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Bosques tropicales protegidos sólo en el papel

Fuentes: IPS

Menos de cinco por ciento de los bosques tropicales del planeta analizados en un informe de la Organización Internacional de Madera Tropical (ITTO) son administrados de forma sustentable, aunque esto representa un gran avance respecto de hace un decenio. En otras palabras, «un área de bosques tropicales equivalente al tamaño del territorio de Alemania está […]

Menos de cinco por ciento de los bosques tropicales del planeta analizados en un informe de la Organización Internacional de Madera Tropical (ITTO) son administrados de forma sustentable, aunque esto representa un gran avance respecto de hace un decenio.

En otras palabras, «un área de bosques tropicales equivalente al tamaño del territorio de Alemania está en buenas manos», explicó el director ejecutivo de la ITTO, Manoel Sobral Filho.

Los 59 países de la ITTO representan 80 por ciento de los bosques tropicales del mundo y más de 90 por ciento del mercado de madera tropical.

El informe «Estado de la Administración de los Bosques Tropicales 2005», divulgado este jueves, insumió cuatro años y abarca 814 millones de hectáreas de bosques tropicales en 33 países de Asia, el Pacífico, América Latina, el Caribe y África.

La buena noticia es que, entre 1988 y 2005, el área total bajo manejo sustentable –es decir, sin degradar su valor al tiempo que se permite a la sociedad beneficiarse de sus recursos– creció de menos de un millón de hectáreas a por lo menos 36 millones de hectáreas.

Cada año, unos 12 millones de hectáreas de bosques tropicales son adaptadas al uso agrícola, al pastoreo y otras formas de explotación no forestal, y muchas más son degradadas por la tala insostenible o ilegal y otras prácticas pobres de uso de la tierra.

El aprovechamiento agrícola es «la principal razón por la que los bosques son destruidos», dijo a IPS Alistair Sarre, uno de los editores del informe, quien contestó a las preguntas desde Sydney, Australia. «Con la tala, incluso cuando no es controlada, el bosque termina volviendo a crecer.»

El informe revela que los miembros de la ITTO desarrollaron planes para administrar 27 por ciento de los 353 millones de hectáreas diseñadas como bosques para la producción, a los que se comprometieron por escrito.

En realidad, sin embargo, sólo alrededor de 25 millones de hectáreas, o siete por ciento de esos bosques, son manejados de manera sustentable.

Esta brecha fue evidente en todas las regiones, indica el estudio. En el área Asia-Pacífico, según estima la ITTO, solo 14,3 millones de hectáreas de bosques para la producción son administradas sustentablemente, aunque unos 55 millones de hectáreas están contempladas en esos planes de administración.

En África, 10 millones de hectáreas están bajo planes de manejo, pero apenas 4,3 millones son realmente administrados de modo sustentable, mientras que en América Latina y el Caribe hay un abismo que va de 31 millones a 6,5 millones de hectáreas.

Incluso en los bosques considerados oficialmente «protegidos», totalizando 461 millones de hectáreas, planes efectivos de administración existen solamente para alrededor de 3,9 por ciento. Y esos planes en realidad fueron implementados en apenas 2,4 por ciento de los bosques.

Las consecuencias de la destrucción de bosques varían de un peligro cada vez mayor de deslizamiento de tierras a la extinción de especies y la pérdida de medios de vida para los habitantes de la zona.

«Hay todo un espectro de efectos, desde lo local a lo global», dijo Sarre. «A medida que se pierden bosques, inevitablemente se pierde biodiversidad.»

«Muchas de las medicinas más importantes del mundo derivan de productos naturales, y probablemente haya muchos más productos potenciales sobre los que no sabemos, y de los que nunca sabremos si se pierden estas especies», añadió el experto.

«Además, los bosques almacenan una gran cantidad de carbono», y con su destrucción «pierden su poder de aislamiento», por lo que «el carbono ya almacenado allí es liberado en la atmósfera y contribuye con el recalentamiento planetario», señaló.

«Más localmente, puede tener un impacto enorme sobre las comunidades dependientes del bosque, que satisfacen sus necesidades de subsistencia a partir del mismo», según Sarre.

El informe establece que la mayoría de los bosques tropicales sometidos a protección activa se ubican en las regiones Asia-Pacífico (5,1 millones de hectáreas) y América Latina y el Caribe (4,3 millones de hectáreas). En África, son apenas 1,7 millones de hectáreas.

Entre los países con los mayores avances en materia de manejo sustentable de bosques tropicales figuran Malasia, con al menos 4,8 millones de hectáreas, Bolivia (2,2 millones), Perú (560.000), Brasil (1,4 millones), República del Congo (1,3 millones), Gabón (1,5 millones) y Ghana (270.000 hectáreas).

Aquellos con un panorama de deforestación más grave son, entre otros, Costa de Marfil, Filipinas y Nigeria, mientras que conflictos armados también obstaculizaron los avances en Liberia, Camboya y la República Democrática del Congo.

El informe exhorta a adoptar un enfoque global para financiar los costos del manejo sustentable de bosques tropicales y a que los gobiernos establezcan categorías de territorios, ya sean públicos o privados, a fin de mantenerlos bajo cobertura forestal permanente.

«La voluntad política definitivamente está faltando en algunos lugares», dijo Sarre, para quien, sin embargo, la tarea se facilitaría si lograra convencerse a los gobiernos de las ventajas económicas del manejo sustentable de los bosques tropicales.

«Es muy difícil para un gobierno rechazar a un empresario que va a pagar montones de impuestos y a emplear a cantidades de personas estableciendo un proyecto industrial en un país pobre, o en cualquier país, con ese fin», explicó.

«Lo que necesitamos es buenos precios para la madera y más pagos por los otros servicios que proporcionan los bosques, como el carbono, la biodiversidad y el agua. En una situación ideal, en nuestro mundo económicamente racional, el usuario paga, pero ¿quién es el usuario final de la biodiversidad?».

«En efecto, la comunidad global. Pero desarrollar un mecanismo es problemático», agregó. «Se habla mucho de esto y se trabaja sobre esta cuestión, pero no surge nada viable.»

Sarre afirmó que varios enfoques diferentes demostraron ser efectivos, incluso usar la asistencia extranjera para el desarrollo y la experiencia de organizaciones no gubernamentales internacionales para mejorar la capacidad de implementación de las leyes existentes y el entrenamiento de la población de las zonas en cuestión en materia de manejo forestal sustentable.

«Pero la economía del manejo forestal sustentable necesita cambiar fundamentalmente», concluyó. «Por ejemplo, el país debe captar una mayor parte del valor de la madera que se extrae de su territorio.»

«Buena parte de la madera sin procesar es embarcada al exterior, incluso los troncos, y muy poco de su valor queda en el país y, por lo tanto, contribuye poco con el desarrollo», sostuvo.

«Malasia, tal vez el país más avanzado en términos de manejo sustentable de bosques, con un muy buen procesamiento. A largo plazo, a medida que los países se desarrollan económicamente, pueden destinar más recursos al manejo forestal sustentable. Una de las tareas de la comunidad internacional es asistirlos mientras hacen crecer a sus economías, para volverlas tan sustentables como sea posible», señaló.

El informe será difundido en la cuadragésima sesión del Consejo Internacional de la Madera Tropical, que se reunirá del 29 de mayo al 2 de junio en Mérida, Yucatán, México.