Los 31 años de cárcel impuestos injustamente a los «cinco de Bateragune» no son una excepción. Hay decenas de casos y tipología diversa.
Arkaitz Rodríguez recordaba ayer en estas páginas que este de Bateragune no es el único encarcelamiento que se le impone gratuitamente; estuvo preso dos veces antes por sumarios de los que luego salió absuelto. En el caso de Arnaldo Otegi, Estrasburgo ha anulado dos condenas de la Audiencia Nacional y el propio Supremo español una tercera. Han pasado respectivamente diez años y seis años y medio entre rejas de modo indebido. En cualquier país sería un escándalo, pero en el Estado español no; ni siquiera parece una excepción, sino más bien la norma habitual, con casuísticas muy diferentes. A continuación algunos pequeños ejemplos: