Ha iniciado un proceso de difusión entre las bases de un diagnóstico que no sólo hace balance del proceso de negociación, sino que sobre todo fija los ejes de actuación con una pieza central: la Propuesta de Marco Democrático, que se define como herramienta «para una generación». Transcurrido poco más de un mes desde que […]
Ha iniciado un proceso de difusión entre las bases de un diagnóstico que no sólo hace balance del proceso de negociación, sino que sobre todo fija los ejes de actuación con una pieza central: la Propuesta de Marco Democrático, que se define como herramienta «para una generación».
Transcurrido poco más de un mes desde que se produjo la redada de Segura que mandó a prisión a más de una veintena de sus representantes, Batasuna ha comenzado a compartir con las bases independentistas un diagnóstico de la situación actual y los retos futuros en el que destaca sobremanera la apuesta por la Propuesta de Marco Democrático presentada en marzo en el Polideportivo Anaitasuna.
La reflexión se va realizando pueblo a pueblo y a su contenido ha tenido acceso GARA. Pese al golpe represivo de octubre y a la amenaza de que puedan repetirse agresiones similares, el documento que recoge la valoración de Batasuna pone la vista decididamente en el futuro, en clave de mantener la iniciativa política, una decisión que ya se avanzaba en un documento firmado por la Mesa Nacional y difundido pocos días después de aquella redada.
El apartado de este diagnóstico destinado a fijar los ejes de actuación para el futuro otorga prioridad total a la Propuesta de Marco Democrático, que la izquierda abertzale abandera desde la recta final del proceso de negociación. La fórmula de la doble autonomía con derecho a decidir se sitúa como la herramienta política destinada tanto a mantener la iniciativa política como a «situar las claves políticas de la confrontación», con el añadido de que tiene validez para toda Euskal Herria.
De la importancia que se concede a esta propuesta da fe la mención incluida en esta reflexión de que constituye una fórmula «que tiene que marcar una generación». En este contexto, no se duda en equiparar su valor con el de la Alternativa KAS de los años 70 o a la Alternativa Democrática oficializada en 1995, doce años antes de la definición de esta Propuesta de Marco Democrático.
Avisos sobre el PSOE y el PNV
El proceso que ya se ha echado a rodar pueblo a pueblo incluye un balance del proceso de negociación. Un proceso frustrado precisamente después de la negativa de PSOE y PNV a abordar el esquema de solución resumido en esa «autonomía a cuatro» que conformarían Nafarroa, Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, con derecho a decidir y la posibilidad, por tanto, de optar por la independencia.
Tras su no, Batasuna ha llegado a la conclusión de que «para el PSOE es una cuestión estratégica perpetuar la división territorial», con un objetivo de fondo: «Asegurar que no se cues- tione la unidad de España y, en consecuencia, cerrar las puertas a la opción de la independencia». Se recuerda como prueba lo ocurrido en Nafarroa, utilizada de nuevo como «cuestión de Estado» como evidencian diferentes detalles: la decisión de dejar al PSN al margen de la negociación, el veto a la izquierda abertzale en el Parlamento navarro, el regalo del Gobierno a UPN y «el fuelle dado a Nafarroa Bai, a sabiendas de que será imprescindible para el fraude que quiere cometer».
Del mismo modo, el mensaje lanzado por Batasuna a los militantes independentistas da por seguro que el PSOE buscará ahora negociar una mera «reforma» en un proceso en el que ya no participe la izquierda abertzale y a cuyo colofón las puertas sigan cerradas a cal y canto para la independencia. Se avisa de que se trataría en cualquier caso de una fórmula presentada como «atractiva», en la que por ejemplo se llegue a aceptar dialécticamente el derecho a decidir de la ciudadanía vasca pero encerrándolo dentro de los límites de la Constitución española, en la línea de lo que hizo José Luis Rodríguez Zapatero en el famoso discurso del 29 de junio de 2006.
Por lo que respecta al PNV, Batasuna considera que «necesita una reforma hecha a su medida, para continuar en el poder». Desde la experiencia de los últimos meses, concluye que el jeltzale es un partido que «se ve perdedor en cualquier proceso en el que se reconozcan los derechos de Euskal Herria; por eso, prioriza los intereses partidistas y se decanta por mantener a Euskal Herria amarrada dentro de España».
Batasuna confirma a sus bases que se opondrá a cualquier salida falsa de este tipo (la idea del «fraude» que viene repitiendo con insistencia). Y alerta de que «esa operación política se va a desarrollar tanto en la CAV y Nafarroa como en Madrid».
Independentismo «fortalecido»
Pese a estas constataciones y a la difícil situación creada por la ofensiva contra la izquierda abertzale, el diagnóstico de Batasuna halla también varias luces en el camino. Recuerda, por ejemplo, que «la crisis del actual marco se ha agudizado» incluso a nivel estatal, que en el conjunto de Euskal Herria «hay ansia de cambio», que el debate sobre una institución propia está totalmente abierto en Lapurdi, Nafarroa Beherea y Zuberoa, y que «el proyecto independentista se está fortaleciendo».
En la misma línea, se subraya que el proceso de negociación clausurado sin resultado positivo no ha sido en vano: «Hemos avanzado». Y se añade antes que nada que, al fin y al cabo, es «la lucha de la izquierda abertzale durante muchos años la que tiene abierta la opción de la independencia».