El President de la Generalitat viajó este fin de semana a Washington para presentar allí la delegación de la academia musical privada norteamericana en València. Una academia ligada al proyecto de la Torre de la Música, cuya inexistencia simboliza el declive de la política megalómana del Consell.
Apenas faltaban dos semanas para las elecciones autonómicas de 2007, pero sin ningún tipo de pudor el President de la Generalitat, Francisco Camps, y la alcaldesa de València, Rita Barberá, presentaban en el Palau de les Arts el que sería el próximo edificio emblemático de la ciudad; la Torre de la Música, un edificio de 100 metros de altura diseñado por el arquitecto Antón García-Abril, que serviría de sede en València al Berklee College. La inauguración del edificio sería en 2010. Este fin de semana, casi cuatro años después, Francisco Camps viajaba a EEUU para presentar la sede valenciana de la institución privada de enseñanza musical norteamericana. No obstante, la diferencia entre lo anunciado en vísperas electorales y lo que se anuncia cuando acaba aquella legislatura es bien notable.
Ya el pasado mes de noviembre se anunciaba oficialmente que la construcción de la Torre de la Música se aplazaba sine-die. Y es que en el solar de 20.000 metros del PAI de Quatre Carreres por no estar, ni está la primera piedra de la obra, pues la que se puso en el acto de inicio de la construcción -que se hizo en octubre de 2008- fue virtual. Entonces ya se anunció que la universidad mantendría igualmente su sede en València, pero que se emplazaría en el Palau de les Arts, otro edificio emblemático de la era Camps, y que por falta de uso dispone de espacio disponible para albergar sus instalaciones. No obstante, al igual que en el caso del Ágora, al estar diseñado para otra utilidad (la del Ágora aún por determinar), el edificio deberá ser readaptado para su nuevo uso, lo que supondrá la alteración provisional de más de 3.500 metros en el Anaexo Sur del Palau de les Arts.
La inversión, según se anunció en su día, será de 2’5 millones de euros y correrá a cargo de la universidad americana, aunque a cambio de ese gasto, la universidad tendrá la explotación exclusiva de ese espacio gratuitamente durante un periodo de tiempo de cinco años, prorrogable, y derecho al uso de las salas ocupadas por el Centre de Perfeccionamiento Plácido Domingo del Palau de les Arts, así como de las salas A y B, la sala de ensayo de orquesta (45 días al año), la sala Martín i Soler (45 días al año) y el auditorio (5 días al año).
¿Pero reportará un gran beneficio esto para la Comunitat o la ciudad? En principio, el más evidente, que sería el de los ingresos que generarían los 1.000 estudiantes que se anunciaron en su día, se verá también francamente menguado, pues el estreno escolar de Berklee Valencia tendrá lugar el próximo verano con reducidos seminarios que no reunirán más que a un centenar largo de alumnos. No obstante, pese a todos estos contratiempos, Francisco Camps, que ideó el aterrizaje de Berklee en València y la Torre de la Música junto a personalidades de la música tan reputadas como Teddy Bautista (SGAE) y José María Cano (Mecano), se mostraba entusiasmado en Washington asegurando que «es uno de los más importantes y ambiciosos proyectos culturales y educativos que se han iniciado en Europa en los últimos años» y hace que, a su entender, «Valencia se convierta desde el punto de vista de la música en capital europea, mediterránea e iberoamericana».
«Estamos orgullosos de ser españoles, mediterráneos y europeos y estamos felices porque la Berklee ya esta en Valencia», concluía Camps. Cuatro años después del anuncio, a falta de Torre de la Música y del millar de estudiantes, al menos el President tuvo este fin de semana su foto.
Fuente: http://www.linformatiu.com/nc/portada/detalle/articulo/berklee-del-cielo-al-subsuelo/