cuando los casos de violencia machista llegan a juicio, tampoco los jueces, ni siquiera los que trabajan en juzgados especializados (que siguen siendo insuficientes, por cierto), dejan de revictimizar a las víctimas un juicio sí y otro también.
Se podrán revisar los protocolos las veces que se quiera, pero de ninguna manera van a paliar siquiera la violencia contra las mujeres. Las mujeres (y también personas de sus entornos) siguen siendo asesinadas tanto como siempre. Precisamente porque los principios rectores sobre los que se cimienta la Ley Integral de Violencia de Género no se cumplen. No se cumplen. Es decir, la llamada Ley Integral de Violencia de Género no es integral de facto, solo de iure. Pero la violencia sí es estructural, si no se aplica la integralidad de la ley que nos protege, seguirán maltratándonos y matándonos, mientras la administración pública está entretenida en parches y tuits de pésame a las familias de las asesinadas.