El cartel brilla orgulloso: IES bilingüe. Es bueno mejorar la competencia en idiomas en España, que sea un objetivo educativo y que se invierta en ello. Pero para todo el alumnado, porque cuando es para un 15-20% en algunos centros, concentrando en ellos buena parte de los recursos, estamos hablando de otra cosa. Un ejemplo […]
El cartel brilla orgulloso: IES bilingüe.
Es bueno mejorar la competencia en idiomas en España, que sea un objetivo educativo y que se invierta en ello. Pero para todo el alumnado, porque cuando es para un 15-20% en algunos centros, concentrando en ellos buena parte de los recursos, estamos hablando de otra cosa.
Un ejemplo real. Juntas de Evaluación en un instituto de un barrio popular de Madrid. Estadillo de notas de la 1ª evaluación de un grupo bilingüe de inglés de 2º de ESO: 9 suspensos en total. Datos de otro 2º de ESO: 151 suspensos en total. La media de suspensos por alumno no bilingües es de 6,3 y la de los bilingües de 0,26. Los datos hablan por sí solos y la reflexión es obligada: ¿qué organización escolar permite que se produzcan estos resultados? Aunque a algunos les vaya bien ¿no es un fracaso colectivo?
No entro en los problemas que genera en los derechos adquiridos del profesorado, que los hay. Lo realmente importante son los criterios pedagógicos y el derecho a la educación. Los modelos educativos de mayor éxito global demuestran que los resultados y la convivencia son mejores si los grupos son heterogéneos y la educación inclusiva. La convivencia en la diversidad nos enriquece como personas. Los alumnos con dificultades tienen derecho a sentarse con los brillantes y éstos se educan mejor con compañeros que tienen problemas familiares, sociales o discapacidades. Con profesorado que atienda la diversidad y mejore la autoestima general del alumnado.
No es suficiente el argumento de que esos alumnos y sus familias abandonarían la pública si no se les ofrece el bilingüismo. El coste para todos los demás es demasiado alto y la calidad de los contenidos generales también se resiente. Los expertos ofrecen otras soluciones para el aprendizaje de idiomas para todos y que pasan por más horas, más prácticas, desdobles, profesorado de apoyo, dotación material…; sin fomentar la negativa competitividad entre centros y profesorado.
Rajoy ha dicho que quiere extender el bilingüismo. Esperemos que no sea como en Madrid, puro escaparate y una segregación pura y dura. Algo que es un error y puede llegar a ser un horror en un contexto de recortes.
* El autor es profesor de secundaria
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