Ayer, Domingo de Ramos, fue el día en el que para los cristian@s comenzó formalmente la Semana Santa. La liturgia correspondiente invitaba, precisamente, a esperar a un Dios muy diferente al que continuamente se nos quiere presentar. Un Dios «especial», empeñado en mostrarse débil, sencillo y pobre. Y para más INRI, San Pablo también va […]
Ayer, Domingo de Ramos, fue el día en el que para los cristian@s comenzó formalmente la Semana Santa. La liturgia correspondiente invitaba, precisamente, a esperar a un Dios muy diferente al que continuamente se nos quiere presentar. Un Dios «especial», empeñado en mostrarse débil, sencillo y pobre. Y para más INRI, San Pablo también va y lo remacha «…que nunca hizo alardes de su categoría«.
Viene a cuento este comentario -hoy mas religioso que político- porque no puedo evitar correlacionarlo con la próxima visita del Papa a Madrid con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ 2011); esa por la que el Cardenal Rouco ha montado todo un «gran negocio» (como parece que se le escapó a través de un micrófono mal cerrado) con esa «Fundación Madrid Vivo» que el preside, y esa por la que, con la ayuda del gobierno que se dice socialista, que ha declarado la Jornada » acontecimiento de excepcional interés público», los generosos financiadores, se desgravaran un 80% y no se si hasta ganaran las indulgencias plenarias.
Y no puedo evitarlo yo, ni las comunidades cristianas populares (CCP) a las que pertenezco, ni los más de 140 grupos eclesiales que, bajo la ya conocida plataforma de «Redes Cristianas», hemos sacado a la luz, esta pasada semana, una amplia reflexión que puede verse íntegramente en su Web (www.redescristianas.net). Para quien no lo sepa, somos parte de la Iglesia Católica Apostólica y Romana pero -eso sí- en una comunión muy crítica con su trasnochada jerarquía, que apuesta por una iglesia plural y participativa en una sociedad laica y democrática.
Por eso, ante lo que consideramos una incoherencia tan grande (de la iglesia jerárquica), un engaño manifiesto ( de las administraciones y de la Jerarquía) y un pretendido negocio (tanto para la Iglesia como para las empresas cofinanciadoras), desde Redes Cristianas hemos creído que la celebración de esta JMJ 2011 era una buena ocasión para hacer llegar esa «otra voz de iglesia«.
Visiten, si no me creen, la propia web de la Jornada y comprobarán el escándalo que supone gastar -y más en tiempos de crisis- la friolera de 50 millones de euros, la vergüenza que significa que, en un estado aconfesional, se impliquen tan generosamente las tres administraciones civiles para que la ICAR pueda consolidar sus injustos privilegios (el gobierno con 8 ministerios y comunidad y ayuntamiento de Madrid, lo que le pidan), y la incoherencia que implica ese negocio con los patronos y empresas que más han «robado» durante esta crisis en España, que más han expoliado y empobrecido al Tercer Mundo y que para colmo, ya fueron recibidos hace casi un año en el Vaticano: patronos como Emilio Botín del Santander, Iñigo Oriol, de Iberdrola, Cesar Alierta de Telefónica, Luca de Tena del ABC, Díaz Ferrán de la CEOE…o multinacionales como el BBVA, la Caixa, el Corte Inglés, Endesa, PRISA, FCC… Y es que el evangelio lo deja muy clarito: «no se puede servir a Dios y al dinero» ¿Verdad Sr. Rouco, o estoy manipulando la cita?
En definitiva, que así, ni pobre, ni sencillo, ni débil, y con ese alarde tan antievangélico, así, no queremos que vengas.
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