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Biden: Su primera derrota en ONU y la piedra del bloqueo contra Cuba y el mundo en sus zapatos

Fuentes: Rebelión

Los 184 votos a favor, 2 en contra y 3 abstenciones en la Asamblea General de la ONU reflejan la vergonzosa derrota de EE.UU. Sólo Israel le acompañó para servirle de consuelo como perrito faldero.

En el artículo titulado El antibloqueo del mundo acorrala a EE.UU. en la ONU, publicado hace seis años, señalábamos una realidad que aún está presente: “Cada día que pase el daño humano seguirá lacerante como siempre, y los daños materiales seguirán creciendo y formando parte de las estadísticas y de las limitaciones del desarrollo económico, social y financiero de Cuba. Por eso no es posible cansarse ni olvidar ni dejar de luchar por la justicia merecida”.

Durante este tiempo, se produjo un cierto cambio en la política estadounidense tras las afirmaciones del presidente Obama de que la estrategia del bloqueo era ya obsoleta y el consiguiente restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Cuba. Todo lo alcanzado en este lapso presidencial, que no fue todo lo posible por el mandatario, fue revertido y acentuado criminalmente durante la presidencia de Trump, con la aplicación de 243 medidas inéditas al amparo de la Ley Helms-Burton, que solo entre abril y diciembre de 2020, causó pérdidas a Cuba en el orden de los 3 586,9 millones de dólares, lo que asciende a un total de 9 157,2 millones de dólares si se considera el periodo de abril de 2019 a diciembre de 2020.

Tras el triunfo de Joe Biden era esperable el restablecimiento de algunas medidas de flexibilidad propias de la época de Obama, pero increíblemente en estos seis meses el mandatario no ha querido mover ni un dedo ni mostrar el más ligero cambio en la política de su antecesor, con lo que ha demostrado su ceguera y malevolencia política. Así que hoy en la ONU debe compartir, de igual a igual con Trump, la condena del mundo por la genocida política contra Cuba y el bloqueo que no es solo contra Cuba sino contra el mundo, incluyendo al mismo pueblo estadounidense.

Esta vez el daño acumulado del bloqueo económico, comercial y financiero en 60 años, a precios corrientes, expresado en valor monetario ha alcanzado la cifra de 147 853 millones de dólares, lo cual se traduce en afectación del bienestar, el desarrollo y calidad de vida de toda la población.

Desde 1992 se ha venido librando una batalla en la ONU, del bien contra el mal. En este tiempo el resultado condenatorio contra los Estados Unidos se ha repetido 29 veces con una votación afirmativa mayoritaria y casi unánime. Nunca contra otro Estado miembro de las Naciones Unidas, como ha sido en el caso de EE.UU., se han expresado opiniones condenatorias más unánimemente por la violación de la Carta de la ONU, de la Declaración de los Derechos Humanos y por todos los principios del derecho internacional. En estas Asambleas anuales de la ONU los Estados Unidos no ha tenido escapatoria alguna. El aislamiento y la execración han sido su justa compañía como culpable de lesa humanidad.

Es explicable este resultado porque el bloqueo no se ejerce exclusivamente contra Cuba. Cuando se profundiza en la naturaleza de las medidas, es evidente que también afecta a sectores diversos del pueblo norteamericano, pues el gobierno estadounidense impide a sus ciudadanos el derecho a viajar con plena libertad, porque les impide el derecho a servicios médicos y a medicamentos exclusivos de fabricación cubanos, impide el comercio normal de los empresarios estadounidenses con sus similares de Cuba, coarta la libertad de navegación de sus navieras y cruceros turísticos, y se inmiscuye tanto en la libertad individual de los estadounidenses que llegasen a visitar Cuba que ni la más cruel y absoluta dictadura existente en cualquier país jamás hubiera concebido para sus nacionales.

Con respecto a todos los países del mundo, Estados Unidos ejerce una persecución contra toda empresa de cualquier naturaleza, inversionistas, bancos, navieras y organizaciones, que se relacionen con Cuba, y sobre las cuales dicta sanciones pecuniarias y de diversos tipos. Igualmente amenaza a los gobiernos y les aplica sanciones, siempre que pueda, a fin de impedir el curso normal de la relaciones con Cuba. Su diplomacia bruta esgrime un dilema: Si mantienes relaciones normales con Cuba, atente a las consecuencias de tus actos.

Pero es bueno aclarar que el cese del bloqueo económico, comercial y financiero no resuelve todo lo que debe cambiar en la conducta de los gobiernos y el poder político estadounidense con respecto a Cuba. Existen estas cuatro reivindicaciones que son ineludibles para las relaciones normales entre los dos países. Estas son:

  1. Que cese por parte de los Estados Unidos la manía política de injerencia en los asuntos internos de Cuba y, por lo tanto, asuma el respeto a la soberanía y a la autodeterminación. La inveterada y demente política de que en Cuba se debe gobernar según lo mande el gobierno de USA y su oligarquía, con la violación de la Carta de las Naciones Unidas, debe cesar de hecho y de derecho. Debe curarse del viejo apetito imperial de apoderarse de Cuba por cualquier medio, que le ha mantenido enajenado desde su fundación hasta el presente. Y esta es la verdadera razón de sus agresiones de terrorismo político, económico, militar y propagandístico, así como de usurpación territorial.
  2. Que cese por parte de los Estados Unidos la usurpación ilegal del territorio cubano donde se asienta la Base Naval de Guantánamo, que Cuba reclama desde hace más de 60 años. Solo por la fuerza y el chantaje obtuvo tal concesión en el pasado por la naciente república, y solo por la fuerza la mantiene a pesar de las reiteradas reclamaciones del Gobierno Revolucionario.
  3. Que cese el montaje propagandístico especial contra Cuba y en particular que cesen la emisora radial y televisiva mal llamadas Radio y Televisión Martí, que además de ofensivo por su nombre, tiene la misión privilegiada – ¿es que alguien puede entender esto? – de transmitir noticias y mensajes subversivos contra y hacia Cuba.
  4. Que cese la aprobación de millonarios fondos para la financiación de programas de desestabilización política contra el gobierno cubano y el pago y sustento de personajes mercenarios, con asientos en distintos países y en el interior de Cuba, encargados de organizar campañas de propaganda y actos subversivos contra las autoridades e intereses cubanos.

Como señaló el Canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla en su discurso de presentación de la Resolución contra el bloqueo en el día de hoy: “Algunos sueñan con provocar el caos social, el desorden, la violencia y la muerte y calculan que si someten a la población cubana a penurias y promueven a líderes artificiales que inciten al desorden y la inestabilidad, podrían generar en las redes sociales un movimiento político virtual para llevarlo luego al mundo real. Emplean cuantiosos recursos, laboratorios sociales, herramientas de alta tecnología, en una desenfrenada campaña dirigida a desacreditar a Cuba mediante el uso impúdico de la mentira y la manipulación de datos.”.

No obstante el poderío de Estados Unidos y sus mecanismos de chantaje a nivel internacional, la votación alcanzada refleja una contundente victoria para Cuba y una vergonzosa derrota para USA con el resultado siguiente: 184 votos a favor, 2 en contra y 3 abstenciones. Quedó firme una vez más la resolución “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”. Sólo Israel le acompañó para servirle de consuelo como perrito faldero.